El Colegio de Médicos de Salta defiende sólo la vida del embrión

Con una solicitada publicada en la edición del 12 de abril de diario El Tribuno, el Colegio de Médicos de Salta plantea su postura acerca de los abortos no punibles y de los proyectos que impulsan la legalización de esta práctica, defendiendo sólo la vida del embrión.

En un texto que lleva la firma del Comité de Bioética y de la Mesa Directiva, sin individualizar a sus miembr@s, se menciona que se busca «instalar la práctica del aborto como un procedimiento médico y un derecho de la mujer en cinta».

Entre sus argumentos, refiere además, que esta discusión que ya se da en todos los sectores sociales y que se ha dado también a nivel legislativo, «reposa en el difundido agravio de que la profesión médica realizaría abortos movida por un interés económico, excluyendo a los sectores pobres de la sociedad».

El denominado «Mensaje en defensa de la vida», destaca también, que el profesional médico «está exclusivamente al servicio de la vida humana desde la concepción hasta la muerte. Por ello el aborto, en cualquiera de las etapas del proceso de la gestación, no es una actividad médica, no es una práctica aceptada ni tolerada por el Colegio de Médicos de Salta, sin aceptación de personas ni de intereses económicos».

Desde otra posición, contraria a esta solicitada, el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, impulsado por la Campaña Nacional por el aborto legal, seguro y gratuito, y los Movimientos de Mujeres pretende «asegurar el derecho a la salud integral de las mujeres».

Entre sus fundamentos se pone énfasis en la «atención segura y gratuita en los hospitales públicos y obras sociales de todo el país».

La iniciativa parlamentaria explica también, que la despenalización del aborto «implica la derogación de los artículos del Código Penal que lo tipifican como delito, para que las mujeres que recurren a esta práctica no sean sancionadas legal, moral y socialmente. Solo debieran castigarse por ley los abortos realizados contra la voluntad de la mujer».

De igual modo deja en claro, que la legalización del aborto «no obliga a ninguna mujer a practicarlo, todas las mujeres que en función de sus creencias no lo aprueben, pueden sostener sus convicciones, de igual manera que aquellas que lo admiten deben poder actuar según su conciencia, tomando en libertad las decisiones que juzguen necesarias, sin amenazas ni coerción alguna».

También destaca, que exige que el Estado garantice las opciones, el acompañamiento y alta calidad de atención a mujeres y niñas que atraviesan estas decisiones.

«El derecho a decidir no sólo se circunscribe al derecho a la interrupción de un embarazo, sino que incluye también la posibilidad de decidir la maternidad. Es reconocer a las mujeres como sujetos sociales, como ciudadanas y agentes morales capaces de decidir si desean o no ser madres, el número de hij@s y el espacio entre los nacimientos», fundamenta.

FOTO: bioeticacs.org