Los varones se presentan tres veces mas que las mujeres a concursos para la magistratura, en un contexto donde la composición del Poder Judicial es mayoritariamente femenina pero ellas son minoría en cargos jerárquicos, según determinó un estudio de la Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia.
El estudio determinó que el 78,2 por ciento de quienes concursan son varones y el 27,2 por ciento son mujeres, resultado obtenido a partir del análisis de 698 currículos de personas que se postularon a 20 concursos para ser juez, jueza y vocal de cámara nacional y federal entre los años 2010 y 2012.
Los datos obtenidos son coincidentes con la composición de la justicia nacional y federal, donde el 71 por ciento son magistrados y sólo el 29 por ciento son mujeres, según el último Mapa de Género que también realizó la OM, que en el año 2013 identificó que el 55 por ciento del personal judicial es femenino.
La edad promedio de las mujeres que concursan es de más de 46 años, en tanto la de ellos es de 44, lo que permitió determinar que «hasta los 40, se presentan cuatro veces más varones que mujeres» y que sólo el 23,2 por ciento de ellas lo hace antes de llegar a las cuatro décadas.
«Frente a concursos que son formalmente neutrales al género, el impacto de la maternidad y el cuidado -que recae prioritariamente sobre las mujeres- hace que los requisitos impuestos sean más gravosos o de más difícil obtención; y se destaca entonces la necesidad de implementar medidas de acción positiva para que las mujeres logren alcanzar los cargos de mayor jerarquía», aseveró la jueza de la Corte.
El rol cultural de cuidadoras impuesto a las mujeres se ve en las cifras del informe donde decrece la postulación femenina en edades en que son madres y cuando en ellas vuelve a recaer el cuidado de nietos, nietas y los adultos mayores.
«En los rangos de edad entre los 41 y 50 años y entre los 51 y 60 se presentan el doble de varones que mujeres. En tanto, la diferencia mayor se da con relación a quienes se presentan con más de 60 años, siendo cinco veces más los varones», constató el análisis.
También influiría que las postulantes «consideran que requieren mayores calificaciones o méritos», ya que la pesquisa determinó que los varones cuentan con mayor experiencia docente, libros y artículos publicados.
La estadística se invierte cuando las o los postulantes tienen más de 51 años, ya que allí son las candidatas las que logran mejores antecedentes.
Además, las mujeres son las que más cuentan con títulos de maestría o doctorado, es decir «presentan un mayor nivel de estudios».
Sobre el lugar de donde provienen profesionalmente quienes aspiran a nuevos cargos, la conclusión es que las mujeres «se postulan a cargos de cámara cuando poseen ya un cargo de magistradas en mayor medida que los varones».
El trabajo fue coordinado por Flora Acselrad, titular de la OM, junto a Carolina Anello y Alejandro Schilman quienes impulsaron este informe que «demuestra la existencia de barreras ocultas que operan desalentando a las mujeres a competir para ocupar cargos de mayor decisión y jerarquía en el Poder Judicial».
El último Mapa de Género ya había visibilizado que en la totalidad de los Superiores Tribunales y Cortes hay sólo un 22 por ciento de ministras, un 33 son camaristas y un 44 de juezas.
La investigación concluyó que la designación de mujeres en las más altas esferas de la decisión de la Justicia «puede actuar para alentar a otras a presentarse a los concursos para acceder a la magistratura».
Por todo esto, Highton de Nolasco hizo un llamado a quienes intervienen en las designaciones, pues «está en sus manos lograr un cambio en la composición de la magistratura argentina», afirmó.