Aborto e influencia eclesiástica

La doble moral entre el discurso y las prácticas

Para el investigador del CONICET, Juan Marco Vaggione, existe una doble moral o un doble discurso entre las prácticas privadas y lo que se sostiene en público, especialmente en lo atañe a derechos sexuales y reproductivos y la discusión en torno al aborto. El abogado y sociólogo agrega: «Ese doble discurso que se debe en gran medida a la influencia de la Iglesia en la región es lo que hace tan dificil cambiar las leyes».

Vaggione explica que por un lado se prohibe, se penaliza, se criminaliza el aborto, pero por otro, existen otras válvulas de escape que permiten que el aborto se practique en sectores que cuentan con recursos económicos para efectuar procedimientos seguros, mientras las consecuencias recaen sobre los sectores más excluídos.

«Es una estrategia de respuesta política y de poder, de una moral privada que sigue ciertas reglas y una moral pública que se impone frente a otros», argumenta, rescatando que en ese juego discursivo que cuestiona el aborto se da una realidad que atañe a la Iglesia como los innumerables casos de denuncias de pedofilia, ocurridas en su seno.

El investigador sostiene que hay diversas causas que permiten este juego entre moral pública y prácticas privadas y la gran impronta de las iglesias pero fundamentalmente de la Iglesia Católica. En torno a ello dice: «Son siglos de influencia de la Iglesia sobre los estados y la población, a lo que se suma la baja legitimidad de los sectores políticos y gobernantes, lo que es un fenómeno de nuestros tiempos».

«La Iglesia Católica sigue siendo una de las instituciones más confiables de Latinoamérica, lo que le da un poder y legitimidad para apoyar a los gobiernos de turno como lo hizo con la dictadura militar, recibiendo a cambio un tratamiento privilegiado, el sostenimiento del culto y la posibilidad de intervenir en defensa de la concepción católica de la familia y la reproducción», afirma.

Defender el ejercicio de la ciudadanía

Sin desatender a la influencia de las religiones y los obstáculos que nacen desde allí, Vaggione enfatiza que el aborto es un derecho de las mujeres, que deben decidir si ser o no madres y en que momento hacerlo.

Para el sociólogo, la arena más importante en la que debe darse y argumentarse esta lucha es en la esfera la de los derechos humanos, en este caso concerniente a las mujeres, en la autonomía de las mismas y la defensa del ejercicio completo de la ciudadanía.

Agrega sobre esto que si bien los abortos clandestinos son una verdadera problemática de salud, las dos argumentaciones deben ser consideradas por igual.

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