Convencida que traer a cuenta hechos sucedidos es una práctica que puede traer consigo la verdad y la justicia, vuelvo a escribir acerca del Polochic, donde hace una semana fue asesinada Margarita Chub Che.
¿Quién era ella? Una campesina q?eqchi?, madre de una niña de 11 años y un niño de 8, una trabajadora del campo, quien además de participar como represente de su comunidad, realizaba las tareas propias de quien vive en una zona de Guatemala donde las mujeres carecen de oportunidades y los quehaceres domésticos son más pesados, además era comadrona y activista en el centro de salud de Paraná, en Alta Verapaz.
Margarita tenía 37 años, era reconocida como una lideresa que defendía los derechos de las mujeres, su vivienda está a la par de la casa del patrón de la finca San José. Era de noche y hacía mucho calor, relata su esposo Mateo Caal Xo. Ella salió a la pila, mientras él la esperaba dentro de casa, sólo pasaron unos minutos cuando de repente escuchó los plomazos. Él salió corriendo y encontró el cuerpo sangrando sin vida, a la orilla de la pila, ?en su cabeza salía sangre?, explica entre sollozos, al tiempo que demanda ?busquen a los abusivos, yo no los vi?, pero unos vecinos dicen que iban en motocicleta.
El asesinato de Margarita Chub Ché no es algo fortuito, quien o quienes dispararon sabían bien hacía dirigían las balas. Su objetivo era quitar de la acción a una mujer valiente y decidida, ejemplo para quienes deciden hacer algo a fin de mejorar su forma de vida en el Polochic, de ahí que su muerte busque -más allá de segarle la vida- aniquilar un símbolo de lucha. Así encontrarán eco, aquellos mensajes que una vez más se lanzan para inhibir la organización comunitaria y, en especial, la participación de las mujeres indígenas, como por ejemplo: ?es mejor no participar, porque es peligroso?. El mismo enunciado que se diseminó en los años de la guerra contrainsurgente en este país.
Conocer lo que está sucediendo en el Polochic es fundamental porque están involucradas instituciones del Estado y de la iniciativa privada, hay que revertir la inercia que se presenta tras la denuncia de desalojos, persecuciones, agresiones y asesinatos. El silencio y vacío informativo tienen su objetivo: desdibujar no sólo a los responsables directos e indirectos de la represión sino exacerbar el desprestigio de la lucha social en esa zona campesina, donde el hambre aumenta. Tal criminalización igual fue utilizada durante décadas en Guatemala, y que gracias al Informe ?Del silencio a la memoria, revelaciones del Archivo Histórico de la Policía Nacional? hoy existen pruebas con valor jurídico para esclarecer cómo esa fuerza de seguridad violó los derechos humanos de integrantes del movimiento popular reivindicativo durante décadas.