La Otra Voz Digital Directora Marta César
El viernes 4 de noviembre hallaron el cuerpo de Cintia Romina Martínez, una adolescente oranense de 16 años. Había sido vista por última vez el 14 de octubre. Su cuerpo yacía en un cañaveral con evidentes signos de violencia. Había sido abusada sexualmente antes de que se cometiera el feminicidio.
Debe decirse que el asesinato de Cintia no es un hecho aislado, ya que 14 mujeres murieron en Salta, durante 2011 a raíz de la violencia machista, además de la sospecha de que el supuesto suicidio de una adolescente en Metán también sería un feminicidio.
En el caso de Cintia, existe ya un detenido, que habría confesado el homicidio de la joven.
Se trata del «Jubilado» Acosta, un hombre con antecedentes, que tenía pedido de captura por otras causas, y que la policía se excusó de detener en su momento por falta de personal. Pero según la madre de la joven, Nélida Romero, otras personas habrían participado del brutal hecho.
Romero afirmó que ella tardó en interponer la denuncia de esta desaparición, porque confió en que Cintia, como tantas otras veces se encontraba en la casa de la abuela.
«Le sacaron los dientes, tenía las costillas quebradas y fue violada.Yo digo que son varias las personas que hicieron eso», contó en su relato la mujer.
«El domingo me enteré que mi hija estaba con el «Jubilado». Yo fui a buscarla a la casa de este hombre y no lo encontré. Dijo que la había dejado en una familia Patrón Costa», afirmó, recordando la búsqueda que ella misma realizó.
Nélida contó que le comunicó a la policía lo que sabía y que el personal policial le dijo que seguramente la chica estaba con sus amigas o se había ido con algún novio, desestimando de este modo la información que más tarde resultó cierta.
«A diferencia de la Policía local, la Brigada hizo mucho. La buscaban casa por casa y nada», afirmó.
«Decían que un tal «Coya» era el novio pero eso es mentira», aseguró.
La madre comentó, que según el relato de los vecinos, cuando Cintia volvía del almacén, el día que desapareció dialogó con unos hombres adonde estaba el «Jubilado», quien la defendió del ataque de una joven llamada Liliana, ahí fue que él llevó a la joven en una moto azul y después a este hombre se lo vió con la remera ensagrentada, aseverando nuevamente que pese a la confesión del presunto homicida, hubo otros partícipes en el crimen de su hija.
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