LAS MUJERES Y EL BICENTENARIO

Estudio exploratorio sobre la situación de la mujer trabajadora en el ámbito periodístico y de la comunicación de Salta Capital – 2009

¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuando dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la Revolución?
Un desprecio más marcado, un desdén más visible. (…).
Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo.

Olympe de Gouges

Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana – 1791

El epílogo de la ?Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana? de Olympe de Gouges en 1971 es una exhortación que – más allá del tiempo – conserva su actualidad, en esta misma Declaración, sostiene que ?las madres, hijas, hermanas, representantes de la Nación, piden que se las constituya en Asamblea Nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos.?

A lo largo de los años y Declaración Universal de los Derechos Humanos, del 10 de diciembre de 1948, que consagró que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y; que los derechos y libertades proclamados deben aplicarse ?sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición?.

Pero no es sólo esta declaración, sino el conjunto de pactos internacionales, plataformas de acción, convenios que fueron necesarios para exigir que se garantizaran los derechos sin distinción, en este sentido y centrándonos en el motivo de esta convocatoria, la diferencia de género ha merecido especial atención. Desde Olympe de Gouges hasta hoy, los derechos de las mujeres no tienen un pleno reconocimiento en la práctica.

En este contexto, nos importa mencionar a la Plataforma de Acción de Beijing 1995, especialmente en su apartado de ?mujer y medios? y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, ratificada por Argentina en 1985 por ley 23.179 e incorporada a la Constitución Nacional en el artículo 75 inciso 22, a partir de la reforma de 1994.

Esta Convención en sus fundamentos reafirma lo expresado por la Declaración Universal de 1948 en relación al principio de la no discriminación y la consideración de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y, aclara, sin distinción de sexo. En otro tramo, sostiene que los Estados partes tienen ?la obligación de garantizar a hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos?, pues reconoce que a pesar de los distintos instrumentos, las mujeres ?siguen siendo objeto de importantes discriminaciones? y que esta situación ?viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana, que dificulta la participación de la mujer, en las mismas condiciones que el hombre?..

Es interesante el afirmación que se hace al aporte de la mujer al ?bienestar de la familia y al desarrollo de la sociedad, hasta ahora no plenamente reconocido, la importancia social de la maternidad y la función tanto del padre como de la madre en la familia y en la educación de los hijos, asimismo reconoce que ?para lograr la plena igualdad entre el hombre y la mujer es necesario modificar el papel tradicional tanto del hombre como de la mujer en la sociedad y en la familia?.

A continuación, la Convención sugiere la adopción de?medidas adecuadas, legislativas y de otro carácter, con las sanciones correspondientes, que prohíban toda discriminación contra la mujer?. Y en este camino estamos y no nos referimos solamente a las leyes, como el caso de la ley por el cual se crea un régimen de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, recientemente aprobada por el Congreso de la Nación y otros marcos legales a favor de la igualdad.

En relación a la Plataforma de Beijing, en su apartado sobre mujer y medios señala que ?a pesar del aumento del número de mujeres en el sector de las comunicaciones? pocas ocupan puestos directivos o con influencia en la política de los medios de difusión, persistencia de los estereotipos basados en el género y la necesidad de suprimir esta imágenes negativas y degradantes de la mujer en los medios de comunicación; además, expresa que ?debería potenciarse el papel de la mujer mejorando sus conocimientos teóricos y prácticos y su acceso a la tecnología de la información? y que los gobiernos y otros sectores ?deberían fomentar una política activa y visible de incorporación de una perspectiva de género en sus políticas y programa?.

Hasta aquí estos marcos legales, aunque la Plataforma no es vinculante, no debemos olvidar que la Convención tiene rango constitucional, desde Beijing transcurrieron 14 años, desde la Convención y su incorporación a la Constitución Nacional 15, ha habido avances, pero no los suficientes, de ello dan cuenta las sostenidas demandas de los colectivos de mujeres de todos estos años. Y es desde esta situación que pensamos la realización de este trabajo que ponemos a consideración para analizar, debatir, construir puentes que nos permitan un avance real, no sólo por la obligación de cumplir con las leyes, sino por el compromiso de que todas gocemos plenamente de nuestrosderechos de ciudadanas.

Las preguntas que dieron lugar a este análisis exploratorio de lasituación de la mujer trabajadora en el ámbito periodístico y de la comunicación giraron en torno a su estatus laboral, su reconocimiento en ese ámbito y – fundamentalmente- la percepción de sí mismas en relación a lo tradicionalmente sostenido como rol de la mujer y su profesión; cuáles son sus inquietudes profesionales y la posibilidad de concretarlas. La elaboración de esta presentación nos ofrecieron más preguntas que respuestas, de allí que consideramos que es sólo una aproximación y que lo deseable es avanzar en una investigación que contemple otras variables que profundicen sobre el real estado de la situación de muchas mujeres de nuestro medios, pues de esas conclusiones podrán plantearse estrategias de acción.

Formación profesional

En nuestra provincia tanto la Universidad Católica como la Universidad Nacional dictan la carrera de comunicación social, la primera desde la década del 80; en tanto que la Universidad Pública abrió la carrera en 2006, Ciencias de la Comunicación

De acuerdo a los datos provistos por el Lic. Daniel Sánchez Fernández de Estadísticas de la UCS, correspondientes a las y los egresados con el título de Licenciada/o en Comunicación Social, en el período 2000 al 2008, obtuvieron su título 88 personas, de las cuales 33 son varones y 55 mujeres, en diferencia porcentual se registra un 24% más de mujeres egresadas.

En cuanto a la matrícula en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional, los datos correspondientes a 2007 indican que hubo 694 inscripciones, 276 varones y 418 mujeres, una diferencia de 20% a favor de inscriptas.

No hay aún egresadas/os de la UNSa., sí de la Católica, un relevamiento de las tesis presentadas, según la página oficial de la Universidad, da cuenta de que una sola tesis se refirió a algo relativo a la mujer.

La lectura de los planes de estudios de las dos universidades dan un panorama general de la formación profesional que se ofrece, la Universidad Nacional, establece como materia obligatoria de 3er. año, Legislación y Ética en la Comunicación, que según los contenidos mínimos deberá abordar entre otros, las normas jurídicas, en este sentido, podemos esperar que se tengan en cuenta las Plataformas de acción, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer y las leyes nacionales y provinciales acerca de la discriminación o violencia contra los seres humanos y se vaya incorporando la perspectiva de género en la formación profesional, sí es de destacar que la universidad organizó paneles en torno a la problemática de género y su relación con los medios; entre otros, un encuentro con estudiantes referido a la violencia contra la mujer en el que participamos como integrantes de la Red PAR -Periodistas de Argentina en Red- por una comunicación no sexista, presentando el Decálogo de tratamiento de la violencia en los medios.

Datos de las encuestadas

El diseño de la encuesta contempló el relevamiento de datos tales como edad, estudios específicos en comunicación, nivel de formación académica, ámbito en que se desempeña, función que cumple en su ámbito laboral, tipo de vinculación y si ésta tiene un reconocimiento formal; si la remuneración es en blanco, cuál es la prioridad informativa y cuáles las temáticas de interés, qué posibilidades tienen de incluir éstas en su trabajo y las más personales: estado civil, cantidad de hijas/ os; cantidad de tiempo dedicado a la familia, trabajo, tiempo libre, estudios y, por último, si le resulta dificultoso equilibrar todos lo roles que ocupa
en su vida diaria, cómo lo hace y si siente que esta situación es comprendida en los distintos ámbitos en los que se desempeña.

Las encuestas se realizaron a través de e- mail sobre una base de datos conjunta. Enviamos la encuesta a un total de 104 mujeres periodistas y comunicadoras de la ciudad de Salta Capital, de las cuales solo contestaron 43, lo que representa un 41 % del universo de estudio.

Destacamos que de manera posterior a la fecha de cierre de la recepción de las encuestas seguimos recibiendo e- mails de nuestras colegas, respondiendo a nuestra requisitoria y pidiendo disculpas por contestar ?tan tarde?. Detectamos que existió una aceptable participación de las periodistas y comunicadoras de nuestro medio, aunque al comienzo se mostraron un poco reticentes a contestarlas.

Otro aspecto a resaltar es que a través del diálogo con muchas de ellas, mientras ambas partes desempeñábamos nuestro trabajo cotidiano, pudimos lograr una mayor participación para la realizacióndel estudio.

Del total de las encuestadas el 46% tiene entre 26 y 35 años y el 30% entre 36 y 45 años. Sólo un 5% tiene más de 56 años, un 7 % entre 46 y 55 años y un 12 % tiene hasta 25 años.

El 60% de las mujeres encuestadas no tienen hijos, en tanto que el 40%si y la mayoría de los hijos son adolescentes y/o jóvenes, esto se relaciona directamente con la edad de la mayor parte de las encuestadas que ronda entre los 26 y 35 años que extienden los plazos para ser mamás.

En tanto, un 47% de las encuestadas son solteras, un 30% son casadas y el 23% de ellas manifestó que convive con su pareja, está divorciada, separada o es viuda. Se dio el caso de una periodista que marcó las opciones de conviviente como su estado actual, divorciada y viuda de otras parejas.

En relación a la formación de las encuestadas el 93% tiene realizado estudios en comunicación, un 88 % tiene estudios universitarios y de ese porcentaje, el 61% de las mujeres encuestadas completaron sus estudios universitarios y sólo un 39%.

Entre las mujeres recibidas como Licenciadas: 6 se recibieron en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba; 13 mujeres son Técnicas Universitarias, Locutoras Nacionales, Licenciadas o con la tesis en trámite de la Universidad Católica de Salta; sólo dos mujeres realizaron estudios de posgrado: Periodismo Clarín y Semiótica de Medios y en Estudios Literarios; una periodista tiene un Máster en Administración de Negocios.

Algunas periodistas cursaron sus estudios en el Instituto Superior Mariano Moreno, el Instituto Jean Piaget; la Universidad del Salvador de Buenos Aires, TEA, Universidad Católica del Norte Antofagasta ?
Chile; otras obtuvieron el título de Perito en Comunicaciones del
IEM ? UNSA, Periodista Digital de la Universidad de Buenos Aires ?
UBA. También hay una profesora en Letras, estudiantes avanzadas en
Comunicaciones Sociales, en Ciencias Políticas y Relaciones
Internacionales y en Lenguas Vivas Inglés. Estos datos revelan que
existe una alta formación profesional de las periodistas y
comunicadoras de Salta Capital.

A la hora de analizar el ámbito laboral en el que se desempeñan
las periodistas y/ o comunicadoras surge de la encuesta que un 51%
de las entrevistadas trabaja en el ámbito institucional y un
49% lo hace en los diferentes Medios de Comunicación, en el
siguiente orden decreciente: Diarios-Revistas-Semanarios, Radio,
Televisión y Medios Digitales. Pero aquí cabe aclarar que no es
privativo un ámbito del otro, la mayoría de las encuestadas se
desempeñan hasta en 5 ámbitos a la vez como es el caso de 1 de
ellas, en tanto que un 37% de las mujeres trabajan en un solo ámbito
laboral y el 63% lo hace en varios.

De este dato deviene no sólo las múltiples tareas que realizan las
mujeres en sus trabajos sino también la versatilidad que deben aplicar
de manera continua e inmediata. Las que trabajan en los medios de
comunicación conocen la urgencia de la noticia, de la búsqueda de
información, la inmediatez y simultaneidad de la palabra; la síntesis,
claridad y precisión en la escritura; y las que trabajamos en las instituciones sabemos de la urgencia informativa de nuestros colegas,
a los cuales debemos informar, y de la urgencia informativa de nuestros jefes, a los cuales también debemos informar, a esto se suma la organización y el control de las actividades que se organizan en la institución, entre otros. En este caso hablamos de las mujeres comunicadoras pero es la tarea diaria de cualquier periodista o
comunicador social.

Respecto al tipo de vinculación laboral, el dato que surge como destacable es que un 72% de las mujeres se visualiza como
profesional y establece ese tipo de relación en su ámbito de trabajo. Este dato se encuentra estrechamente relacionado con la alta
formación profesional de las periodistas y mujeres comunicadoras
de nuestra ciudad. En este apartado queremos destacar que los
medios digitales y las nuevas tecnologías abren la posibilidad de ser la dueña o propietaria de un medio de comunicación, esto si bien se refleja en un porcentaje menor en las encuestas, ya que sólo 8 mujeres (19%) de las 43 se desempeñan en este ámbito y el 50% de ellas, es decir 4, marcaron la opción ?dueña? a la hora de describir el tipo de vinculación laboral con el medio de comunicación. En tanto que, en los medios tradicionales como radio, tv y gráficos solo 3 mujeres manifestaron ser dueñas de alguno, es decir el 7% del total de las encuestadas.

En cuanto a la ocupación de los cargos jerárquicos, el 70% de las
encuestadas manifestó no ocupar ninguno, en tanto que el 30% indicó que sí lo ocupa y dentro de este aspecto los cargos varían desde Responsable de Comunicaciones, Jefa de Prensa, Encargada o Ejecutiva de Relaciones Institucionales o de Relaciones con la Comunidad,
Gerenta, Coordinadora, Supervisora, entre otros. Este dato referido a la ocupación de los cargos jerárquicos reafirma lo señalado en la Plataforma de Beijing que ?a pesar del aumento del número de mujeres en el sector de las comunicaciones? pocas ocupan puestos directivos o con influencia en la política de los medios de difusión.

Inmediatamente después de esta pregunta se indagó a las encuestadas acerca de la remuneración de su trabajo, la información que surge es que el 60% de las mujeres encuestadas trabaja en blanco;
en tanto que el 40% lo hace en negro o de manera mixta (una parte en blanco y otra en negro).

La última pregunta ¿Le resulta dificultoso equilibrar todos lo roles que ocupa en su vida diaria? ¿Cómo lo hace? ¿Siente que esta situación es comprendida en los distintos ámbitos en los que se desempeña? Fue respondida en muchos casos extensamente, si bien un grupo señala no tener dificultades en equilibrar los roles, el grupo de mujeres casadas o con hijas/os señala lo importante y muchas veces complicado que resulta dar respuestas a la familia y ser eficiente en su trabajo fuera de casa. El tiempo ? su falta – es un probable indicador de una doble jornada laboral que no es visualizada como tal, pues ser madre es parte del ser mujer y, por lo tanto, una obligación; por otra parte, en los
casos en que hay una pareja o padre de esas/os hijas/os.

Son llamativas las modalidades en que aparece: ?soy comprendida?,
?me ayuda?, lo que revela que ese otro no es considerado coresponsable de la casa, la familia y la prole; el ?me? da cuenta de que
las tareas mencionadas son privativas prácticamente de las mujeres,
el otro es un ayudante, no una persona que debe compartir esas
actividades.

En el caso de las solteras y mujeres sin hijos, se indica que no hay
problemas en equilibrar los roles, pero, sostienen estas mujeres, la
situación se modificará cuando se concrete una familia; es decir, la maternidad es un deseo, un deseo que incluirá mayores
responsabilidades y que seguramente modificará la relación de esa
mujer con su tiempo y su trabajo; creemos que si encuestáramos a
este grupo de mujeres una vez constituidas su familia, las respuestas
serían similares al grupo de mujeres con hijas/os. Lo que nos lleva
nuevamente a los documentos oficiales: ?conscientes de que el papel
de la mujer en la procreación no debe ser causa de discriminación, sino
que la educación de los niños exige la responsabilidad compartida entre
hombres y mujeres y la sociedad en su conjunto?; la realidad es muy
distinta y esto merece un análisis, por un lado, el discurso social
imperante glorifica a la madre y a la maternidad; por el otro, las
plataformas de acción hablan de ?responsabilidad compartida entre
hombre y mujeres y la sociedad?, lo real es que la mujer ? madre
sólo tiene una recarga de trabajo, puede perder espacio en su trabajo
y, quizás lo más grave, se vive como ?natural? que la maternidad
corra por nuestra cuenta.

Relacionada con esta carga laboral ámbito público/ámbito privado,
queremos destacar el poco tiempo del que las mujeres disponen
para su formación profesional y menos para su vida social y tiempo
libre, lo que encuentra su lógica en lo que expresábamos en relación
a la maternidad.

A modo de conclusión

Somos conscientes de lo exiguo de la muestra y que sin duda este
trabajo requiere continuidad, incorporando otras variables y
encuestando fundamentalmente a los varones, sin embargo creemos
que es válida como aproximación, pues da un paneo general de la
situación de las mujeres que trabajan en el ámbito de la
comunicación.

Como lo señalamos es alto el porcentaje de profesionales, lo que se contrapone al alto número de mujeres que no ocupan ningún cargo jerárquico, lo que implica la posibilidad de tomar decisiones y establecer agendas. Por otra parte, la mayoría de nuestras encuestadas señalan la problemática social como su interés informativo, y algunas señalan la importancia a violencia contra la mujer, problemática de la mujer, sin embargo – bien sabemos desde los movimientos de mujeres – que nuestra agenda no es una constante y que muchas veces el tratamiento en los medios, reproduce estereotipos en el que las mujeres pasamos de ser víctimas de violencia a provocadoras de ella, más allá de que se
condene la violencia. En general, en los medios gráficos, el tema de violencia de género se encuentra en las páginas policiales y no como una problemática social; y en nuestra provincia, en las ocasiones en que no fue noticia policial se debió a que la información provenía de alguno de los Poderes del Estado.

Otro tema referido fue la problemática de los derechos de los pueblos
originarios y derechos humanos, si bien no se menciona ninguna
relación con las mujeres, sí da cuenta de una perspectiva hacia la
diversidad.

En las respuestas de las encuestas visualizamos que en la formación profesional, hay una carencia en una perspectiva de género que dé
otra mirada acerca de las problemática de las mujeres, en general, esta preocupación responde a un interés personal que lamentablemente no encuentra eco en instituciones de formación, sólo acciones desde áreas que trabajan específicamente estas temáticas y que realizan un importante esfuerzo en la formación en género. Sin embargo, nos remitimos a lo planteado respecto a las universidades y la esperanza de que al menos una materia incorpore la legislación relacionada.
Nos interesa referirnos a la percepción, el Instituto Nacional contra
la discriminación, la xenofobia y el racismo ? INADI ? realizó en 2008 el ?Mapa de discriminación, acciones y percepciones acerca de la discriminación en la Provincia de Salta?, una investigación cuantitativa sobre 400 casos de Salta capital, Orán, Metán, Rosario de la Frontera y Aguaray; la edad de la población fue de 18 a 74 años, de los cuales el 49,5% eran varones y el 50,5% mujeres, tomaremos sólo un dato, el correspondiente a la pregunta acerca de si alguna vez se sintió discriminada/o, un 73% respondió que no, siendo los motivos más señalados el nivel socio-económico y el aspecto físico, sólo un 5% indicó como motivo el ser mujer; por este último motivo, un 12,8% manifestó que muchas veces y un 48,8% algunas veces. No es menor esta exigua percepción si lo leemos desde lo que nuestras encuestadas manifestaron respecto a las obligaciones familiares y/o maternales, el cambio que éstas implican: doble jornada laboral, obligación en la crianza y en la educación, la organización doméstica, entre otros puntos; por otra parte, una encuestada destacó que a partir de su embarazo y parto, sus condiciones laborales fueron modificadas ? sin previo aviso o consulta ? en desmedro de su situación profesional y económica.Además, el porcentaje de mujeres que trabajan en negro, la baja remuneración, la multiplicidad de trabajos, dan cuenta de la precarización laboral de muchas periodistas en Salta Capital; en este sentido, quedan muchas preguntas por hacer, es nuestra intención hacerlo a través de entrevistas personales.

Retomamos datos los INADI que refuerzan esta lectura, ante la pregunta de si ?las mujeres en general tienen más complicaciones para trabajar que los hombres, entonces es lógico que a un mismo trabajo ganen menos?, segregadas por género dan cuenta de que están en total o parcial acuerdo 13% de varones y el 12,4% de mujeres; ni de acuerdo ni en desacuerdo 9,2% varones y 13,4% mujeres; en parcial o total desacuerdo 71,2% varones y 69,4% mujeres. Es decir, casi un 25% de mujeres por acuerdo o desinterés reafirman que la precarización laboral es natural. Sin embargo, hay buenas noticias, las mujeres resultamos agradables o les caemos bien a un 26,7% de encuestadas/os.

Por otra parte, la mayoría de las encuestadas en la última pregunta
señalan su intención de ser sus propias jefas, no depender de nadie,
pues esto les permitiría manejar los tiempos de acuerdo a sus
necesidades, en este sentido, los medios digitales se presentan como
una gran posibilidad, pues sólo requieren el aprendizaje en el manejo
de las nuevas tecnologías.

Queremos finalizar nuestra presentación agradeciéndoles a nuestras
colegas su colaboración y compromiso en la respuesta a nuestra
requisitoria; muchas de ellas vinieron hoy a acompañarnos y a
escuchar a las expositoras y sus propuestas, creemos que todas las
que estamos en esta tarea, tenemos formación, ganas y compromiso,
en este oficio que ? como afirma Gabriel García Márquez, es el
oficio más lindo del mundo.

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*Las mujeres y el Bicentenario / coordinado por María Silvia Varg.
1a ed. – Salta : Mundo Gráfico Salta Editorial, 2010.