Buenos Aires, marzo.- La hegemónica institución matrimonial, organizada en la fórmula binaria varón-mujer, empieza a desmoronarse como única opción en Argentina, donde los pequeños avances hacia la concreción del matrimonio entre personas del mismo sexo son cada vez más reales.
Este año se espera que el Congreso de la Nación apruebe la modificación del Código Civil que hasta ahora sólo permite el casamiento entre hombre y mujer.
El 23 de febrero, la jueza Elena Amanda Liberatori dio lugar a un recurso de amparo presentado por dos personas del mismo sexo que solicitaron contraer matrimonio. La magistrada expuso que el Código Civil no lo prohíbe.
La abogada de los futuros cónyuges, Lorena Kravetz, explicó a la prensa que Liberatori basó su argumento en el principio de reserva que queda establecido en el artículo 19 de la Constitución Nacional.
El artículo dice: «Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.»
Por eso la jueza deduce que el Código Civil no lo prohíbe específicamente. Esa ley no indica entre los impedimentos que personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio.
El petitorio de esta pareja llegó a manos de Liberatori luego de que el pasado 14 de diciembre una funcionaria del Registro Civil les manifestara que no podía otorgar turno para realizar ese casamiento, ya que la ley le impide casar a dos personas del mismo sexo. Fue así como empezó la vía de la judicialización hasta llegar la decisión de Liberatori.
A pesar de que el matrimonio es una figura civil y laica, el poder católico ya se pronunció en contra de la medida. La Corporación de Abogados Católicos, a través de su presidente Eduardo Bieule, solicita la nulidad de la sentencia. Y argumenta que, «como el matrimonio natural y jurídicamente está ordenado a la familia, y esta depende de la procreación, entonces ninguna unión homosexual puede basarse en un consentimiento matrimonial pleno. Por ello la unión de personas del mismo sexo jamás podría constituir un matrimonio, ni mucho menos fundar una familia, siendo el matrimonio homosexual inconstitucional y violatorio de los derechos humanos».
Son numerosas las solicitudes presentadas en diferentes registros civiles para contraer matrimonio entre personas del mismo sexo, pero hasta el momento todos deben transitar el camino de la judicalización.
Unión civil no implica trato igualitario
Hasta ahora las personas del mismo sexo que quieran dar un paso hacia la legalización de una convivencia, sólo tienen la posibilidad de unirse civilmente. Ese derecho rige en algunas provincias y en la ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, esa figura legal que significa una conquista social y política para la comunidad, omite algunos derechos que las parejas de diferentes sexo sí poseen, a saber: adopción, obtener derechos y obligaciones sobre previsión, y patrimonio común.
Quizás estas omisiones expliquen el porqué de la lucha por el derecho a casarse entre las personas del mismo sexo. ¿Acaso el matrimonio no es una de las herramientas simbólicas utilizadas para crear más encorsetamiento? ¿La sociedad marital no es uno de los elementos que rige el patriarcado? Las respuestas a estas interrogantes tienen pocas palabras: derecho a ser iguales ante la ley.
Alex y José María
En diciembre de 2009, Alex Freyre y José María Di Bello lograron contraer matrimonio luego de vencer un laberinto judicial y muchas trabas homofóbicas.
La historia cuenta que la batalla que empezaban a librar Alex y José María se inició en abril de 2009, cuando solicitaron fecha para casarse en un Registro Civil de la ciudad de Buenos Aires. Pasó lo que se espera: no les dieron turno porque eran personas del mismo sexo.
Fue entonces que la jueza Gabriela Seijas falló a favor de ellos, pero luego la magistrada Marta Gómez Alsina dio lugar a una medida cautelar presentada por un grupo de abogados.
Finalmente, tras el ingenioso trabajo de los abogados de la Asociación de Travestis, transgéneros y transexuales de Argentina, la pareja logró casarse en la provincia de Tierra del Fuego (ubicada en el extremo sur del país).
La gobernadora de esa provincia, Fabiana Ríos, firmó un decreto para que el Registro Civil, que también le había negado el turno, los casara. Alex y José María son el primer matrimonio constituido por personas del mismo sexo en América Latina y El Caribe.
En el Congreso de la Nación
El miércoles 24 de febrero la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT) convocó a una conferencia de prensa con el objetivo de impulsar en el órgano legislativo el tratamiento del matrimonio entre dos personas del mismo sexo.
La actividad se realizó en el Congreso de la Nación y contó con la presencia de diputadas y diputados de variadas tendencias políticas.
Maria Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, dijo que «es muy importante mostrarle a la sociedad el avance en los derechos humanos de nuestro colectivo, porque significa el reconocimiento a la igualdad jurídica de un sector que aún no tiene trato igualitario».
Rachid también se refirió a la necesidad de reformar el Código Civil para que las personas del mismo sexo accedan al matrimonio y lograr tener algunos derechos civiles como derecho a herencia, derechos migratorios, entre otros. Se trata de nuestros derechos civiles, pero también estamos hablando de derechos humanos».
«La desigualdad legitimada por el Estado se legitima en procesos de discriminación. Sólo con igualdad jurídica se ayudará a deconstruir la desigualdad», manifestó Rachid.
En el Congreso de la Nación existen dos iniciativas que tienen como finalidad modificar los artículos del Código Civil. Las iniciativas fueron impulsadas por las legisladoras nacionales Silvia Augsburger (Partido Socialista) y Vilma Ibarra (Nuevo Encuentro).
Ambos proyectos pretenden la modificación del Código Civil, en los que se menciona, en términos matrimoniales, «hombre y mujer» y reemplazarlo por la palabra «contrayente». El texto, impulsado por la senadora ?con mandato cumplido? Silvia Augsburger, sostiene en sus fundamentos que «la legislación civil argentina (?) impone el requisito de la diversidad de sexos, quebrantando la igualdad consagrada constitucionalmente».
De acuerdo con las declaraciones de Ibarra, «los proyectos esperan ser tratados este año, hemos logrado que la amplitud de sectores del parlamento acompañe esta medida (?) Vamos a impulsar la ley para que puedan casarse en igualdad de condiciones personas del mismo o de distinto sexo, con los mismos derechos y las mismas responsabilidades».
La legisladora expresó que con la nueva constitución de la Cámara recibirán más propuestas. «En marzo daremos dictamen y esperamos este año tener la sanción de la Ley».