El mundo enfrenta una crisis que tiene evidentes impactos en la vida cotidiana de las personas, todo a causa de un ordenamiento económico desigual y excluyente, en el que la generación de recursos y oportunidades para el goce efectivo de los derechos no se encuentra en la agenda de las políticas.
La situación en el mundo es desalentadora, se han incrementado las personas que viven en condiciones de pobreza, las que perdieron su trabajo, las que no pueden ir a la escuela. El mundo enfrenta una crisis que tiene evidentes impactos en la vida cotidiana de las personas, todo a causa de un ordenamiento económico desigual y excluyente, en el que la generación de recursos y oportunidades para el goce efectivo de los derechos no se encuentra en la agenda de las políticas.
Durante meses se anunció la solidez de la economía colombiana, sin embargo, esta cayó 0,5% en el segundo trimestre de 2009 (Portafolio, 25 de septiembre de 2009). Evidenciando que gran parte del crecimiento que se reportó en años pasados era causada por las favorables condiciones internacionales y no debido a las decisiones y acciones en el ámbito nacional. Seguramente este estancamiento será superado de manera muy lenta, esto combinado con el momento político, en el que la posibilidad de una reelección presidencial, genera mayor incertidumbre (Portafolio, 28 de septiembre de 2009). La desconfianza no involucra solo en quienes invierten, hay una sensación en el ambiente que muestra que como en el contexto mundial, el liderazgo se vuelve una cuestión personal, más que un proyecto político, en el que los complejos mesiánicos amenazan con desmoronar los resquicios de democracia que aún subsisten.
La inestabilidad en el precio del dólar también ha sido un factor de dificultad. Las y los exportadores se han visto perjudicados por la revaluación y las familias que reciben remesas han evidenciado la caída en sus ingresos. Sin embargo, el gobierno se ha beneficiado por el descenso del monto de deuda externa. Para quienes realizan importaciones, hasta la compra de armas resulta más barata (La República, 10 de octubre de 2009). Preocupa que como consecuencia de la caída del dólar el Gobierno decida dar más subsidios a los sectores privilegiados del país, como es el caso de las empresas vinculadas a las actividades de exportación.
La crisis ha tenido mayores impactos sobre la vida cotidiana, en agosto ya eran 2’428.000 personas en situación de desempleo, 241.000 más que en el 2008. Además, como lo ha establecido el CID de la Universidad Nacional, «esa realidad palpable de que no hay recursos suficientes, sigue impulsando a los integrantes de los hogares a dejar su situación de ama de casa o de estudiante para salir a buscar trabajo», evidenciando que cada vez más personas se ven en la necesidad de salir a buscar formas para generar ingresos y en la coyuntura actual, seguramente serán las actividades del rebusque las que se conviertan en una estrategia para la sobrevivencia (Portafolio, 29 de septiembre de 2009).
Esta escasez de recursos se ha hecho evidente en la cifras de pobreza que fueron publicada por el DNP en meses pasados. La situación en Colombia y el mundo ha desmejorado aún más debido a la crisis, coyuntura en la que tanto ha preocupado el futuro del sector financiero, pero en la que se ha olvidado las realidades cotidianas de las personas. ¿Quiénes son las y los verdaderos afectados? En el mundo 90 millones de personas más viven en condiciones de pobreza (Portafolio, 5 de octubre de 2009) y 1000 millones no tienen para comer, casi una sexta parte de la población mundial (Portafolio, 14 de octubre de 2009).
En Colombia, incluso cuando el precio de los alimentos ha caído en un 1,07%, la situación de falta de ingresos también ha ocasionado que para muchas personas incluso no haya ni para la comida, ya que la reducción en los precios de los alimentos es el resultado del descenso en la demanda, no hay dinero con qué comprar (La República, 1 de octubre de 2009). A esto se suma que uno de los productos básicos en la canasta familiar, la papa, ha subido de precio debido a la reducción de la cosecha, por efectos de la crisis que sufrió la industria el año pasado, muchas personas dejaron de cultivar (El Nuevo Siglo, 23 de octubre de 2009).
Las familias colombianas de cada 100 pesos tienen que destinar 22 para solventar sus deudas, situación similar a la que se experimentó a finales de la década de los noventa. Frente a este tema, el Banco de la República argumenta que no hay preocupación porque son préstamos de consumo (La República, 6 de octubre de 2009). Cabe preguntarse, ¿una sociedad endeudada por el consumo y no por la adquisición de bienes durables como la vivienda es una sociedad sostenible y exenta de crisis?
Debido a las crecientes dificultades vividas por las personas en Colombia, las organizaciones sindicales han propuesto congelar los precios de la canasta familiar y de los combustibles (La República, 15 de septiembre), con lo que se piensa se podría contribuir a una leve mejora de la situación. Esto lo que vislumbra tras bambalinas es que hay acciones estructurales, como generar un sistema tributario progresivo mediante el cual se garantice la redistribución, y soluciones de largo plazo para combatir la pobreza y las desigualdades.
Este es un escenario desalentador, y lo que lo es más son las propuestas gubernamentales como Oportunidades. Para aumentar las oportunidades de empleo se considera suficiente aumentar la producción de las industrias creativas, como las de animación o incrementar los cupos de madres líderes en el programa Familias en Acción o añadir más recursos con destino a las fuerzas militares para de esta manera contratar más soldados; pero ¿eso es suficiente para la sostenibilidad de una sociedad? ¿de eso vive un país? (La República, 14 de septiembre de 2009).
Un país requiere mecanismos que garanticen los derechos de quienes lo habitan, como lo afirma el protocolo facultativo del PIDESC, el cual daría la posibilidad de usar la acción de tutela para garantizar derechos como la educación, la vivienda, la salud, etc. El Gobierno nacional, ha decidido ya sea por intereses políticos o por prioridades en el gasto militar y en defensa, no firmar este protocolo (El Espectador, 24 de septiembre de 2009).
Incluso aún cuando el Gobierno no lo considere una prioridad, en el mundo es fundamental mejorar las garantías sociales. Por lo cual una serie de personas expertas, han considerado que en Colombia, más allá de aumentar las cifras de crecimiento, es necesario lograr la unificación del Plan Obligatorio en Salud POS para ambos regímenes y aumentar la cobertura de la educación post secundaria-, la cual no puede garantizarse si las universidades no tienen presupuestos y el énfasis no puede dejarse únicamente a promover la formación técnica. (Portafolio, 28 de septiembre de 2009)
Con esta perspectiva y debido a la carencia de una política pública que busque soluciones estructuradas e integradas, Colombia no cumplirá las metas que se inscriben en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio ODM.
Así lo ha establecido PNUD, que considera que Colombia pretende reducir la pobreza a 28,5, a cinco años de plazo para cumplir la meta, la pobreza ha crecido a 46%. Además, las políticas públicas no han sido estructuradas desde un enfoque diferencial y de género, imposibilitando que la equidad entre hombres y mujeres sea una realidad (El Nuevo Siglo, 15 de octubre de 2009).