Más de 20 proyectos de género ?duermen? en la Legislatura

Desde pequeñas modificaciones hasta grandes avances, la temática vinculada a los derechos de las mujeres parece no motivar interés.

De eso no se habla se llamó uno de los últimos filmes de la cineasta argentina María Luisa Bemberg. Si hubiera que buscarle un título a la falta de discusión de los proyectos de ley vinculados a los derechos de las mujeres, este podría ser uno muy bueno.

En verdad, y según la legisladora Mirta Díaz, quien lleva adelante la Comisión de Género -que es unicameral y funciona en Diputados-, no existe un motivo de peso y que explique por qué estos temas no encuentran repercusión en el recinto. Lo cierto es que iniciativas relacionadas con la tipificación de las formas de violencia, la creación de unidades fiscales especiales para denunciar delitos sexuales y los protocolos para la atención postaborto y de interrupción no punible del embarazo oscilan entre una media sanción que nadie se hace cargo de volver completa en el Senado y la falta lisa y llana de discusión.

Así, por la comisión que hoy preside Díaz (a quien sólo le faltan días para dejar de pertenecer al cuerpo legislativo de la provincia) pasaron al menos 20 iniciativas que hoy están estancadas. Algunas quedaron allí y otras siguen dando vueltas en la Legislatura. Muchas pertenecen a legisladores que dejaron sus bancas y quedaron «huérfanas», por lo que cuesta mucho impulsarlas.

La diputada del Fiscal ha trabajado intensamente para lograr que los temas de género, al menos, se debatan. Sin embargo, los éxitos han sido a medias: de hecho, en el Senado nunca se creó una Comisión de Género.

Por el momento, la veintena de proyectos sigue durmiendo en los anaqueles de la Casa de las Leyes, esperando que alguien se haga eco y los coloque en la agenda.postergados. De los 20 proyectos que no llegaron a convertirse en ley, siete de ellos tienen media sanción. El resto ni siquiera llegó al recinto.

Entre los primeros se encuentra una iniciativa del diputado Alberto Recabarren (PJ) para crear comisarías de la mujer y otra del radical Armando Camerucci -quien hoy no está en funciones- que propone la creación de cuatro unidades fiscales para denunciar exclusivamente delitos sexuales.

También hay dos proyectos del senador Miguel Serralta (PJ). Uno para crear el Registro Provincial de Víctimas de Violencia Familiar y otro que intenta la prohibición de todo videojuego que incite a cometer delitos contra la integridad sexual.

Desde el Senado, Alejandra Naman impulsó la media sanción de su proyecto para la creación de un programa provincial contra la trata de personas y, en consonancia, uno del demócrata Alberto Sánchez para crear el mismo programa, pero con el agregado de asistencia a las víctimas.

Del mismo modo, Díaz logró imponer un proyecto para la elaboración de una guía de atención postaborto, pero sólo consiguió hacerlo en Diputados. En el Senado nunca se debatió.

En tanto, otras iniciativas de similar tesitura han tenido peor suerte. Es el caso del proyecto presentado por el diputado Ricardo Puga (PIM) para confeccionar un protocolo de aborto no punible, que es el que contempla el artículo 86 del Código Penal. Este prevé la creación de una nómina de médicos objetores de consciencia, para evitar que todos los profesionales de un mismo efector, interponiendo este motivo, se nieguen a realizar la práctica y el caso termine judicializándose sin necesidad. Nunca llegó ni a obtener despacho de la Comisión de Salud de Diputados. Igual suerte corrió, por ejemplo, la adhesión a la ley nacional 26.485, destinada a prevenir, sancionar y erradicar toda forma de violencia contra la mujer. En Mendoza, este pedido fue realizado por la diputada Díaz, pero no fue el único. Se le sumó una propuesta elaborada por el colectivo de mujeres Juana Azurduy y presentada por Puga. Esta ley garantiza la protección de las mujeres contra toda forma de agresión, no sólo la física, sino también la psicológica, económica, institucional, laboral y hasta obstétrica. No obtuvo resultados, a pesar de que sólo hacía falta sumarse a una propuesta que ya rige a nivel nacional. Esto por mencionar algunos de los 13 proyectos que no fueron discutidos.

La diputada del Fiscal cree que, a pesar de haber sido una ardua tarea, al menos la creación de la comisión y el tratamiento de algunas de estas propuestas fue un trabajo que valió la pena durante sus cuatro años en el cargo. Sin embargo, quedan asignaturas pendientes que deberá concretar otro legislador o legisladora. Por el momento, la Comisión de Género sólo está compuesta por mujeres, pero abierta a quien quiera integrarla.