Flora Tristán

Breve reseña de Unión Obrera

Los primeros años de Flora Tristán transcurren en la sociedad burguesa y despreocupada de principios de 1800. Autodidacta, educada sin rigor formal, lee desordenadamente, a Lord Byron, Walter Scout, Víctor Hugo, en sus primeros años.

Apasionada e inteligente, Flora siente que tanto por línea paterna como por línea materna, pertenece a una clase social encumbrada, pero toma conciencia, a partir de sus tempranas y dolorosas experiencias, de su condición de desclasada en la sociedad romántica de la monarquía borbónica. Y se ubica a sí misma en situación de una ?paria?, de desheredada, de excluida, de apátrida.

Hija ilegítima, sin posibilidades legales de aspirar a la herencia paterna, violentada por la crueldad inhumana de su esposo y agredida por el sistema, es a su regreso del viaje a Perú cuando se compenetra con la clase obrera y dedica a ella hasta el último de sus días. Sostiene que, cuando la educación y la información lleguen hasta las clases más marginadas, se adquirirán las virtudes de las que carecen, en un mundo que imagina en equilibrio entre los sentimientos y la razón. Incluye al clero en estas aseveraciones cuando afirma que cuando el conocimiento, la información o la educación hayan iluminado la razón de los sectores populares, habrá que dirigirse a la razón y no a los sentimientos. La instrucción es necesaria para el desarrollo de un pueblo libre.

Las amargas vicisitudes de su vida la sumergen en la lectura de los utópicos Saint Simón, Fourier, Owen, entre otros, y a ellos se refiere al inicio de la obra, cuando indica que fueron estos pensadores, los que demostraron, a través de sus diversas producciones, que los obreros no son objeto de preocupación ni del gobierno ni de los ricos. E infiere que el abandono y la miseria en el que se hallan sumidos los volverá, necesariamente peligrosos para la sociedad, a punto tal de verse obligados a discurrir entre el suicidio o el robo. A diferencia de estos utópicos, que proponen situaciones halagüeñas, pero irrealizables, Flora proyecta más pragmáticamente las soluciones para la clase obrera en los espacios reales. Algunos autores afirman que en realidad Flora Tristán estuvo más cerca del socialismo científico que del socialismo utópico.

Sus viajes a Londres para oficiar de criada, ama de llaves o gobernanta y para poner distancia con su marido golpeador y obsesivo, le permitieron analizar en profundidad, la mísera situación de la clase obrera, peor aún que la de Francia- a la sazón no tan industrializada- ante los avances del capitalismo.

Flora Tristán propone, no ya una Unión local, sino la Unión Universal de los Obreros y de las Obreras y plantea las formas para que se articule a nivel internacional

Sus vivencias por los países europeos, a los que viaja en calidad de trabajadora, sus experiencias en Francia, Londres y Perú, la convencen de que la situación del proletariado es la misma en todo el mundo.

Su exhortación a la Unión, es la premisa fundante de la organización internacional de los obreros. El concepto de organización utilizado como herramienta de fuerza frente a la opresión y las desventuras individuales, pero comunes y por otro lado, el perfeccionamiento de la idea de la solidaridad entre iguales, cuando propone la construcción de Palacios de la Unión Obrera, edificios sostenidos con el aporte comunitario para acoger a los trabajadores y trabajadoras en su vejez, en su enfermedad y donde educar a los niños, futuros proletarios. Así la ve José M. Gómez Tabanera : (?) ? dando vida ciertamente utópica a una inicial conciencia socialista, logrando adeptos y militantes incondicionales, incluso bajo el señuelo de levantar los que habrán de llamarse ? Palacios de la Unión Obrera?, destinados a albergar a viejos jubilados, a enfermos y a niños. Ahí está para demostrárnoslo su folleto La Unión Obrera, que se publica en 1843, merced a una suscripción pública que la propia Flora planea, apuntando cuidadosamente, no sólo el nombre de los cotizantes, sino también el de aquellos que se negaron a cooperar?(2) Aunque difiere del concepto de los falansterios, alojamientos colectivos donde habitaban cada una de las falanges concebidas por Fourier. Es sorprendente el Plan de la Unión Universal de los Obreros y Obreras que incluye un sumario acerca de cómo deben proceder los obreros para constituir la Unión Obrera desde el punto de vista material e intelectual, y una serie de cartas o llamamientos, a los/as representantes de los distintos estamentos de la sociedad a fin de obtener su reconocimiento y contribución para el sostén de la Unión Obrera.

Las organizaciones sindicales actuales-quienes en su mayoría la ignoran, le deben a Flora la base de su existencia.

La idea central y superadora en Flora Tristán es la Unión de la clase obrera en tanto esquema de un partido u organización política de los obreros, desde la convicción que los obreros siempre serán explotados por el capitalismo. Frente a esa realidad irrevocable, sólo queda la lucha organizada por el reconocimiento de los derechos, especialmente el Derecho al Trabajo y el Derecho a la Organización del Trabajo.

Lucha que propenderá al cambio en el marco del pacifismo social, apelando a la argumentación racional y a la acción. Cambio este, que se cristalizará, cuando al accionar de la clase obrera se sume el parlamento, al instituir jurídica y económicamente, esos derechos. Teorías revolucionarias de una mujer, en momentos en que los hombres ostentaban el monopolio de la teorización. Halla un correlato entre la situación de extrema opresión en que se halla sumergida Irlanda y la situación de explotación de la clase obrera de Francia y propone, que al igual que en Irlanda, los intereses de los proletarios y proletarias, estén representados en el parlamento a través de un defensor sostenido económicamente por la Unión. El enunciado de la propiedad de brazos, se anticipa a los postulados del socialismo científico que habla de fuerza del trabajo de la clase obrera como única posesión.

Demuestra entonces, que el Estado es el garante de los privilegios de las clases acomodadas, ya que la Cámara está en poder de los propietarios.?La clase obrera no es la única que tiene que sufrir los privilegios de la propiedad: los artistas, los profesores, los empleados, los pequeños comerciantes y una multitud de gente diversa, incluso los pequeños rentistas, que no poseen ninguna propiedad, como tierras, casas, capitales, sufren fatalmente las leyes hechas por los propietarios que se sientan en la Cámara?(3). Flora advierte que la Revolución Francesa de 1789 ha sido la Revolución de la burguesía, clase que, unida frente a los abusos de la nobleza, pero opresora de la clase obrera, logró instituirse como clase dominante merced a la unión y al poder del dinero.

Su apasionamiento, que según algunos autores/as se resuelve en éxtasis, al final de su vida, le impiden mensurar su actividad militante y la confunde con apostolado :?¡Pues bien!¿Por qué yo mujer que me siento llena de fe y fuerza, no puedo ir igual que los apóstoles de ciudad en ciudad, anunciando a los obreros la Buena Nueva y predicándoles la fraternidad en la humanidad, la unión en la humanidad? (4)

Su condición de hija ilegítima y su frustrado matrimonio, la dependencia legal con su marido, que arrastrará durante años, la concientizan de su marginalidad y discriminación. Al respecto Yolanda Marco narra en la introducción de la primera edición en castellano de la Unión Obrera ? Una frase de su tío materno, el comandante Laisney, al enterarse de que ha abandonado a su marido( ? una esposa que huye del domicilio conyugal y se lleva los frutos del matrimonio, no tiene lugar en la sociedad, es una paria?), le sugiere el calificativo exacto para sí misma: de ahora en adelante Flora sabe exactamente lo que es una mujer : una paria?( 5)

Notoriamente influenciada por la lectura de ?La vindicación de los derechos de la Mujer? de Mary Wollstonecraft, quien señala la arbitrariedad del predominio masculino dado que las mujeres están dotadas de razón, describe no sólo su situación, sino la del colectivo de las mujeres a las que menciona como obreras.

Por entonces, en pleno crecimiento de la sociedad industrial, se multiplican las muchachas pobres, proletarias, empujadas a la prostitución acuciadas por las necesidades económicas. En tanto que las esposas, en las clases burguesas llegan a ser consideradas como propiedad ornamental. El profesor Richard Evans dice de aquella época ?En la mayoría de los países las mujeres no eran ?personas legales?, es decir no podían hacer un contrato y eran como menores o niños a los ojos de la ley. Hasta que se casaban estaban bajo el poder de su padre, y necesitaban su permiso para poder trabajar, casarse, cambiar de domicilio. A partir del matrimonio, estos poderes pasaban al marido, que disponía por completo de las propiedades, los ingresos y los hijos de su mujer. Especialmente en los países de Derecho Romano (sobre todo los que estaban gobernados por el código napoleónico) era relativamente fácil para el marido conseguir un divorcio, pero casi imposible para la mujer. En toda clase de asuntos legales, se trataba a las mujeres como seres inferiores, cuya palabra contaba menos que la de un hombre? ( 6)

Flora subraya- sistemáticamente- la exclusión de la que son objeto las mujeres, en la iglesia, que las estigmatiza como fuente de todos los pecados, el legislador, quien al no reconocerle entidad alguna, no las considera sujetas de derecho y las encorseta como apéndices del hombre ( padre, hijos, marido) y los filósofos o pensadores quienes niegan la inteligencia y la razón en las mujeres y las rebajan a la inferioridad biológica. Argumentos- todos-que han permitido que la mujer permaneciera por siglos sin educación. Flora Tristán quien cree, fervientemente, que la instrucción en los pueblos, es la llave para su prosperidad, reniega de estos conceptos, pues había regresado desde el Perú con la finalidad de educar, instruir a proletarios y proletarias a fin de contribuir a su liberación.

Y, adelantada a su época, realiza una formidable comparación entre la situación de la clase obrera y la situación de las mujeres, colectivos a los que denomina Raza Afirma que durante siglos las clases sumergidas han trabajado para sus señores como bestias de carga y luego de la Revolución de 1789, los ilustres, los sabios proclaman la igualdad, que supone el goce de derechos civiles políticos y sociales. Y en cuanto las aptitudes de la clase obrera son reconocidos y legitimados socialmente, comienzan a destacarse proletarios en todas las áreas, dando un esplendor a Francia, como nunca se había visto. Plasma de esta manera, la herencia de Wollstonecraft: la educación para la virtud. Ve en la discriminación de la mujer el principal escollo para el bienestar de la humanidad. Y con el presupuesto de que solo el desarrollo del ser humano es la base de una sociedad más justa, ve en esta premisa la base de la desigualdad entre el hombre y la mujer. Para ella la humanidad se fragua entre la clase obrera y la mujer. Y esgrime la idea de desarrollo de la humanidad, con el de la razón, como una ecuación binaria.

A sabiendas de que la Revolución de 1789 no garantiza sus propios derechos como mujer, entiende que la mujer, dentro de la institución matrimonial es casi una mercancía, casi una esclava propiedad de su esposo, por lo que propone, a modo de liberación, que las mujeres proletarias reciban desde la infancia una educación racional que les permita desarrollar todas sus aptitudes y armonizar sus relaciones familiares. Y como una mejora moral, intelectual y material de la clase obrera. Pero no habla- como Fourier de la superioridad de las mujeres, sino desde la perspectiva de reclamar por sus derechos en pos del bienestar universal. Fourier manifiesta que? he encontrado en el curso de mis investigaciones sobre el régimen societario, mucho más raciocinio entre las mujeres que entre los hombres; ya que ellas me han dado en varias ocasiones ideas nuevas que me han valido soluciones a problemas imprevistos? (7)

Ella, en cambio, apela a los obreros, víctimas de las desigualdades y las injusticias a restablecer la igualdad absoluta entre el hombre y la mujer. Aún cuando ella es autora del pensamiento ?el hombre más oprimido puede oprimir a otro, que es su mujer. Ella es la proletaria del mismo proletario? no llega a discernir claramente la opresión de las obreras por parte de los obreros, cuando entiende a la mujer y la clase obrera como dos razas de un mismo universo, el de los explotados, despotrica contra los únicos explotadores que identifica: los burgueses. No determina los mecanismos de explotación y aunque analiza, rigurosamente, la desigualdad entre hombres y mujeres en términos de educación, no visualiza que sólo la educación para la liberación de la mujer, no es suficiente. Lidia Falcón, en ?El castigo de Flora Tristán? afirma que? no se atreve-¿no sabe, no ve, no comprende?- a acusar a los obreros de las miserias que sufren sus mujeres, no escribe las mismas páginas sobre la explotación femenina que sobre la explotación obrera, no disocia la lucha obrera de la lucha feminista. Por ellos debía ser castigada. Con la hostilidad de sus contemporáneos, con el desdén paternalista de sus maestros- Saint Simón, Fourier, Owen- con el desprecio de sus discípulos- Marx, Engels, Bakunin-, con el olvido de sus defendidos, los obreros, con la ignorancia de sus herederos, las actuales generaciones?(8)

Es interesante, en Flora Tristán, la concepción de la idea de la mujer como difusora de educación y cultura: ? Lo repito, la mujer lo es todo en la vida del obrero: como madre, tiene acción sobre él durante toda su infancia; de ella, únicamente de ella, saca las primeras nociones de esta ciencia de adquisición tan importante, la ciencia de la vida, la que nos enseña a vivir en la forma conveniente para nosotros y para los demás, según el medio donde la suerte nos ha situado? (9) Por haber observado en profundidad, en sus viajes por Londres, cómo la paupérrima situación de las mujeres derivaba en prostitución, rechaza visceralmente el rol de la mujer como ? mujer objeto? u ? objeto sexual? por utilizar términos actuales

Otro hallazgo de Flora es que las obreras perciben menos salarios que sus compañeros por la realización de igual tarea, aún cuando, por sus habilidades la producción de aquellas sea superior :?hay que hacer notar que en todos los oficios ejercidos por los hombres y las mujeres, se paga por la jornada de trabajo de la obrera, una mitad menos que la del obrero, o, si trabaja a destajo, su salario es menor en la mitad. Si no podíamos haber imaginado una injusticia tan flagrante, el primer pensamiento que se nos viene es éste: esto se explica en razón de la fuerza muscular, el hombre hace, sin duda, el doble de trabajo que la mujer.¡Pues bien!, lector, ocurre justamente lo contrario. En todos los oficios, en los que hacen falta dedos diestros y ágiles, las mujeres hacen casi el doble del trabajo que los hombres.(10) La experiencia de tener que salir a desempeñar los oficios más diversos, a fin de procurarse el alimento, le enseñan que la independencia económica es la base de la liberación.

Aunque permanezca ausente en las corrientes de pensamiento de la clase obrera, por la cual dio su vida, y la sociedad y la historia la ignoren, aunque las organizaciones sindicales y políticas que le deben su existencia continúen afirmando, aún hoy, que las desigualdades entre hombres y mujeres tienen su matriz en las cuestiones de clase y no de género, Flora Tristán, con su militancia, con sus defectos y virtudes, con su inteligencia y sus ingenuidades, con su profundo compromiso y su lucha, será, por siempre, la fuente de inspiración donde abreven hombres y mujeres que se sientan interpelados/as por las demandas de una sociedad en igualdad.-

Bibliografía

1).- Tristán, Flora, Unión Obrera, Editorial Fontamara , S.A, Barcelona, España,1977.

2).-Gómez Tabanera, José M., El Universo de Flora Tristán, en Tristán Flora, Peregrinaciones de una Paria, Ediciones Istmo Madrid, 1986, pág.48.

3.-) Tristán, Flora.op.cit.,pág.87

4).-Tristán Flora,,op.cit, pág.78.

5).- Marco, Yolanda, Introducción en Tristán Flora, op.cit.,pág.17.

6).- Evans, Richard,Las Feministas. Los movimientos de emancipación de la mujer en Europa, América, y Australasia- Editorial siglo XXI, Madrid, España, 1980, pág.21.

7).-Tristán, Flora, op. Cit. Pág.115.

8).-Falcon, Lidia,El castigo de Flora Tristán en Peregrinaciones de una Paria, Ediciones Istmo Madrid, 1986,pág.85.

9).- Tristán, Flora, op. Cit. Pág.123.

10).- Tristán, Flora, op. Cit. Pág.118..