El apagón de Ledesma de 1976 fue una serie de cortes del suministro eléctrico a través de la usina de Libertador General San Martín provincia de Jujuy, ocasionados intencionalmente por la dictadura Los cortes se produjeron entre el 20 y 27 de julio por los militares para así poder secuestrar personas en Ledesma. De esta manera se secuestraron no solo estudiantes, militantes políticos o sociales, sindicalistas o personas involucradas en protestas sociales, sino al propio intendente y pediatra de Libertador General San Martín, Luis Aredez.
El 27 de julio de 1976 la ciudad de Libertador General San Martín y el pueblo de Calilegua fueron sitiados por la policía de la provincia de Jujuy, la policía federal, el ejército y la gendarmería nacional.
A las 22 horas se produjo en las dos localidades un apagón total (menos en la planta fabril de la empresa Ledesma).
Gracias a la intencional oscuridad, en vehículos de Ledesma las fuerzas represivas secuestraron a 400 personas.
Fueron llevados a centros clandestinos de detención, en los galpones de mantenimiento del ingenio Ledesma, donde permanecieron días y meses atados y encapuchados, para finalmente ser trasladados a la gendarmería nacional o bien a la central de policía de Jujuy en San Salvador. Los detenidos eran recibidos por el comisario E. Haig. Recordado en Jujuy como uno de los más grandes asesinos del NOA. Tenía la potestad de definir quién vivía y quién moría
Los sobrevivientes de las torturas eran destinados al penal de Gorriti y de ahí al campo de concentración de la localidad de Guerrero, actual escuela de policía de Jujuy. El centro de horror de Guerrero era habitualmente visitado por el obispo José Miguel Medina, quien –ya en tiempos “democráticos”- fue ascendido a vicario castrense de las fuerzas armadas.
El secuestro del intendente
El doctor Arédez viajó desde Tucumán junto a su esposa Olga a trabajar como pediatra en el ingenio Ledesma. Las secuelas de la superexplotación hacían mella en los niños, atacados en los veranos por mortales diarreas. Luis al año fue despedido por proporcionarles a sus pacientes “demasiados”medicamentos.
Pero Arédez se quedó trabajando en la provincia, donde el afecto de la gente no lo dejó ir. En 1973 lo eligen intendente municipal de Libertador General San Martín, y entre las medidas que tomó hay una que lo sentenció a muerte: cobrarle, por primera vez, impuestos al ingenio Ledesma
El 24 de marzo de 1976 es secuestrado en un vehículo del ingenio y lo tienen por un mes desaparecido. Pero en 1977 lo hacen desaparecer definitivamente.
Desde entonces y hasta su muerte en 2005, su esposa Olga marchó en la plaza del pueblo con otras”Madres de Detenidos y Desaparecidos del departamento de Ledesma-Jujuy”, y cuando el reclamo parecía agotado siguió marchando sola.
Una gran marcha se realizaba todos los 27 de julio de años subsiguientes, recorriendo los pueblos afectados, organizada por sus cuatro hijos. Se demuestra, entonces, la complicidad total del ingenio con las fuerzas represivas, o mejor dicho: las fuerzas represivas como brazo armado del capitalismo.
Un testimonio del que fuera jefe de personal cuenta cómo se torturaba dentro de la empresa, donde la gendarmería tenía un destacamento. La familia Blaquier –dueña del ingenio- amasó su fortuna (500 millones de dólares)
Este capitalismo salvaje también comprometió la salud de todo un pueblo el bagazo – desperdicio de la caña- es sumamente nocivo. Inclusive fue la causa de la muerte de Olga, enferma de bagazosis.
Imagen : laotramiradasur.com/La Ciudad