La igualdad entre mujeres y hombres tiene que ser «una política de Estado». «Requiere el acuerdo de las fuerzas políticas y de una hoja de ruta para que no haya marcha atrás», aseguró en Madrid la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet.
En un almuerzo con representantes políticos, empresariales y de las asociaciones de mujeres, la ex presidenta de Chile, desde el pasado julio al frente de la nueva agencia de Naciones Unidas dedicada a impulsar la equiparación de hombres y mujeres, recibió la pregunta de qué hacer con la prostitución. Abogó por el final del tráfico de personas, sobre todo mujeres y niñas, con fines sexuales. Aseguró que es el tercer negocio ilegal que mueve más dinero en el mundo tras el tráfico de drogas y el de armas. «Estas cosas están pasando bajo nuestras narices», dijo tras asegurar que en Estados Unidos hay niñas traficadas de 13, 14 o 15 años. Sobre la consideración legal de la prostitución, señaló que es competencia de los gobiernos «hacer la discusión que corresponda».
Bachelet elogió el papel de España, al que puso como «un ejemplo del compromiso en igualdad, una tarea para la que sobran motivos y faltan manos».
Bachelet habló de su propia experiencia como primera mandataria del Cono Sur. «No fue fácil ser la primera presidenta», dijo. Al frente de Chile, sufrió «la desconfianza de la clase política y de muchos compatriotas» por el hecho de ser mujer. Aunque raro era el día que no escuchaba «comentarios machistas», «las nubes se fueron disipando». Por fin llegó el momento en que se empezó a hablar más de su gestión que de su «condición de mujer».
Como máxima ejecutiva de ONU Mujeres, la Agencia de Naciones Unidas dedicada específicamente a algo más de la mitad de la población del mundo -la femenina- se ha propuesto cinco objetivos básicos cuyo logro es «cuestión de justicia». Entre ellos figura un mayor poder femenino en todos los órdenes (político, social, económico) y erradicar la violencia que sufren las mujeres por serlo, tanto en situaciones de guerra como de paz. Señaló que es la primera causa de muerte para las mujeres entre 15 y 35 años, superior a la mortandad que ocasionan siete enfermedades juntas. Todo ello pasa también por una «tarea monumental» como es el cambio de mentalidad. Bachelet recordó que las mujeres árabes han salido a la calle en demanda de libertades. Precisamente el miércoles se desplazará a Egipto para ver la situación sobre el terreno.
Recordó que en el planeta son mujeres menos del 10% de los jefes de Estado, el 19% de las parlamentarias y el 5% de las ministras.
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