Cinco días antes de que se conmemore el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Salta observó la muerte de su décimo sexta ciudadana en 2011, como producto de la violencia machista. En Tartagal, Reina Nevoraz, de 51 años había sido quemada por su concubino.
Una vez que se conoció el deceso, la jueza Correccional y de Garantías 2 del Distrito Judicial del Norte, Sandra Sánchez, ordenó la detención de Albornoz, a pesar de que la causa aún no tiene carátula.
La Brigada de Investigaciones, cuerpo de la Policía provincial a cargo de las pesquisas, tiene por ahora dos versiones: una de las cuales responsabiliza a la víctima del incendio en la vivienda en la que residía, mientras, la otra apunta directamente a su concubino de 48 años, Ramón Albornoz.
Reina agonizó cerca de 80 horas, en el Instituto del Quemado de Salta.
Era comerciante y se sabe que momentos previos al incendio había discutido con Albornoz.
Su cuerpo presentaba quemaduras en un 80%, por lo que debió ser trasladada a la capital salteña.
Pese a la voracidad con que se desató el incendio, Albornoz, sólo presentó quemaduras en un 25% de su cuerpo y su recuperación es buena, según se sabe.
Por ahora, el testimonio de uno de los hermanos de Reina, Moisés Nevoraz, compromete a Albornoz, ya que la mujer en medio de su agonía habría alcanzado a decirle Reina que su pareja había intentado matarla.
Para el hermano de la víctima, el crimen habría tenido cierta premeditación, ya que el presunto responsable habría usado una heladera para trabar la puerta, impidiendo de ese modo que la mujer pudiera salir de la casa.
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