Sofía, cinco años, sustraída por su padre

Desaparecida en peligro

¿Cuántos besos y caricias al despertar? ¿Cuántos abrazos calentitos y contenedores? ¿Cuántas leches y panes con manteca y dulce de leche? O la mano sobre la frente para detectar la fiebre, juegos en la plaza, caminatas por las sierras, películas y títeres. Charlas, risas y llantos? ¿Cuánta vida sin compartir con mamá se pierde Sofía?
La Justicia Civil nos pide colaboración para dar con su paradero, la misma colaboración que nos pedía su madre, Josefina Málaga, hace ya más de un año. Sofía es una desaparecida en peligro.

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Mariano Gonzalo es un padre que argumentando abusos contra su pequeña hija, argumentos desechados por la Justicia una y otra vez, se llevó a Sofía. Violó la Ley 24270 de impedimento de contacto, mediante el simple método de obstaculizar el vínculo de la niña con su madre. Entre pericia y pericia, cuando los jueces ordenaban revincular a ambas, a través de denuncias inconsistentes él seguía dificultando la relación.

Gonzalo ha desobedecido todas las decisiones judiciales, que habían determinado la guarda provisoria de Sofía con los tíos maternos, desconociéndose hoy el paradero de ambos.

La fiscalía interviniente, a cargo del fiscal Damián Borean, bajo la órbita de la jueza de Garantías, Stella Maris Aracil, declaró oportunamente en rebeldía a Mariano Gonzalo y libró el pedido para su detención.

Pero dos elementos más enturbian el caso, que alguna vez llegara a los medios nacionales, no para buscar a Sofía sino para criticar el accionar judicial: la irresponsabilidad o falta de ética de algunos de esos medios, y un informe del Colegio de Psicólogos de Tandil, cuestionando duramente el rol de la psicóloga de parte -presentada por el padre- quien argumentaba abuso cuando los peritos oficiales rechazaban el mismo.

Ahora, la solicitud de publicación ordenada por el juez Francisco Blanc, pide la colaboración en la ?búsqueda de paradero? de la niña, ?sustraída por su padre Mariano Gonzalo de sus legítimos guardadores judiciales, Pedro Málaga y Cecilia Ordóñez?.

Por su parte, el fiscal Borean a cargo de la UFI Nº 12, emitió un oficio judicial urgente, con fecha veintidós de abril, destinado al titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual. En el mismo se solicita ?la mayor difusión posible? del caso de Sofía Gonzalo y de las imágenes, tanto de la niña como del progenitor, acusado de impedimento de contacto agravado, y sobre quien pesa una orden de captura.

Números: el silencio absoluto

Desde el 24 de noviembre de 2008, Josefina Málaga se ve impedida de estar con su hija. En estos más de 500 días que han pasado, solamente han podido compartir 28 horas. Pero han estado separadas en dos de sus cumpleaños, dos navidades, dos actos de fin de curso?

Los números horadan el alma de Josefina, que tacha los días del almanaque presa del dolor.

– Periodista: ¿Cómo vive el día a día una mamá con el dolor y la angustia de la falta de contacto con su hija?

– Josefina: Es una situación de silencio absoluto, es estar en el abismo. Cuando hay chicos en una casa es un ruido y una alegría constantes. Yo me encuentro con la desolación. No poder escuchar su risa, los juegos. Compartir los bailes. Te encontrás vacía, sola. Por supuesto con mucha tristeza y muchas cosas que se dejan de compartir. El hecho de no poder festejarle su cumpleaños, hace poquito que cumplió los cinco. Lo único que pude organizar en ese cumpleaños fue su búsqueda, que no es poco, pero es muy doloroso. En lugar de estar armando una fiesta, preparando una torta y armando tarjetitas, estar organizando una búsqueda es muy doloroso, es muy difícil.

– ¿Qué sentís que no funciona bien para que la búsqueda sea efectiva?

– Yo no quisiera herir susceptibilidades. Creo que el sistema judicial ha trabajado muy bien en cuanto a disponer medidas de búsqueda, realmente creo que están muy comprometidos con la causa. Lo digo sinceramente. Me parece que por ahí los medios de resorte que tiene el Estado para encontrar personas son muy deficientes, si bien he sentido el apoyo desde la Justicia para poder encarar la investigación y oficiar y buscar. Pero los medios, los resortes que se tienen que mover para buscarla fallan.

– ¿En qué circunstancias te sentís sola con respecto al sistema?

– Es muy difícil porque yo en realidad no sé cómo trabajan. No entiendo. No soy investigadora. Pero a veces me ocurren cosas, como por ejemplo: yo haría esto, voy y lo planteo y no se les había ocurrido. Pero yo no me he sentido desprotegida en cuanto a la búsqueda de Sofía en la Justicia. Me parece que no hay un cuerpo de investigación que se dedique a estas cosas, a encontrar personas. Eso es lo que está medio débil, por eso hay tanta gente que se ausenta de sus hogares y no se sabe dónde está. Finalmente terminan apareciendo por la colaboración de la gente, porque la gente los vio y entonces avisan a una Comisaría, avisan a un Juzgado. Pero no es que alguien los sale a buscar. Es gracias a la gente. Por eso yo siempre pido, más allá de que estén de acuerdo o no con una postura, que colaboren. Sofía no está. Sofía tiene que estar en su casa, tiene que estar con toda su familia, no puede perder media identidad. No es solamente de una familia. Tiene dos familias.

– ¿Cuáles organismos están trabajando activamente en la búsqueda de Sofía?

– Organismos como Missing Children, que colabora mucho con la búsqueda de chicos perdidos. Y es gracias a la gente que se los encuentra. La gente que ve la foto, la gente que se interesa. Es terrible ver la carita de tu hija colgada en Missing Children. Es casi mortal. Porque es tu hija la que está ahí. Entren a Missing Children, porque por ahí uno ve un chico que reconoce y puede colaborar mucho.

– Estamos hablando de más de 500 días de ausencia de Sofía, pero ¿qué recordás de su presencia, de lo que compartieron, hasta que el papá se la llevó de tu lado impidiéndoles el contacto?

– Muchos momentos lindos, porque Sofía era una nena muy activa y muy alegre. Y todo el tiempo quería jugar y demandaba mucho que hiciéramos todo juntas. Recuerdo mucho cuando salíamos del jardín, que tenía locura con quedarse un rato en la plaza. Muchas veces paso por la plaza y el aroma de la flor del naranjo ?no sé si son naranjos o mandarinas- eso me hace acordar tanto a las horas de juego en la plaza. Ese aroma me hace acordar mucho de ella.

– ¿Cómo es tu vida cotidiana, tus espacios teñidos por esta búsqueda?

– Me levanto pensando en ella, sueño con ella y me acuesto otra vez pensando en ella. Todo lo que hago, lo hago con muchísimo esfuerzo. Porque obviamente ganas de levantarme no tengo, pero me levanto pensando en ella. Quiero decirle cuando aparezca que no me tiré en una cama a llorar porque ella no estaba. Y que fue gracias a ella que yo pude seguir, seguir y seguir. Y voy a seguir?

– ¿Cómo puede colaborar la gente con la búsqueda de Sofía?

– Entren a Missing Children, ahí está la foto de Sofía y de miles de chicos que no se sabe dónde están. Más allá de ver la foto, se pueden imprimir los pósters. Si tienen un negocio, lo pueden colocar en la vidriera. Es una manera de colaborar. Y cualquier información por mínima que sea, siempre ayuda a abrir otro camino de investigación. Por ahí algo que se escucha en el barrio, en la carnicería. La gente por temor no quiere decir nada, pero cualquier cosa ayuda cuando una busca a alguien. También los datos están en el Registro Nacional de Personas Perdidas o la página de chicos perdidos y desapariciones en peligro de la Policía Federal. Bueno? la fotito de Sofía está transitando por muchos lados en estos momentos.

Los números pueden llenarnos de desazón. O pueden motorizar la búsqueda. Multiplicar es la tarea

Cualquiera que tenga información debe contactar a la Policía Federal Argentina División Investigación Delitos contra Menores, teléfono (5411) 49413731, (5411) 49422110, o en la delegación de Policía federal más próxima a su domicilio. Para escribirle a Andrea: azrossetti yahoo.com