En una Resolución de hace pocos años, Naciones Unidas afirma que? la discriminación de que es objeto la mujer en lo que respecta a la adquisición y la tenencia segura de la tierra, la propiedad y la vivienda, así como al acceso al crédito para la tierra, la propiedad y la vivienda, constituye una violación de los derechos humanos de la mujer, a la igualdad, la protección contra la discriminación y el disfrute igual del derecho a un nivel de vida adecuado, incluida una vivienda adecuada?(2)
María Ester conoce, por experiencia, estos derechos y está empeñada en ejercerlos, pese a la oposición de quienes, gobiernan y gobernaron la provincia, en los últimos quince años. Su amor por la tierra comenzó a muy temprana edad, cuando vivía junto a sus padres y hermanos en los ?lotes? del ingenio San Martín. Y aunque debían trasladarse de zona en zona para la época de la cosecha, o recorrer a pie, largas distancias para concurrir a la escuela, recuerda con alguna nostalgia esos tiempos, pues sus padres aún estaban juntos.
En algún momento, no sabe por qué, sus padres se separaron y a los diez años, viviendo ya en Finca Las Costas, comenzó a trabajar como empleada doméstica para aportar al sustento de una familia sin otros medios para subsistir.
Casada a los catorce años, se mudó a la que era propiedad de la familia de su esposo y que actualmente habita, y allí nacieron sus siete hijos. Recuerda que por entonces, esa finca no disponía de agua ni energía eléctrica. Las tareas domésticas que alternaba con las labores rurales, eran su rutina diaria. Lavar, planchar, cocinar, acarrear agua del río para toda la familia, elaborar quesillos, cuidar animales, ordeñar vacas, sembrar y cosechar arvejas, fueron parte de su duro trabajo cotidiano.?Yo cocinaba para mis suegros-afirma-tenía un cuñado que también vivía acá, el se iba al colegio, era la misma edad que yo, pero él iba al colegio y yo le cocinaba?.
Sufrió, al lado de sus hijos, la convivencia junto a un hombre alcohólico y golpeador que espaciaba su regreso a casa por las noches. De ese período, recuerda el sufrimiento y el temor que la invadía cada anochecer, pues el lugar era un paraje oscuro y solitario. A pesar de ello, jamás pensó en mudarse. Lejos de amedrentarse, después de la muerte de su esposo a causa del alcohol, recorrió, inútilmente todos los estamentos gubernamentales en busca de ayuda. La venta de tamales y humitas, la pensión de animales de los veraneantes de la zona, le proporcionaron hasta el día de hoy, algo de dinero para comprar semillas y pagar los costos que insume arar casi veintitrés hectáreas de tierra. Cuenta, con orgullo, que sus hijos siempre compartieron el trabajo, vendiendo artesanías, alquilando caballos, sembrando y alambrando el campo junto a ella.
En algún momento, soñó con irse a la ciudad a estudiar enfermería y que sus hijos pudieran asistir a la universidad para tener un futuro más promisorio. Pero no pudo ser. Hoy, además de todas sus ocupaciones de siempre, realiza tareas de limpieza en una escuela de la zona, como contraprestación del Plan Jefes/as de Hogar. Y desde hace casi quince años, libra una batalla desigual por la tenencia definitiva de sus tierras, contra la ciega obstinación de los gobiernos de turno.?Cuando entra el gobierno de Ulloa, la gente pagaba canon de riego, se limpiaban las acequias?sostiene.El gobierno de Ulloa ha hecho unos contratos para que firme toda la gente de Finca Las Costas. Esos contratos con solo verlos nomás, era que si yo firmaba, perdía el derecho a la antigüedad que tenía acá, mi familia estuvo acá por más de sesenta años. Mi marido que estaba vivo no quiso firmar, para qué voy a firmar un contrato de alquiler si esto es mío, ha dicho. Y bueno, mucha gente ha firmado engañada. Somos cuatro personas que no firmamos el contrato, porque no queríamos perder el derecho a nuestra tierra. Y a partir de ahí nos persiguen, nos niegan el agua, es como si nosotros fuéramos unos extraños y nos siguen tratando así?.
María Ester no se imagina viviendo fuera de su tierra Una tierra, que trabaja y ama desde hace cuatro décadas. Una tierra que la verá partir, como le gusta expresar con toda sus fuerzas, sólo cuando muera.
Sobre la propiedad de María Ester Roldán, viuda de Serapio pesa una orden de desalojo de fecha 5/12/2002(3).Aún cuando la policía ha querido hacer efectivo este desalojo en varias oportunidades, se ha topado contra la férrea voluntad de María Ester de permanecer en el lugar. Hacia 1991 el gobierno provincial, a través de concejales de San Lorenzo, obliga a los habitantes de Finca Las Costas, a firmar contrato para la provisión de agua. Lo que significó que los propietarios de las tierras pasaran, sin más, a ser inquilinos de las mismas. María Ester, junto a unas pocas personas se negó a firmar dicho contrato, por lo que la negativa a la provisión de agua y las presiones gubernamentales, se hicieron constantes. En momentos en que el propio gobierno debiera estar creando programas para revertir la situación de vulnerabilidad y desigualdad que padecen las mujeres rurales, se empeña en agredir a los/as legítimos propietarios de estas tierras y, en especial, a María Ester Roldán, que ha hecho de su lucha por la tenencia de la tierra una lucha por la dignidad y los derechos humanos.
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(1) ?Finca Las Costas constituye una reserva de cerca de 10.000 hectáreas que están dentro de la jurisdicción de la Municipalidad de San Lorenzo. Ubicada a sólo 12 minutos del centro de la ciudad de Salta? del sitio oficial de Internet de la Cámara de Turismo y Comercio de San Lorenzo,www.sanlorenzosalta.org.ar
Roberto Romero gobernador de Salta por el período 1983-1987, hizo pública, durante su mandato, la promesa que la mansión familiar situada en calles Entre Ríos y Deán Funes, sería donada a su muerte, como residencia oficial de los gobernadores. Roberto Romero falleció en Febrero de 1992 y hasta la fecha no se efectivizó su promesa. Su hijo, Juan Carlos Romero, transita por su tercer mandato como gobernador de Salta (1995 a 2007) y envió construir una fastuosa residencia para los gobernadores en Finca Las Costas, en la que se habría invertido, más de 2.000.000 de dólares. La mansión posee, lago artificial y helipuerto, entre otras cosas .La construcción, el costo, y el emplazamiento de esta mansión, continúan siendo objeto de debates y denuncias por parte de periodistas y ciudadanía en general, a través de diversos medios de comunicación de Salta .La nota es mía
(2) Alto Comisionado de las Naciones Unidas, para los Derechos Humanos, Resolución de la Subcomisión 1998/15, La mujer y el derecho a la tierra, la propiedad y la vivienda adecuada.
(3) El desalojo se tramitó en el juzgado de 1º Instancia en lo Civil y Comercial, 1º Nominación, Jueza Dra. Montalbetti de Marinaro. Se inició un proceso en contra del esposo de María Ester Roldan, Sr. Serapio, quién nunca fue notificado y nunca compareció, por estar fallecido. Se dio por resuelto un contrato de locación que jamás existió .María Ester Roldán prescindió de los servicios de su letrado patrocinante en ese entonces, Dr .Pablo Saravia por entender que no había tenido intervención en defensa de sus derechos.
El actual letrado patrocinante, Dr. Rubén Oscar Juárez, interpuso una Acción Autónoma de Nulidad, basada en los graves y manifiestos errores que se cometieron en el proceso de desalojo y demandó a la Provincia. La causa permaneció hasta fines de 2005, en la Cámara de Apelaciones, Sala 4º, Jueces Ruiz y Carlsen, para que se expidieran sobre la medida cautelar para evitar el desalojo hasta tanto se resolviera la Acción Autónoma de Nulidad .Entre el 28/12 y el 29/12, de 2005, la Cámara rechazó estas presentaciones, contraviniendo fallos anteriores de ellos mismos, en idénticas situaciones.
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