Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010

La otra realidad de una fiesta épica

Pobreza extrema, prostitución, trata de mujeres, sida? son algunas de las caras ocultas tras la suntuosidad del Campeonato Mundial de Fútbol, que celebra sus rituales cada cuatro años, involucrando a millones de espectadores de todo el mundo. Pero también ?y quizá en Sudáfrica 2010 como nunca antes- emergen nuevas caras de esperanza y voluntad de cambio: son las organizaciones sociales que trabajan denodadamente para que, tras la ceremonia de cierre, miles de varones y mujeres tengan una mejor calidad de vida.

En Uruguay comenzó todo: fue en 1930, cuando la primera competición por la Copa Mundial de Fútbol -que apenas había convocado a representantes de 13 países- se convirtió en la chispa de una historia con ribetes épicos, que casi un siglo después incendia el planeta cada cuatro años, y que pone en juego una incalculable suma de dinero de improbable procedencia e ignoto destino.

Y es precisamente esa cada vez más íntima relación entre el fútbol, el dinero de incierta naturaleza y los negocios no tasables, lo que con el correr de los años vincularía al más popular de los deportes con la más rentable actividad ilegal del mundo, junto al tráfico de drogas y armas: la trata de mujeres con fines de explotación sexual.

Sabido es que todos los acontecimientos mundiales que congregan a grandes multitudes ?sobre todo extranjeros- son el ?mercado? ideal para que los tratantes y proxenetas exhiban y ?alquilen? su ?mercadería?. En especial ocurre con los mundiales de fútbol, quizá porque allí se conjugan los dos estandartes del patriarcado postmoderno: el deporte y el sexo.

Este fenómeno de ?mercado? creció junto a la globalización hasta niveles alarmantes: según denuncias nunca comprobadas pero tampoco categóricamente desmentidas, el gobierno de Berlín consintió la creación de una especie de ?ciudad del sexo? que albergó a unas 40.000 prostitutas procedentes de los países del Este durante el Mundial de Fútbol 2006.

Un reclamo solapado

De hecho, fue público y notorio un reclamo solapado para que Sudáfrica 2010 superase esa marca: el diario británico ?The Guardian?, conocido por su tendencia editorial de centro-izquierda, no vaciló en justificar ?las eufóricas celebraciones de los seguidores futboleros durante las victorias de sus respectivas selecciones, que seguramente se acompañarán de alcohol y sexo?.

En un informe titulado ?Exigen legalizar la prostitución en Sudáfrica para el próximo mundial de fútbol; los eufóricos seguidores corren graves riesgos de contraer VIH si no se regula el mercado sexual?, el diario inglés afirma que ?la historia de los mundiales ha demostrado que la demanda de prostitución explota durante esos días en cualquier país sede de estos carnavales en torno al fútbol?.

?Las caóticas hordas de fans no solo muestran una incansable sed de fútbol y cerveza, también demandan sexo pagado para saciar su viril fanatismo?, justifica el diario ?progresista?, un enfoque editorial acorde al pensamiento del autor del informe, para quien la prostitución está considerada como la ?profesión más antigua del mundo, después del trabajo de la tierra y la brujería? (SIC).

Hasta el mismo momento en que se corrió la cortina del gran acto inaugural de Sudáfrica 2010, éste y otros presuntos ?reclamos? de sexo fácil felizmente no tuvieron eco entre las autoridades sudafricanas, al menos no oficialmente. Recordamos que la prostitución es ilegal en ese país, que de hecho respondió a los grupos de presión con una ?solución? que pasa por la mano dura.

Pero las advertencias no han cesado: un estudio de la investigadora zambiana Merab Kambamu Kiremire, titulado ?En el punto de mira: tráfico humano para prostitución para el Mundial de Fútbol de 2010?, asegura que el tráfico hacia el mercado sexual sudafricano lleva años sucediendo, pero ahora las bandas criminales llegan preparándose para hacer dinero con el esperado boom del turismo sexual en torno al Mundial.

El trabajo no hace referencia específica a Namibia, pero la Comunidad de Desarrollo del África Austral, SADC, ha presentado pruebas de que por toda la región están desapareciendo cada vez más chicas jóvenes, niñas y niños que aparecen en burdeles y casas de masajes de las grandes ciudades de Sudáfrica.

Por su parte el arzobispo católico de Durban, Fox Napier, denunció que ?la FIFA está haciendo presiones sobre el Gobierno sudafricano para despenalizar la prostitución?, y advirtió que ?la mayor preocupación deriva de una posible explosión de la prostitución que conlleve un fuerte aumento de la difusión del sida?. Según asegura el portavoz de la Conferencia Episcopal, ?están llegando miles de mujeres de todo el mundo?.

¿Sólo versiones?

De todas maneras, estas denuncias hasta el momento no pasan de ser sólo versiones no confirmadas. La misma Oficina Central de Drogas en Sudáfrica, ha estimado hace un par de semanas que 40.000 mujeres que ejercen la prostitución llegaron a Johannesburgo, aunque no ha brindado explicaciones por semejante cantidad. La cifra es igual a la que se le atribuyó hace cuatro años al gobierno de Berlín haber autorizado durante el Mundial de Fútbol 2006.

En realidad, la Organización Internacional de Migraciones (OIM), poco después del evento del 2006, reportó que ?no hubo ningún incremento? en la trata de personas durante la Copa Mundial y que ?la cifra estimada de 40.000 trabajadoras sexuales? era ?infundada y poco realista?. Del mismo modo, ni la OIM ni la Policía de Grecia denunciaron tráfico o explotación sexual durante los Juegos Olímpicos, y las cuatro víctimas de tráfico que la OIM trató en Grecia en el año 2004 no ocurrieron por tales fechas.

Como fuese, lo que sí puede verse en Sudáfrica desde septiembre, son los oficiales de una »Brigada Antivicio», que ha vaciado las ciudades de excluidos con una operación de »limpieza» de prostitutas, mendigos y niñez en situación de calle.

Los considerados «indeseables» de la vía pública son retirados y enviados a refugios, que en realidad ?son campos de concentración?, sostiene con tono crítico Warren Whitfield, de la asociación Addiction Action Campaign, una organización especializada en la ayuda a personas drogodependientes. «Es una violación de nuestros derechos constitucionales», añade, antes de estimar que su país «comete violaciones de los Derechos Humanos para preservar el Mundial».

Desde la vereda de enfrente, el Grupo de Acción para la Educación y la Defensa de las Trabajadoras Sexuales (SWEAT), con sede en Ciudad del Cabo, responde que las medidas preventivas son insuficientes: «Nosotros pensamos que habrá un aumento de la actividad de las trabajadoras del sexo durante el Mundial», mantiene la organización. «Da miedo porque se sabe que nuestro país es el que cuenta con el mayor número de seropositivos» del planeta, aseveran desde SWEAT.

El miedo real

Quizá el miedo de SWEAT sea el más real y dramático detrás de la trama de versiones y desmentidos sobre la prostitución durante este mes futbolero en Sudáfrica: casi 5,7 millones de ciudadanos y ciudadanas de ese país, de una población de 48 millones, son portadoras del virus del sida. El nivel de presencia del VIH es de hasta un 45% entre las prostitutas, según el único estudio sobre esta actividad, publicado en 1998.

A nivel global, las enfermedades asociadas con el sida son la principal causa de muerte de las mujeres de edad reproductiva, y cada día nacen unos 1.200 bebés con el virus de inmunodeficiencia humana.

Habida cuenta de que las prostitutas estarán obligadas a actuar en la clandestinidad, SWEAT realiza campañas de orientación y de prevención hacia las personas que vayan a pagar por servicios sexuales durante la cita deportiva. La asociación distribuye preservativos y lubrificantes en paquetes adornados con globos redondos en todos los bares en los que se retransmiten y se vuelven a emitir los partidos del Mundial, bajo un cartel que indica: «¡No se marche sin un condón!».

Por su parte, Patrice Evra, de Francia, y Didier Drogba, de Côte d’Ivoire, lideran a los capitanes de diversos equipos que participan en la Copa Mundial que se han unido en una campaña global para prevenir el contagio maternoinfantil del VIH. La iniciativa pretende acabar con la transmisión del VIH de madre a hijo de aquí a 2014, año en que se celebrará la Copa Mundial en Brasil.

Los capitanes de los equipos de Paraguay, Denis Caniza, y de Uruguay, Diego Lugano, también se han unido al llamamiento que lleva el nombre «De Soweto a Río de Janeiro, sáquenle Tarjeta Roja al SIDA».

El flagelo de la trata

Sudáfrica es considerado un punto central de la trata de personas en África, un delito conocido como «tsireladzani». Pero la escasez de datos y la falta de cooperación del gobierno dificultaron la labor del equipo investigador del Consejo de Investigación en Ciencias Humanas (HSRC por sus siglas en inglés), según informó a la agencia IPS la profesora Carol Allais, lo que impide que el trabajo de este organismo pueda arrojar datos confiables sobre la trata de personas, y sobre todo de mujeres, niñas y niños.

Vale destacar que son las mujeres las preferidas de la red de tráfico de personas. Después de ser engañadas e ilusionadas, son explotadas al máximo para generar lucros al mercado sexual.

Diversos países adhirieron a la campaña «Entre en juego limpio», promovida por la hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, a través de la Red Internacional de Género y Solidaridad (RIGyS). La iniciativa tiene como objetivo alertar a los organizadores de la Copa del Mundo y a los aficionados sobre el aumento de casos de tráfico de personas en eventos deportivos mundiales.

El arzobispo de Johannesburgo, Buti Tlhagale, presidente de la Conferencia Episcopal Católica, afirmó que ?buscamos llamar la atención de todos los sudafricanos y nuestros visitantes acerca de la difícil situación de los niños y las mujeres que son víctimas de la trata de personas y especialmente de aquellos que se convierten en víctimas durante este acontecimiento deportivo. El Mundial de Fútbol, aunque muy admirable en sí mismo, saca lo peor en algunos seres humanos. Hombres y mujeres sin integridad, ven una oportunidad de hacer una fortuna con la venta de niños y mujeres para los placeres sexuales de los hombres?.

Asimismo, desde principios de este año la Red de religiosas ?Un Grito por la Vida? -surgida en 2001 en Roma, Italia, cuando cerca de 800 mujeres decidieron trabajar cada una en su país a los fines de combatir el tráfico de seres humanos- y la ?Red Internacional Thalita Khum?, vienen realizando una campaña para alertar y prevenir a simpatizantes y a la población sobre los peligros de este tipo de tráfico. La preocupación se justifica porque el delito se realiza de manera oscura y silenciosa, produciendo cada vez más víctimas.

También el portal de la embajada argentina en Sudáfrica apoya la campaña «Iglesia sobre el balón». Se muestra un video que se centra en la labor de la iglesia católica en el sur de África, particularmente en la relacionada con prevención del VIH/Sida, y la trata de personas, en el marco del Mundial, según consigna un completo informe de la agencia de noticias Periodismo Social, de nuestro país.

Tal vez lo más positivo en materia de prevención, será que en el Mundial de Sudáfrica se promueve, por primera vez en este tipo de eventos, una investigación en las ciudades sedes de la Copa, para evaluar si el evento desencadena un aumento de la oferta y de la demanda en el área de la prostitución, y la trata de mujeres. La investigación es realizada por una universidad de Johannesburgo.

La Hermana Gabriella Bottani, integrante de la red ?Un Grito por la Vida?, declaró a la agencia Adital que el evento deportivo brinda ?la primera oportunidad para observar si existe de hecho un aumento de casos de tráfico humano en eventos deportivos mundiales?.

Programas de incidencia

Son varias las organizaciones que desde hace un tiempo trabajan en programas de incidencia social en el país africano: ?Hermanos por la Vida? reúne a varones para analizar con ellos los riesgos asociados a tener parejas múltiples, el rol paterno, y los conocimientos sobre el VIH; Women’sNet es una organización feminista que trabaja para promover la igualdad de género y la justicia a través de la utilización de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), y ?Examine? es una campaña que lleva adelante JHHESA (Johns Hopkins Health and Education in South Africa,) cuyo objetivo es prevenir -entre las y los jóvenes de 18 a 32 años- los riesgos a la infección por VIH, repensar sus relaciones sexuales, el vínculo entre el alcohol, el sexo y el VIH, y el intercambio de sexo por dinero o bienes materiales.

Marta Garrich, periodista y activista residente en Sudáfrica, en una nota especial para Periodismo Social, indica que éstas y otras organizaciones de la sociedad civil ?llevan también tiempo trabajando para que, más allá del espectáculo deportivo, Sudáfrica se quede con algo más una vez el frenesí haya acabado. Se trata de campañas que buscan acabar con la trata de personas, durante y después del Mundial. También es delicado el tema de la prestación de servicios públicos, es decir, las promesas todavía por cumplir sobre la construcción de casas para todos aquellos que viven en chabolas o sobre el acceso a la electricidad?.

Añade Garrich que se utilizarán los Fan Park, que son espacios públicos que el gobierno ha establecido por todo Sudáfrica con grandes pantallas de televisión donde se retransmitirán los partidos. ?En el People?s Justice Fan Park, además de retransmitir los partidos, se organizarán otras actividades como paneles donde discutir temas sociales, lecciones sobre el pasado de Sudáfrica, obras de teatro, conciertos de grupos sociales, etc.?, abunda.

Las mujeres y el fútbol

Entre las iniciativas que incluyen activamente a las mujeres en esta Copa Mundial, se destaca la de Global Girl Media, una organización no gubernamental que capacitó a sudafricanas pobres para que hagan una cobertura periodística del megaevento deportivo, y de paso relaten historias personales y de sus comunidades.

Global Girl Media, una organización educativa creada en 2009, entrenó a mujeres de entre 15 y 20 años en el manejo de medios de comunicación digitales. El proyecto, «Kick it Up!» (¡Levántalo!), enseñó a unas 20 jóvenes a informar sobre el campeonato y las alienta a contar sus propias historias de vida.

La capacitación estuvo a cargo de periodistas, comentaristas y deportistas mujeres, quienes enseñaron a las jóvenes todo lo relacionado con la cobertura del torneo, desde la gestión de un blog hasta la edición de videos. El objetivo es brindarles una salida laboral y una forma de interactuar con sus comunidades.

Como puede verse, no todo será 22 jugadores en un campo tratando de hacerse de la pelota; como nunca antes en este tipo de eventos, el Mundial de Fútbol 2010 parece atravesado por otros intereses, más cercanos a la cotidiana humildad de los varones y mujeres de a pié que, tras un mes de euforia, volverán a encontrarse con su vida, muy distante de la ostentación y el dinero fácil en que viven organizadores y protagonistas del mayor acontecimiento deportivo del planeta.