El jueves en horas de la mañana, Ramón Lobo (35), asesinó a su tía de una cuchillada por la espalda. Después de una discusión, el joven que tiene problemas de adicciones, acabó con la vida de Hilda Lobo, una funcionaria del gobierno provincial de 60 años.
El hecho derivó no sólo en el asesinato de esta mujer, sino que también Perla Mocda (82), abuela del agresor fue herida en un brazo.
Después de esto, Ramón Lobo huyó por los techos con algo de dinero sustraído de su víctima, para más tarde ser detenido por la policía de la provincia.
El asesinato de la abogada conmocionó a la sociedad salteña.
Hilda Lobo, era docente de la Universidad Católica de Salta, y fue subsecretaria de Trabajo y Previsión Social.
La mañana del crimen Hilda, que tenía custodia policial permanente en su hogar, dado que un juez lo dipuso así, por la peligrosidad de su sobrino, prefirió la no intervención del uniformado que alcanzó a oír la discusión y el fatal desenlace.
Otra información que llegó a los medios de prensa, fue el historial de violencia familiar vivido durante generaciones en esta familia.
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