Para el doctor en ginecología Jefferson Dresset, director del Servicio de Aborto Legal Seguro y Violencia Sexual del Hospital Pérola Byington, San Pablo, la ley tal cual esta planteada actualmente en Brasil es insuficiente e ineficaz para tratar un embarazo no deseado. «En mi país hay una mujer muerta cada día porque no se permite que aborte», asegura, destacando que esta prohibición legal «es el método más eficaz para matar a las mujeres».
Dresset considera que la negativa a despenalizar y legalizar el aborto es una contradicción dentro de los países que le restan importancia a la salud sexual y reproductiva, ya que no existiendo prevención, es en ellos donde se practica la mayor cantidad de abortos inseguros y adonde se penaliza este tipo de prácticas.
«La mayoría de los abortos inseguros son hechos en países subdesarrollados, siendo muy grave en Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay», destaca con un 90% de interrupciones realizadas a nivel mundial en lugares de este tipo.
También refiere que la sociedad brasileña nunca tuvo una discusión tan madura sobre el aborto como en los últimos años, destacando que se debe cambiar la ley para hacerlo extensible a todos los casos y no sólo ante embarazos forzados o porque la vida de la mujer se encuentra en peligro, como ocurre con las legislaciones de la mayor parte de los países de Latinoamérica.
«Las mujeres no abortan por irresponsabilidad»
Para el médico plantearse por qué una mujer aborta es de una importancia superlativa «porque las personas creen que lo hacen por irresponsabilidad» o simplemente por maldad, cuando en realidad existen múltiples razones como la falla de un método anticonceptivo o un embarazo producto de una violación.
Dresset señala también que debe rescatarse que el estado brasileño ha hecho un cambio muy importante, aunque reciente, ya que el aborto esta permitido en el Código Penal desde hace más de 50 años en casos de violaciones o cuando un embarazo pone en riesgo la vida de la madre, sin embargo, aclara que recién desde hace quince años se desarrollan servicios de salud que sirven a la concreción de los derechos de la mujer. En ese período, el director del Servicio de Aborto Legal Seguro y Violencia Sexual del Hospital Pérola Byington, manifiesta que se han desarrollado 900 abortos sin ninguna complicación.
Del mismo modo, relata que en los casos de violaciones no se debe imponer denuncia policial para solicitar el aborto, aunque subraya que la mayor parte de las mujeres que procuran la interrupción de un embarazo hacen la denuncia previamente, «porque es tan importante obtener justicia como obtener salud». Sobre esto, explica que desde la óptica jurídica se puede interrumpir un embarazo en cualquier momento, pero cuanto más adelantado se encuentra éste, pueden existir riesgos para la vida de la mujer.
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