Julieta Mónica Arias, víctima de violencia familiar, asesinada y enterrada en el fondo de la casa de su ex esposo.
Esta semana nuestra ciudad se vistió de luto tras conocer el caso de Julieta Mónica Arias (de 32 años) quien fuera asesinada y enterrada en el fondo de la casa de su ex ? marido, principal sospechoso en la causa.
Según trascendió, se habrían radicado numerosas denuncias policiales por violencia familiar contra el ex marido de Julieta.
Este caso se asemeja a tantos otros de mujeres que mueren sin tener adecuada protección por parte de las autoridades. ¿Cuántos asesinatos más deben ocurrir? ¿Cuántas mujeres que sufren violencia están esperando justicia?
Desde el Programa Juana Azurduy promovemos el fortalecimiento de los derechos de las mujeres y es fundamental que el trabajo de prevención y capacitación que realizamos tenga su correlato en los agentes públicos con competencia en atención de casos de violencia familiar (sanitarios, asistenciales, legales) así como los agentes y funcionarios que tienen competencia por Ley para intervenir en los mismos (policía, poder judicial, ministerio público).
Además es esencial que los medios de comunicación masiva y la opinión pública adviertan que la calificación de casos como éstos de «crímenes pasionales» sirve para ocultar la criminalidad y brutalidad de la violencia de género. Por tanto, es central que cese dicha calificación y que realmente se los considere como violaciones a los derechos humanos.
Finalmente, convocamos a la sociedad a reflexionar acerca de la impertinencia del debate sobre la vida íntima de la víctima. En su caso, si son datos que ayudan a esclarecer el hecho deben permanecer en la más sagrada confidencia. El razonamiento que invita maliciosamente a pensar que la mujer víctima de violencia tiene (cierta) responsabilidad por lo que le ha sucedido no sólo es perverso, sino que reproduce los argumentos que históricamente han perjudicado a las mujeres, tanto en el orden público como en el privado.
Exigimos:
– ni un femicidio más;
– que se escuche a las mujeres ante denuncias como ésta y se tomen las medidas necesarias ? aun cuando desde el punto de vista procesal-formal no hayan «pruebas» suficientes, entre otras cosas no olvidemos que la violencia psicológica forma parte de la violencia familiar (ley provincial 7403, ley nacional 24417 y convenciones internacionales);
– que los agentes con intervención en casos de violencia familiar sean capacitados con perspectiva de género para complementar su formación;
– que bajo ningún punto de vista se debe indagar en la vida privada de la víctima;
– que los poderes públicos de la Provincia tomen cartas en el asunto ante estas reiteradas violaciones a los derechos humanos.
Cuando maltratan a una, nos maltratan a todas.