«La política sigue siendo misógina»

Así lo expresa la Dra. en Filosofía y diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Diana Maffia, quien visitó la ciudad de Salta en el marco de los Seminarios Las Mujeres y el Bicentenario, organizados por el Área Municipal de la Mujer.»Mientras no hayamos suficientes mujeres en política esta va a seguir siendo misógina», afirmó la legisladora después de una excelente exposición sobre el feminismo y su desarrollo en los tres últimos siglos.

En relación a la política, la integrante de la Coalición Cívica asegura que hay una gran aberración a que una mujer ocupe estos lugares y que la Ley de cupo sigue teniendo un rol importante aunque ello no signifique la efectivización en cargos electivos, al tiempo que destaca que aquellas que llegan lo hacen condicionadas por intereses y con mandatos de maridos y amantes.

Sin dejar de lado el terreno político, cabe destacar que en la misma exposición y ante la pregunta de un asistente, Maffia había señalado minutos antes que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no tiene perspectiva de género.

El techo de cristal y las imposibilidades que se invisibilizan

«Hay barreras que no resultan visibles pero que están como ocurre con lo que se conoce como techo de cristal», afirma, enfatizando que esto se da en todas las áreas vedadas por el género.

Maffia expresa también la necesidad de la capacitación en este sentido de quienes trabajan ocupando cargos electivos o ministeriales y manifiesta que más allá de la necesidad de una mejor legislación, lo más relevante es que cuando las leyes existen no se cumplen porque quienes tendrían que hacer efectivo el ordenamiento jurídico no lo hacen, explicando que estas situaciones ocurren porque hay un compromiso patriarcal desde los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

También señala que cuando más lejos esté la ley de la situación que se vive en esa sociedad más lejos se encuentra de cumplirse, reforzando la idea de la importancia que tienen los cambios culturales, y explicando así que una mujer que encuentra una barrera y cree que es personal no puede emplear una estrategia vinculada con sus derechos, sino sólo una forma de supervivencia.

Fuera de nuestra decisión sólo hay cuerpos expropiados

«La primera barrera es que las mujeres no nos hemos podido apropiar de los derechos sobre nuestros propios cuerpos porque sufrimos violencia y no tenemos políticas públicas que nos protejan de esto. No podemos decidir cómo y cuando tener relaciones sexuales, porque sigue habiendo abusos y violaciones y en caso de consentir éstas no podemos decidir si quedar embarazadas o no porque no hay suficiente acceso a la anticoncepción y a la educación sexual cuando todavía se discute sobre esto último. No podemos decidir ante un embarazo no deseado, incluso cuando éste es producto de una violación, si abortar o no», refiere. En ese contexto Maffia sentencia: «Nos están hablando de cuerpos expropiados que están en manos de un juez, del marido, del cura pero fuera de la decisión de nosotras».

Proyectos y situaciones reproductivas

La legisladora, explica la relevancia de este poder decidir, ya que a diferencia del sexo masculino, en las mujeres todos los proyectos están organizados alrededor de las situaciones reproductivas, cosa que no sucede en el hombre puesto que la paternidad no limita su inserción laboral o el inicio o continuación de sus estudios. Maffia resalta que es este acceso al cuerpo el que permite o restringe el resto de los derechos.

En la misma línea, y siguiendo los múltiples obstáculos «dados» por el género, la diputada precisa que las mujeres tienen menos posibilidades de desarrollarse en el mundo laboral, con mayor informalidad que en el caso de los hombres, asegurando que en la disputa por los puestos de trabajo que requieren una especialización, las mujeres con formación profesional tienen menos oportunidades a ocupar estos espacios por la sóla condición de su sexo.

FOTO: www.dianamaffia.com.ar