Caso Milagro Erazo

?La carátula de una ley no debe hacernos olvidar de que estamos hablando?

Con esta frase, Alfonsina Morales del Área Municipal de la Mujer de Salta, sintetiza su experiencia en el acompañamiento de mujeres que son víctimas de violencia género, una forma de reproducción cultural al que las leyes esconden bajo el rótulo de ?violencia familiar?.

Morales destaca sobre este punto que lejos de continuar con el discurso mediático impuesto que refiere habitualmente ante feminicidios con la frase ?se le fue de las manos?, a quien arremete, a quien viola o a quien mata a una mujer, debe enfocarse esto como lo que verdaderamente es: ?violencia de género?.

Sobre el abordaje específico que debe hacerse en torno a los casos de violencia familiar que no hacen más que aludir a hechos de violencia de género, que se traducen en ?violencia física, emocional y económica?, precisa que si bien la Ley de Violencia Familiar 7403 vigente en la provincia es modificable, su importancia radica en incluir a las ex parejas y novios, y que el marco general de la violencia familiar es en realidad ?el de la violencia de género?, considerando que todas las reformas que puedan incluirse en nuestra norma deben partir de un 25 de noviembre.

Fundamenta también que el cambio en la mirada sobre esta problemática, debe revestir una modificación de fondo y no de forma, añadiendo que no debe confundirse violencia familiar con conflicto familiar, siendo el segundo perfectamente abordable desde la instancia de la mediación, mientras el primero contiene una situación de disparidad extrema entre el agresor y su víctima en el que mediar se torna inaplicable.

El crimen de Erazo, una muestra más de la violencia machista

Sin ir demasiado lejos ni en el tiempo ni el espacio, baste citar el último caso ocurrido hace algunos días en Tartagal, provincia de Salta, donde Milagro Erazo de 45 años murió en manos de su ex pareja, José Gerardo Díaz, de 63, hecho que según la línea de los medios locales consistió en un asesinato originado por celos.

Para Morales, este tipo de acontecimientos de extrema violencia, reviste excesos que terminan cobrándose la vida de miles de mujeres en manos de sus maridos, ex parejas, amantes o novios, constituyendo una forma más en la que se observa una situación de primacía y de poder del hombre que al extinguirse, fomenta una agresión mayor de aquellos que están acostumbrados a ejercerlo, a dominar a la mujer y a ?hacer lo que quieren con sus cuerpos y su vidas?.

FOTO: www.corrientepraxis.org.ar