A 34 años del golpe de 1976

Mujeres y niñ@s también fueron víctimas del terrorismo de Estado

La dictadura militar instaurada en Argentina desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983, también incolucró entre sus miles de detenidos a un gran porcentaje de mujeres. Según los datos recabados por la CONADEP, cerca del 30% de l@s desaparecid@s correspondió a mujeres, de las cuales, al menos un 3% cursaban un embarazo, lo que produjo la apropiación de menores junto al robo de sus identidades.

El relato de la periodista salteña, Silvia Troyano, da cuenta de esta situación de encarcelamiento que padecieron muchas mujeres, como ella e incluso la hoy jueza de la Corte de Justicia de Salta María Cristina Garros Martínez que debió exiliarse tras sufrir un atentado en México.

También Mirta Torres, sufrió en carne el terrorismo de Estado. La militante por los derechos humanos, consideró sobre esto, que cada 24 de marzo debe implicar para l@s argentin@s, «una jornada de lucha, en la que hay que estar en las calles repudiando el golpe de 1976».

«Hoy más que nunca es necesaria la movilización en contra de este exterminio a quienes pensaban diferente, cuando el 95% de los genocidas están en las calles», remarcó, señalando que para que el«Nunca Más» «sea una realidad y no una mera enunciación debe ir acompañado con la verdad histórica y el juicio y castigo a los represores».

«Demorar la justicia implica negarla a los crímenes de lesa humanidad y el sostenimiento de la impunidad», sentenció Torres.

Otra mujer que padeció no sólo la persecución, sino además la muerte fue Gladis Porcel – hija de la justicialista Hortencia Rodríguez de Porcel – cuyos restos fueron hallados el pasado año por miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en el cementerio municipal de San Martín, en Buenos Aires.

Hay que recordar además, que al igual que muchas otras mujeres, Gladis fue detenida en 1976, mientras cursaba el sexto mes de embarazo de su tercer hij@.

«Debemos tener un hermano o hermana», dijo Tupac Puggione, hijo mayor de Gladis y Hugo Aníbal Puggione, asesinado por la triple A en 1974.

«Tenemos la base genética que se hizo gran parte de mi familia para poder localizarl@», señaló, al tiempo que rememoró que durante su niñez «las cárceles eran un paisaje cotidiano y las requisas eran incómodas, especialmente para las mujeres».

«Cuando uno es niño lo ve como normal», aseguró, evocando los años del «Proceso de Reorganización Nacional», en el que según sus palabras llevó «una vida nómade», por las frecuentes persecuciones a toda su familia.

«Vivimos en muchos lugares diferentes. La gente que nos alquilaba nos pedía que nos vayamos por el asedio de la policía», contó..

«Era el exilio interno y no se podía denunciar nada», afirmó Puggione, mientras relató que muchos de sus familiares, entre ellos, uno de sus tíos y su abuelo materno estuvieron también detenidos.

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