Uno de los interrogantes que surge de la propuesta televisiva que en Canal 13 aborda la productora Ideas del Sur, versa en si como sociedad ¿aceptamos la imagen servil y degradada de las mujeres?, como se pregunta la profesora Marisa Vázquez, perteneciente al Área Municipal de la Mujer e integrante de la Red PAR (Periodistas de Argentina en Red por una Comunicación No Sexista).
Vázquez afirma que socialmente «está tan naturalizado el pensamiento de que la mujer debe subordinarse al varón, que es imposible pensar lo contrario», planteando que prueba de ello es el alto raiting que tienen las propuestas televisivas que avalan esta imagen y subrayando, que esto debe llevarnos a reflexionar y analizar «nuestros juicios, prejuicios, convicciones e ideologías para desarticular este entramado de prácticas patriarcales y misóginas», que son reproducidas en programas como Showmatch, Este es el Show y La Cocina del Show, entre otros.
«Los medios audiovisuales tienen impacto indudable en la formación de ideales y de opiniones. Y en establecer de un modo nunca inocente, no sólo lo que esta bien y lo que esta mal sino también, quién es lind@ y/o fe@,o apt@ o cualquier otra cosa», manifestó por su parte la psicóloga, periodista, y también integrante de PAR, Liliana Hendell.
«Si Tinelli, que luce 38 puntos de rating sostenido, lo que muestra es a mujeres – todas pasadas por cirujano -, casi desnudas y altamente erotizadas para bailar desde un hip-hop hasta una zamba y un joven musculoso que simula actos sexuales clase xxx,y luego se someten,ellas en particular, a un jurado bizarro y patético, ¿qué naturalizan? Naturalizan, que una mujer es un objeto, que debe ser de plástico para triunfar y que triunfar es que un varón le haga chistes acerca de su culo», remarcó Hendell, resaltando que aquello que la ley 26.485 señala como digno de sanción, al mencionar en su articulado la sanción de «patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres,» es «exactamente lo que hace noche a noche Tinelli». «Esto es en si mismo un delito grave», reflexionó Hendell, preguntándose ¿por qué tiene el rating que tiene? y avanzando hacia el interrogante que desata la pasividad de quienes debieran intervenir en el caso, llámense ONG’s, organismos de control, e inclusive la Justicia.
Por su parte, el periodista Pablo Ávila, consideró que no se debe generar «una falsa ilusión o espejismo en el rol que pueda jugar el Estado, aún cuando éste haga valer el Poder de Policía para hacer cumplir la Ley de protección de mujeres», sosteniendo que una medida punitiva hacia la producción de Tinelli no le significaría perjuicio alguno», y que contrariamente a esto, «puede llegar a convertirse en contraproducente y hasta generar una corriente de opinión activa entre l@s defensores pasivos de lo indefendible», aclarando que llama defensores pasivos, «a l@s seguidores del programa que pueden contarse por cientos de miles».
Ávila refirió por último, que más allá de las presentaciones legales que correspondan, «no se puede reemplazar la lucha y la militancia de género, que enfrenta la dominación cultural, social y económica del machismo», aunque hayan leyes progresistas; manifestando que en este contexto es oportuno también «indagar que generan los espacios de programas como éste en las adolescentes, a quienes se les vende la idea de éxito y realización personal, la cosificación de la mujer, o dicho de manera más cruda la prostitución elegante».
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