Un análisis, centrado en el periodo 2006-2007, documenta las vejaciones sufridas por más de 400.000 mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años.
En República Democrática del Congo, la violación es ya un arma de guerra. Según un estudio publicado esta semana por el American Journal of Public Health, al menos 1.100 mujeres son agredidas sexualmente cada día en el país africano. En el análisis, centrado en el periodo 2006-2007, se documentan las vejaciones sufridas por más de 400.000 mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años. Sin embargo, Naciones Unidas tan solo reconoce 15.000 casos.
«Nuestros resultados demuestran que las estimaciones oficiales sobre violencia sexual subestiman la verdadera realidad del Congo», asegura Amber Peterman, autora principal del estudio.
Una realidad que podría ser, incluso, aún más atroz. En el estudio, por ejemplo, no se documentan las agresiones cometidas contra mujeres menores de 15 años o mayores de 49. De igual modo, organizaciones humanitarias locales denunciaron recientemente que, en los dos últimos años, los abusos sexuales se habrían duplicado al este del país.
Al menos 500 mujeres fueron violadas en Luvungi el pasado agostoÉste es el caso de la violación en masa cometida, el pasado mes de agosto, por rebeldes hutus y Mai-Mai en la localidad de Luvungi. En el ataque, realizado a tan solo 30 kilómetros de una base de «cascos azules», al menos 500 mujeres fueron violadas, demostrando la incapacidad manifiesta de de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en el Congo (Monusco) para proteger a la población civil.
No en vano, el propio secretario general adjunto de la ONU para Operaciones de Paz, Atul Khare, reconoció la responsabilidad de la Monusco en «no haber sabido contener las agresiones».
Aunque más preocupante resulta que el enemigo se encuentre en casa. En 2008, una investigación interna de la ONU reveló que «cascos azules» indios habrían cometido, presuntamente, abusos sexuales contra miembros de la población civil. De igual forma, soldados paquistaníes estarían implicados en una trama de venta de armas al grupo rebelde Frente Nacionalista e Integracionista a cambio de oro procedente de los yacimientos de la zona.
FOTO: fecons.org