Tegucigalpa, octubre.- El viernes 16 de octubre, mediante una nota enviada con un mensajero desde la gerencia del grupo INVOSA-Radio Cadena Voces y basada en el decreto que restringe las garantías constitucionales, fueron cerrados los programas «Tiempo de Hablar» del Centro de Derechos de Mujeres y «La Bullaranga» del Centro de Estudios de la Mujer-Honduras.
Esta noticia fue informada unos días después que el grupo INVOSA decidiera cobrarles el doble de lo establecido en el contrato inicial, como condición para la renovación de un nuevo contrato, aduciendo que esta era una tasa establecida por temporada electoral. Después de la aceptación de esta medida por parte de las organizaciones, se les cancelaron los programas.
El documento que justifica la expulsión cita textualmente supuestos «irrespetos a la Constitución», al realizar programas de análisis jurídico y político de contexto con la llegada del presidente Zelaya al país y sobre violaciones a los derechos humanos de las mujeres, con testimonios de mujeres golpeadas y perseguidas por la policía nacional, debido a su participación en las acciones de la resistencia. Entre otros argumentos, se les acusa de ser «un peligro para la paz de la familia hondureña».
Según Daysi Flores, conductora del espacio «Tiempo de hablar», ambos programas contaron con mucha audiencia y participación del público. «Hemos invitado a la gente, desde la intimidad de la radio, a compartir con nosotras la realidad que vivimos y no la que le pintan los medios oficiales».
«Estoy enojada, me parece el colmo de la canallada y me enoja que sigan pretendiendo excusarse en decretos, es una dictadura que pretende callarnos, sobre todo callarnos a las mujeres que pensamos, que cuestionamos, que colocamos debate», agrega.
Otra de las realizadoras de los programas cancelados asegura a SEMlac que se trata de «un avance peligroso de la derecha en Honduras, que me hace recordar los campos de concentración nazi, donde por los medios oficiales pasaban videos de campos modelos, mientras en realidad se estaba masacrando a la gente».
Ahora, «los medios de acá transmiten que todo es normalidad, mientras se cierran los dos únicos programas que quedaban en la capital, no solo de la resistencia feminista, si no de la resistencia en general», opinó.
Sin embargo, se han propuesto la conducción de los programas desde radios comunitarias y locales. «No nos pueden callar, nos queda seguir creando de manera independiente en la resistencia, nos queda seguir haciendo audio, seguir estando allí. Vamos a contrarrestar el golpe con nuestra voces, con nuestras manos, porque es tiempo de hacer bulla y es tiempo de hablar», aseguró Flores.