El caso de una menor de 11 años embarazada por su padrastro reavivo la polémica en Chile sobre la necesidad de legislar sobre el aborto de base judicial o ética.
«Este es un caso extremo, pero tenemos cientos de situaciones de mujeres y adolescentes abusadas sexualmente en nuestro país por individuos cercanos y que deben soportar un embarazo no deseado, muchos de los cuales son consecuencia de un incesto reiterado», declaró hoy la presidenta nacional del Colegio de Matronas y Matrones, Anita Román.
El caso de la niña, de la localidad rural de Río Negro (900 kilómetros al sur de Santiago), quedó al descubierto luego que la pequeña se quejara de dolores de útero, por lo que fue llevada a un consultorio donde una matrona, a través de un test de embarazo, constató que tenía 14 semanas de gestación.
Román exhortó «a poner la voluntad necesaria de este Gobierno para abordar una realidad evidente en el tema de salud sexual y construir una política pública que, por una parte, advierta a los niños de las caricias denunciables, y por otra, norme el derecho de las mujeres de continuar o no con embarazos por violaciones».
Una propuesta de ley para despenalizar el aborto fracasó el año pasado en el Senado.
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