El 1 de mayo de 2017, Ricardo Adrián Gerónimo fue baleado a la altura del estómago al llegar a su casa, siendo trasladado luego al hospital, donde sicarios intentaron ingresar para consumar el crimen. Cinco días después, el 6 de mayo, Raúl Fernando Martínez fue asesinado a tiros mientras esperaba su pedido en un puesto de comida.

A solicitud de la Unidad Fiscal de Litigio Estratégico contra el Crimen Organizado del Norte y en el marco de una audiencia flexible y multipropósito a cargo del juez de Garantías N.º 1 de Orán, Francisco Oyarzú, se resolvió la elevación de la causa a juicio en la que se encuentra imputado Cristian Gabriel Palavecino en carácter de coautor del homicidio en grado de tentativa en perjuicio de Adrián Gerónimo y por el homicidio consumado de Raúl Martínez, ocurridos en mayo de 2017 en la ciudad de Orán.
En el marco de la investigación y mediante una intervención telefónica autorizada por el Juzgado de Garantías 3 de Salta, se descubrió que ambos hechos fueron encargados por Raúl Ricardo Rojas, alias “Coya”, quien se encontraba cumpliendo una condena por transporte de estupefacientes en un establecimiento de detención de Cerrillos. Junto a Enzo Quiroga y Matías Sarmiento, contactaron al sicario Norberto Mendoza para ejecutar a Gerónimo y Martínez, a quienes acusaban de “mejicanear” drogas y dinero.
De la intervención mencionada surgió que, ante el fallido intento de dar muerte a Gerónimo, quienes lo contrataron le exigían que fuera al hospital a terminar con el trabajo, y por tal motivo, Cristian Palavecino optó por buscar sicarios de la provincia de Tucumán para terminar con la vida de Raúl Martínez.
Fue así que Palavecino contactó a Martín Castillo, alias «Pájaro», quien fue el encargado de ocasionar la muerte de Raúl Fernando Martínez en las circunstancias mencionadas.
Cabe destacar que, mientras cumplía su condena en la Unidad Carcelaria N.º 1, Martín Castillo fue víctima de un homicidio el 6 de octubre de 2024. En esa oportunidad, los familiares del mismo manifestaron que recibía amenazas y asistencia económica tanto de Cristian Palavecino como de Ricardo Rojas, para que se mantuviera en silencio.