Relató la pesadilla que le tocó vivir junto a su marido

Habló la mujer atacada en Areco: “Tengo que seguir por mi dos nenes”

La esposa del periodista relató la pesadilla que padeció junto a su marido. “Los odio porque destruyeron a mi familia”, señaló respecto a los dos delincuentes que la ultrajaron durante un robo y la amenaza narco.  Areco.jpg_973718260

A una semana del bestial ataque, la esposa del periodista Sergio Gabriel Hurtado, que fue violada en San Antonio de Areco, dio un relato desgarrador en “Mauro la pura verdad”

“Los odio porque destruyeron a mi familia, Mi mamá está destruido”, señaló Cristina en el programa de Mauro Viale.

La mujer compartió la pesadilla que tuvo que vivir junto a su esposo, conocido en la ciudad bonaerense por denunciar el narcotráfico.

Por su parte, Hurtado se mostró muy golpeado, aunque aclaró que no piensa abandonar sus investigaciones. “No sé cómo pedirle disculpas a ella”, sostuvo el periodista.

Según el relato de la mujer fue a eso de las 4:30 de la madruagda, mientras la pareja dormía, que los atacantes entraron a su casa.

«A nosotros nos mandaron a matarlos», contó que repetía una y otra vez uno de los agresores, mientras que el otro hacía referencia a a las investigaciones de Hurtado contra los narcotraficantes en Areco: «Tenés que dejar de hablar de la droga».

Los delincuentes portaban una pistola y armas blancas, y de manera violenta comenzaron a exigir «el dinero», asegurando que tenían $27000. Ante esto, Hurtado explicó que sólo contaba con 3000 o 4000 pesos y lo que tenía en su casa.

Luego lo llevaron al baño bajo amenazas durante 15 minutos, dejando a su esposa en el cuarto. Allí estos mal vivientes, violaron a la mujer dos veces.

Los ladrones se llevaron dinero, celulares y objetos del hogar. Al retirarse, la familia comenzó a cerrar las puertas y ventanas porque «ellos seguían afuera», dijo el periodista.

Los autores del robo y la violación «son vecinos nuestros, todos los conocen; venden droga» manifestó, y agregó: «Mi esposa está mal. Es muy probable que nos vayamos de Areco».

 

Imagen : UNO