En la sesión del último jueves,en un clima generalizado de descontento social el Senado de la Provincia de Salta, aprobó la Ley »Ley de convivencia y conciliación ciudadana», eufeminismo que utilizaron las autoras del proyecto, las diputadas Cristina Fiore y Socorro Villamayor, para esconder las intenciones de una ley, que, en los hechos, viola las garantías constitucionales, el derecho a la protesta y la libertad de expresión.
Según la página oficial del Senado,»En su artículo 4to manifiesta que toda protesta o manifestación pública debe ser notificada con una antelación no menor a las veinticuatro (24) horas, ante la Comisaría más cercana al lugar donde se tiene previsto su desarrollo o ante la Autoridad de Aplicación, dando cuenta de lo siguiente: 1.- Lugar de concentración, señalando en el caso de que se trate de una marcha, las arterias por donde se realizará el desplazamiento, y la desconcentración. 2.-Horario de inicio y tiempo estimado de desarrollo. 3.- Objetivo de la protesta o manifestación, pudiendo dejar constancia de los detalles del reclamo, en el caso que el mismo tuviera un objeto concreto. 4.- Responsables u organizadores de la protesta o manifestación, sean entidades o personas humanas.»
La provincia salteña se encuentra hace cuatro semanas con protestas de docentes autoconvocados que exigen mejoras salariales con cortes intermitentes de rutas y accesos a la capital, además de marchas al edificio de gobierno, plazas y asambleas frecuentes.
Desde la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) repudiaron la «ley antipiquetes» y exigieron que «no avance esa medida en contra de los derechos básicos a manifestarse» al considerar que «da vía libre a la represión y a la violencia».
Al repudio de trabajadorxs de la UTEP, siguieron los rechazos de organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales, políticas, feministas, lesbotravestitransfeministas,sindicales,de pueblos originarios, con la convicción, que, a falta de respuestas con políticas públicas a los innumerables problemas y necesidades que padece la población, el gobierno de Sáenz, solo promete represión, cárcel y quita de derechos, a quienes manifiestan su disconformidad.