Monogamia: ¿De mito a realidad?

Cuando el sexo se convierte en un hecho casi indiscriminado especialmente en los adolescentes y jóvenes y las relaciones interpersonales se tornan cada vez más superficiales, much@s siguen apostando a parejas estables, asegurando que la monogamia aún hoy lejos de ser un mito puede convertirse en una realidad y que quizás el «hasta que la muerte nos separe» también pueda tocarles .

Sin embargo al momento de formar y preservar una pareja no todo es felicidad y la «lucha» se hace día a día, con factores que juegan en contra, como el paso del tiempo, el advertir defectos que antes parecían virtudes, la rutina, la falta de creatividad, la ausencia de diálogo, el agotamiento de la pasión, cuestiones económicas y hasta el dejar de compartir proyectos.

Para advertir como viven los adultos jóvenes esta situación y que tanto apuestan a las relaciones duraderas y monógamas, La Otra Voz Digital consultó a mujeres y hombres de entre 25 y 40 años y obtuvo diversas respuestas.

Luciana, una de las personas que nos brinda su testimonio, actualmente vive un noviazgo de seis años que incluye convivencia y asegura apostar a la monogamia, diciendo que ésta es un «pilar fundamental en el cual se basa una relación que se digne de llamar seria». Agrega que el éxito de esta pareja consiste en haber aprendido «de todos los fracasos anteriores». Sobre la infidelidad asegura que una vez cometida debe obviarse y seguir hacia adelante, en lugar de confesar y mostrarse arrepentid@. Sobre esto último precisa también que llegado el caso, la mujer suele ser «más astuta y el hombre no se entera». Acerca de los motivos de desgaste menciona la intolerancia y el no aceptar al otro tal cual es, especialmente porque «a veces idealizamos al ser amado» o «esperamos pacientemente» que cambie, «que llegue ese bendito día y pasan años y nada, hasta que nos damos cuenta que es así: gordo, egoísta, fanático del fútbol y va a la cancha a ver cuanto partido pedorro juegue su equipo aunque esté en la B y no nos dedica ni un domingo. Deja todo tirado por todas partes y no entiende que el placard esta hecho para guardar la ropa. Y lo de la tapa del baño, cuantas veces le dijimos que la tiene que bajarrrrrrrr!!!! porque nosotras nos sentamos!!!!. En fin, una espera que cambie y que un día venga de traje con flores en la mano y nos diga: – Amor hoy salimos y pago todo yo!!! y no que nos lleve a comer un pancho a la esquina de chancletas».

Por su parte, Cristian, evalúa que la monogamia «como concepto es poco natural. De todas maneras, no sólo creo que es posible llegar a ella sino que me parece una muy buena forma de demostrar a la persona que uno ama el respeto, y sobre todo, el amor que se dice tener. Es claro que hay muchos ejemplos de que es posible, sin embargo, creo también que el éxito de una relación no pasa por ella». Al igual que Luciana dice haber estado en una relación durante seis años, haber convivido con esa persona, al tiempo que desaconseja esto último a los más jóvenes. «Por mi lado, hubo alguna que otra infidelidad, por el lado de ella creo que también, aunque no puedo asegurar nada», refiere. Para él la clave para evitar el desgaste en la pareja está en combatir la rutina «en intentar crear nuevos escenarios, en descubrir cosas nuevas y lindas de la otra persona, en soportar y aceptar del otro las cosas que no te gustan». También menciona querer formar una familia más adelante.

Adriana se muestra más desesperanzada sobre las relaciones entabladas de a dos, porque piensa que actualmente «se han perdido valores fundamentales y por ello necesitaríamos un proceso complejo y profundo con el objetivo de resaltar esos valores». Cuenta también que su relación más larga duró 15 años y que en la ruptura «no hubo infidelidad sólo desgaste de la pareja». También dice que proyectaría otra vez una familia «si tuviera otra oportunidad con alguien»

Luis dice que con «amor y paciencia todo es posible». Relata que su relación más larga duró aproximadamente casi 4 años, incluyó convivencia y teóricamente excluyó infidelidad. Añade que las parejas se desgastan por «la situación la económica, los hijos, y la inmadurez de alguna de las partes» y que la pasión «se extingue tarde o temprano y lo que queda es el amor, y nada más», al tiempo que asegura que siempre pensó tener una familia.

Para Emilce la monogamia como cualquier otra cosa de la vida es posible «siempre que uno ponga de su parte», señalando que en las relaciones «deben existir la comunicación, el respeto y la confianza». También dice que no es fácil de conseguir pero argumenta creer esto a través del ejemplo de sus padres. Advierte que su relación más larga fue de un año y tres meses, sin convivencia alguna, que nunca fue infiel, y que al fijarse en otra persona decidió ser sincera y cortar por lo sano. Precisa también que hay muchas cosas que hacen sucumbir una pareja, entre ellas «la monotonía, la desconfianza, la inmadurez, el no tener la mente ocupada en otra cosa» y enfatiza que particularmente la decepción por un hombre pasa por la falta de caballerismo. «Desgasta que una de las partes ponga toda la fuerza y ganas y la otra parte siempre tenga los mismos problemas y no haga nada por levantarse. Son muchas las causas de los desgastes…es lo que hace que no exista la monogamia», reflexiona.

Lucas cree que lo negativo de la monogamia es justamente la imposición cultural, legal y religiosa porque para él está en la naturaleza del «hombre» el intentar sentirse bien sin importar la cantidad de personas que confluyan para ello, aunque al mismo tiempo refiere creer en el amor. Agrega que su historia más larga duró un año, que proyecta formar una familia y que la monotonía provoca el desgaste.

Andrea, por ejemplo, considera que si bien la monogamia es una construcción cultural, es en esta incorporación de la cultura a la naturaleza adonde se encuentra la diferencia del hombre con el resto de los animales. Expresa: «Una relación implica compromiso, afectividad, amor, y no sólo instinto y genitalidad». Refiere también que su relación más larga duró siete años, que no hubo infidelidad pero que fue ella quien terminó reparando en otra persona y que por eso después de evaluarlo decidió no continuar. Sobre el desgaste añade que cada pareja es un mundo, y que en las relaciones de los más jóvenes, «por ahí el crecimiento dispar, la madurez de uno y otro, las elecciones, la rutina, el creer que todo siempre esta bien…. la falta de diálogo, el dar las cosas por sentadas… y la falta de pasión», contribuyen a esto. Sobre proyectar una familia expresa: «Nunca tuve el sueño de «Susanita», siempre mi vida pasó por otros ejes, pero ahora que estoy en ese intento, el de formar una familia, y está bueno, es un gran desafío que no invalida otros proyectos personales».

El sexo en porcentajes

Si bien Lucas fue el más extremo al mencionar que para él el sexo tiene una importancia del 99% en una relación, much@s lo nombraron como un factor relevante, aunque no el más destacado.

Andrea dice que el sexo «es importante, tanto como otras facetas de una relación, no es lo único», ni lo más trascendente, sino que es un componente entre muchos otros.

Cristian destaca que una pareja el sexo está lejos de tener una importancia superlativa y ejemplifica: «Los chicos bien jovencitos y los viejitos no tienen sexo y son los que mejor se llevan. Hay mucho más por aprender».

Para Adriana el sexo mantiene viva a la pareja, mientras Luis asegura que éste ocupa el 50% de una relación, y que el resto «se reparte en compresión y complementarse».

Luciana, finalmente expresa que lo negativo en torno a las relaciones sexuales se da «cuando no reviste la misma importancia para ambos miembros de la pareja». «Tener sexo no debe ser una obligación, debe ser en una pareja hacer el amor y de eso los hombres saben muy bien la diferencia», finaliza.

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