Después de las elecciones

El avance de la derecha es un retroceso del género

Pasados los comicios del domingo el mapa político en la Argentina indica un «avance de la derecha», lo que conlleva según la Lic. Alicia Ramos» un retroceso», especialmente en lo que concierne a los derechos de las mujeres.

Cabe mencionar en relación a esto que la reciente elección de legisladores/as nacionales arrojó como resultado en Salta el ingreso por el Partido Justicialista del senador Fernando Yarade, del ex vicegobernador Walter Wayar por el «Frente Federal» y el senador Alfredo Olmedo por «Salta Somos Todos», los tres con carrera política desde el justicialismo y opuestos radicalmente a la posibilidad de despenalizar el aborto.

Ramos puntualiza haciendo mención a una de las propuestas realizadas por el electo diputado nacional Olmedo quien proviene de una de las familias más grandes en producción sojera, ya que éste tuvo como estandarte de la campaña la vuelta del servicio militar obligatorio, señalando que con este tipo de miradas sería imposible pensar que se avance en salud sexual y reproductiva, por ejemplo. La misma agrega que lo preocupante de todo esto es que existe «un discurso muy fuerte de una familia tradicional» que apunta a revalorizar el patriarcado a través de «la autoridad y el orden».

Para Gabriela Serrano, candidata en primer término a concejal capitalina por el Partido Obrero para las elecciones previstas en el mes de septiembre «Olmedo explota la desesperación de los padres ante la delincuencia y el flagelo del paco». La joven militante añade que si bien «las elecciones son una instancia política que nos permite ver la etapa de evolución de la gente», también pueden configurarse como un lugar de confusión, rescatando que a pesar de no haber obtenido ningún lugar en el Congreso Nacional «el PO no se adapta a otros discursos como hacen otros partidos de izquierda» y ha tenido una amplia adhesión de las mujeres en este acto electoral.

Por su parte, la dirigente radical Susana Gisper sostiene que el posicionamiento de la derecha implica «un castigo a la corrupción» especialmente cuando esta busca «perpetuarse en el poder».

Sin representación colectiva

Ramos cuestiona fuertemente la ausencia de mujeres dentro de los tres lugares disputados y obtenidos por varones dentro de la Provincia y señala: «No me siento representada por ninguno de éstos tres hombres», a lo que agrega que pese a haber consultado la posibilidad de realizar una acción de amparo como colectivo, quienes la asesoraron terminaron asegurándole que ella no es parte interesada y que ésta debe ser promovida sólo por quienes fueron candidatas.

Susana Gisper entiende que el problema suscitado dentro de los partidos políticos implica que si bien el cupo se cumple a nivel formal esto no conduce a la efectivización de un lugar, ya que rara vez una mujer encabeza una lista y cuando lo hacen, «en su mayoría son elegidas por los hombres del partido».

A lo planteado anteriormente, Ramos agrega que si bien la presencia de las mujeres «no nos asegura una perspectiva de género, si nos da más posibilidad de peticionar», ya que debemos entender que «cuerpos femeninos no equivalen a una conciencia de género» y que no en todas las mujeres está presente reconocer y «asumir la subordinación y la desventaja», remarcando que esta carencia de bancas se produce porque la legislación «nos protege sólo al momento de oficializar las listas».

Cabe recordar que a pesar de la existencia de la Ley de Cupos que exige la integración de las listas electivas con un 30% de mujeres, la representación por Salta en la Cámara Baja después de las elecciones del 28 de junio tendrá desde diciembre sólo a dos legisladoras; ambas ya en funciones desde fines de 2007 y con vencimiento de sus períodos legislativos en 2011.

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