Provincia de Buenos Aires

La hija de la docente estrangulada presenció discusiones previas con el supuesto asesino

La hija de Griselda Noemí González, la docente de 39 años estrangulada   la semana pasada en un departamento de la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, aseguró a la justicia que presenció discusiones entre su madre y el sindicado asesino, un hombre de nacionalidad ecuatoriana al que la víctima había conocido por facebook y que había llegado al país días atrás.asesino ecuatoriano

El fiscal de Moreno que instruye la causa, Leandro Ventricelli, ya solicitó la detención y captura internacional del presunto homicida, quien de acuerdo a los registros migratorios cruzó a Uruguay el jueves pasado.

Voceros allegados a la investigación relataron que Ventricelli entrevistó a la hija de 18 años de González (39) y ésta manifestó que conoció al imputado, identificado como Waldo Mares Parra (33), cuando fue a recibirlo al aeropuerto con su madre el martes 9 de febrero.

Según dijo la joven a los pesquisas, ya en ese primer contacto y al día siguiente, cuando fueron a ocupar el departamento de Francisco Álvarez que la docente había alquilado para él, González y Mares Parra mantuvieron discusiones y ella intervino y les dijo que «no pelearan, que tenían que llevarse bien».

El fiscal también le tomó el testimonio al marido de González, de nombre Lorenzo, y éste le aseguró que a diferencia de la joven, hija de otra relación anterior de la docente, se sorprendió al saber que su mujer estaba en contacto con otro hombre, que no estaban separados como la chica manifestó y que aún convivía con ella.

«Lo que yo pienso es que vino a Argentina directamente a matarla. Si vino el martes y el jueves ya la mató, no le encuentro explicación», dijo hoy a Télam Lorenzo, y agregó que no entendía cómo Griselda «que era muy inteligente, fue tan confiada».

Justamente, una de las hipótesis de la investigación es que el móvil del crimen pudo ser que Mares Parra se puso celoso al descubrir que la docente no conviviría con él y continuaría en su casa familiar.

En ese sentido y pese a que el presunto asesino se llevó el teléfono celular de la víctima y una pequeña suma de dólares equivalente a 3.000 pesos que la mujer le había girado a Ecuador días atrás, el fiscal Ventricelli descartó el «robo» como móvil del femicidio.

El instructor judicial entiende que el teléfono se lo llevó con la intención de que no se conocieran las conversaciones que mantuvo con González y que el dinero lo necesitaba para moverse en su fuga.

El cadáver de la docente fue hallado el sábado último en una casa ubicada en el cruce de ruta provincial 7 y San Pedro, de Francisco Álvarez, partido de Moreno, luego de que la hija de la víctima se acercara preocupada porque no tenía noticias de su madre desde hacía dos días.

Al ver llorar a la joven, el propietario de la vivienda, de nombre José, se comunicó con la Policía, por lo que efectivos de la comisaría de la zona rompieron el candado con el que Mares Parra había cerrado la puerta y hallaron el cuerpo de González.

En la autopsia realizada el lunes último los peritos tanatólogos constataron que la muerte se produjo por «asfixia mecánica manual» debido a que un hueso del cuello estaba quebrado, posiblemente con un dedo pulgar, y la data coincidiría con el jueves, cuando una vecina dijo que había escuchado una pelea en la casa y luego vio salir apurado al sospechoso.

Con respecto a la mecánica de la muerte, la abogada de la familia de la víctima, Ana Mottino, aseguró hoy a Télam que como en la vivienda no había signos de violencia ni de que Griselda haya presentado resistencia, creía que el ataque «pudo ser desde atrás para sorprenderla y que no pudiera defenderse».

Según las fuentes, durante los últimos cuatro meses González mantuvo con este hombre una relación amistosa a través de Facebook, hasta que ella le envió dinero para que compre los pasajes aéreos con el objetivo de conocerse personalmente y le alquiló el departamento en Francisco Álvarez.

La mujer durmió en su propia casa el miércoles, fue a verlo al jueves y nunca regresó ni contestó más el teléfono, por lo que dos días más tarde, su hija, preocupada por su ausencia, se presentó en el lugar y se descubrió lo que había ocurrido.

Con los datos proporcionados por la hija de González y una tía de la víctima y documentación que Mares Parra había olvidado en la casa, el fiscal pudo averiguar que el mismo jueves había escapado a Uruguay en una nave de la empresa Buquebús.

En la casa, el acusado dejó certificados de antecedentes penales y un analítico de estudios, lo que abona la teoría de que el hombre llegó al país con la intención de instalarse y buscar trabajo, que el crimen no fue planificado y que escapó inmediatamente.

Ventricelli solicitó al juez de Garantías a cargo de la causa la captura internacional del acusado, por lo que se esperaba que en las próximas horas las autoridades uruguayas comenzaran a colaborar en la búsqueda.

Por la cantidad de dinero con la que contaba Mares Parra, los investigadores creían que el hombre debía estar aún en el país vecino, aunque cuenta con varios días de ventaja por lo que no descartaban que haya logrado cruzar más fronteras.

 

Imagen : Charly Baigorri/ Télam