Mirella Ciaccia, la mujer científica elegida para mi entrevista fue en realidad una caja de sorpresas.
Las únicas referencias que tenía sobre ella provenían del instituto de yoga donde dictaba clases, además de saber que era bióloga y que trabajaba en la Universidad Nacional de Salta.
Cuando le hablé de la posibilidad de hacer la nota le brillaron los ojos y dijo que sí sin pudor y allí mismo intuí que tendría un par de temas interesantes que abordar?
Y en realidad fueron más de un par.
La tarde que me recibió en el Centro de Yoga Samsi, que co-dirige junto a Vijaya Kumar Giri, y que es también su casa, me ofreció una tisana y descalza, sentada en grandes almohadones se entregó a una charla a fondo sin ambages.
Es una mujer menuda y bella, de andar y decir muy suaves que, pese a esta imagen que brinda, goza de gran autoridad entre la gente ? mujeres y hombres- que concurren al centro yoga.
Continuamente hace y organiza actividades: clases de yoga, seminarios de cocina naturista, viajes, cenas étnicas, ya que se trata de un centro muy importante en Salta, con continuas relaciones con otras filiales en el país y en Italia.
Ejerce ? podría decirse- una autoridad de tipo horizontal, desde el diálogo, la amabilidad y el hacer constantes.
Mirella es italiana, nacida en Palermo, al sur de la península itálica hace 52 años y si bien habla muy correctamente el castellano, a veces le cuesta encontrar la palabra justa para expresarse, así que en los preámbulos de la entrevista y fuera de micrófono me fue explicando algunos aspectos de su vida que intentaré relatar para enriquecer más lo conversado posteriormente.
En párrafos anteriores comenté que me sorprendieron algunas cosas, pues bien, la primera de ellas fue conocer su militancia feminista en la Italia de los años 70, cuando terminaba de cursar sus estudios y comenzaba a trabajar como bióloga. Las manifestaciones, los carteles y las discusiones con profesores la tuvieron por esos años, en la trinchera, en un país europeo de gran tradición machista, que se negaba a aceptar para la mujer otra función que la tradicional de formar una familia.
Ella misma, en el seno de su hogar tuvo que sortear varias luchas con su padre en pos de su vocación. El ?llamado interior? la llevaba hacia la medicina y quizás la pediatría, sin embargo en su familia no se vio con buenos ojos esa elección y se la instó a elegir una carrera más corta que algún día le permitiera atender una familia con un trabajo de medio día. Su obstinación con la medicina le valió muchos malos ratos y a punto de abandonar su hogar, finalmente aceptó estudiar ciencias biológicas.
Su revancha vendría quizás con los años, cuando se negó a formar una familia tradicional con hijos incluidos y se permitió dedicarse de lleno a su pasión: la ciencia.
Y se ha dedicado con tanto ahínco que hoy lleva una vida ?poco normal?, podría decirse, ya que trabaja en el área de investigación, durante 6 meses en la Universidad Nacional de Salta ( Argentina) y los otros 6 meses del año en Italia.
Hoy, alejada de las manifestaciones feministas sigue sosteniendo un pensamiento modelado por esas ideas, pero elevado ? según lo que ella misma explica- por una búsqueda espiritual que comenzó hace muchos años y que aún hoy sostiene sus ideales.
La otra cara de su historia y de su personalidad batalladora y científica es el camino espiritual que transita a través del yoga, única actividad que ha logrado calmar sus ánimos y que ella vive como una instancia superadora al feminismo ya que, como dice en alguna de sus respuestas ? en el mundo espiritual, somos seres iguales?
Dos coordenadas en apariencia diferentes y difíciles de conciliar que ella, de algún modo logró aunar.
En su discurso y su historia de vida se perciben varios aspectos de su batallar profundamente feminista:
– Uno de ellos indudablemente tiene que ver con la libertad conquistada de vivir como elige.
Esa elección la ha llevado inclusive no solo a decidir no tener hijos sino además a cuestionar ella misma si tenía ese deseo o si solo era una imposición cultural. Porque desde otro punto de vista podría pensarse que tuvo que ?renunciar? a ser madre, sin embargo ella no lo plantea de ese modo, sino como una elección tomada desde la profunda libertad y desde el íntimo convencimiento de que no se es mujer a través de la maternidad, sino que es una de las tantas opciones de vida.
No se ha dejado llevar por la ?naturalización? de la maternidad que durante siglos se esgrimió como condición ineludible del ser mujer.
-Descree profundamente de la neutralidad valorativa y del modelo de conocimiento basado en la objetividad y literalidad del lenguaje ??Esta neutralización es una especie de reemplazabilidad de este sujeto por cualquier otro sujeto?, al decir de Diana Maffía en el artículo ?Contra las dicotomías: feminismo y epistemología crítica?.
Cuando la entrevistada habla de si nota diferencias entre el trabajo de hombres y mujeres en ciencias dice ??sí?no es fácil?depende del grado de interés y compromiso de cada persona, además de cuán brillante sea, pero creo que la calidad que la mujer tiene es la intuición. El hombre va más por la parte científica, busca bibliografía?tengo alumnos excepcionales que cuando les pido algo buscan y traen todos los datos concretos, muy bien?pero?a veces la cosa justa, la cosa desafiante la dijo o la tiene en manos la mujer. Algunos lo llamarían ?sin sensatez?, pero a veces es la calidad que falta, que completa al menos todo lo que se expresa a través del hemisferio izquierdo que es el de la racionalidad.?
Cuando se refiere a esa ?sin sensatez? habla quizás de la intuición, un término que nombra a menudo y que hace referencia a todo un mundo de posibilidades cognitivas no racionales. Entonces intuición, presentimiento, deja vu, sexto sentido?son todas formas de nombrar lo innombrable?esas formas no cognitivas tradicionales de acercarnos y percibir la realidad. Esta forma de enriquecer el trabajo científico rompe con las dicotomías (objetivo/subjetivo o conocimiento/emoción).
La noción de emoción tiene relación con la noción fenomenológica de cuerpo vivido contra cuerpo físico (?entre el cuerpo bajo la descripción científica objetivante y el cuerpo bajo una descripción experiencial ( Donn Welton, citado por Diana Maffia en su artículo ?Conocimiento y emoción?), autora que culmina explicando ?Un interjuego entre el cuerpo y la afectividad que significa que el cuerpo no es solo una ?tabula rasa? donde se inscriben las fantasías de la cultura sobre la diferencia sexual, o una pantalla donde se proyectan los deseos de la madre. No es meramente dócil, una víctima o un paciente disecado por las manos de prácticas epistémicos que determinan sus rasgos materiales. Antes bien, el cuerpo es un nexo tanto ?accional? como ?relacional? de constitución con cierta morfología y cierta intensidad patética y valores en juego que no es reducible al campo de los significados socialmente constituidos. Un cuerpo patético en las antípodas de la apatía estoica.
«La carne, salvaje y activa, hace su propia demanda?
Creo que la entrevistada hace referencia a esa concepción, mucho más si tenemos en cuenta que desde el yoga ella desarrolla un profundo trabajo corporal y energético en el que se concibe al cuerpo como vehículo perfecto, al que hay que cuidar y estimular correctamente para el trabajo emocional, psíquico y espiritual.
-Deseo destacar la parte final de la entrevista cuando ella reflexiona sobre las jerarquías y el poder en cuestiones relativas a comisiones de distribución de subsidios y dice ?Me tocó participar aquí y como no tenía fuerza de decisión ví cosas que no son tan justas y desde ese momento decidí no participar.?. Esto tiene relación con evidenciar que ?nunca o raramente en el análisis de esos hechos se hace lugar a la posibilidad de que mantenerse en los márgenes de estas actividades tan valoradas socialmente pueda ser una elección profunda que hacen muchas mujeres; que tampoco se considere la posibilidad de que conciente o inconscientemente, están rechazando de esa forma muchos de los objetivos y procedimientos de la ciencia o la política. Sin tener el poder para cambiar esas estructuras, preservan otros valores no compitiendo por los primeros lugares, ya que para lograrlos tendrían que desarrollar la máximo cualidades que les son poco afines?.
Mirella así no se ha dejado disciplinar. Comparto entonces también la hipótesis de Diana Mafia en ?Género, ciencia y ciudadanía?, sobre que dados los objetivos de la ciencia actual?que refuerza un particular estilo de relaciones humanas, la falta de presencia de la mujer, podría ser resultado de una elección positiva?con la intención de preservar cierta identidad, evitando implicarse en comportamientos contrarios a su voluntad?.
Conclusiones
Me ha encantado hacer este trabajo. El contacto directo y la charla con una mujer de ?cuerpo vivido? resulta mucho más fascinante que el trabajo meramente teórico, aunque hay que reconocer que sin la teoría previa no podrían ?leerse? tantas cosas en un discurso.
Una primera lectura me brinda la idea de que Mirella Ciaccia es una mujer que, en cierto modo ha encontrado el equilibrio en su vida y en su trabajo, se ha jugado a fondo por el amor a la ciencia, le ha entregado a ella lo mejor de su vida y de su esfuerzo y se reconoce en plenitud, con la armonía que le otorga la superación de la búsqueda espiritual que es la otra mitad de su vida.
Ella relata una sensación muy especial, en la cual no necesita imponerse, ni ser la primera, ni compararse y creo que es parte de la armonía que logró en su vida.
Explica también que el camino espiritual que transita es lo verdaderamente superador y el que la ha llevado a este estado, de comprensión del ?ser? femenino y masculino.
La segunda lectura que hago (y me odio a mí misma por pensarlo, pero no puedo obviarlo de este informe) es la duda que me asalta sobre si en realidad ella misma no se ha fijado un ?techo de cristal?, ya que, luego de lanzarse a las luchas feministas y ponerse en discusión, ha descubierto otra filosofía de vida, otros pensamientos?otros mundos. Un viaje a la India , el encuentro y trabajo hasta hoy con un maestro yogui de una sabiduría exquisita y el contacto directo con las ideas de Oriente ¿no la han disciplinado de algún modo?
¿Este sistema patriarcal es solo occidental o tiene sus raíces en el fondo de las culturas más antiguas de la humanidad y vuelve a aparecer, sutilizado, en concepciones diferentes sobre lo femenino/masculino, el yin y el yang, las eternas dualidades y el equilibrio de los opuestos??
Quisiera quedarme solo en la primera mirada, que porta la esperanza concreta de que más allá de esta vida de luchas y limitaciones hay en lo espiritual, un sentido más igualitario para todos los seres humanos, pero no puedo terminar este informe obviando lo que percibo.
Las respuestas seguramente surgirán solo de las búsquedas individuales, mientras tanto es alentador que haya seres humanos, una mujer en este caso, que tenga tantas certezas y sobre todo tanta paz en su visión de la vida.
Trabajo presentado en el Posgrado de Especialidad de Estudios de Género. comisión de la Mujer Universidad Nacional de Salta 2007- 2008- 2009
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