FM La Patriada entrevistó a Jacquelina Flores, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) sobre el paro de mujeres en el #8M y el rol de las mujeres trabajadoras. “No estamos dispuestas a resignar nada más”, afirma.

– ¿Cómo analizan desde la CTEP y los movimientos populares el paro de este 8 de marzo?
– Nos sentimos absolutamente orgullosas de lo que hemos podido construir. Hoy es mucho más que una movilización, es un paro por todos los derechos laborales que todavía no tenemos y por la unidad de todas nosotras, las mujeres trabajadoras de esta patria. Hemos podido consensuar algo que era impensado. Hemos podido juntarnos todas las centrales con nosotras, las mujeres, conjuntamente con la CTEP abrazándonos en esta consigna que venimos construyendo hace rato: una sola clase trabajadora.
Más allá de que a nosotras nos tocó la peor de las historias, porque la mayoría de nosotras nunca tuvo un trabajo formal. O si lo tuvo fue echada. Así y todo seguimos laburando, generando nuestro trabajo con nuestras propias manos en las distintas ramas que tiene la CTEP.
Imaginate que venimos de algo muy doloroso y pasamos a entender que no queremos que hablen por nosotras. Nos paramos fuertemente contra el ajuste que lleva a cabo el presidente Macri. Teniendo clara tanto la conciencia de clase como el país que queremos. Tenemos mucho por decir, por aprender y por discutir sobre hacia dónde va la patria.
– ¿Qué podés contarnos de la vida cotidiana de las mujeres de la economía popular?
– Es muy dolorosa. La mayoría de las mujeres de la economía popular estamos insertas en una economía que le da ganancia a unos pocos. Que te impongan algo ya es absolutamente doloroso. Nuestras compañeras no están pudiendo llevar el plato de comida a los hijos.
Si hablamos de salario, generalmente del trabajo formal, nuestras compañeras están con la emergencia social, algo que hemos ganado nosotros también. Y no llega a 4500 pesos. Imagínate cuál es el caos, la desazón en las que nos encontramos las mujeres de la economía popular y nadie se está haciendo cargo. Pero con la lucha que nosotras venimos dando hace mucho tiempo lo hemos puesto sobre el tapete, en la agenda de los que siempre han querido dejarnos bajo la alfombra.
Esto tiene que ver con la organización y la construcción. Somos nosotras las que definimos a dónde queremos ir. Queremos que nos reconozcan el trabajo que ya hemos generado. No venimos a pedir trabajo, eso tiene que quedar claro. Estamos dispuestas a defender el trabajo que hemos generado. En eso queremos la igualdad de derechos.
– ¿Cómo impacta en ese día a día que vos contabas, cuestiones como el acceso a la salud, la educación, etc.? ¿Cómo se transforma eso?
– Con organización se transforma. Son muchos los derechos que nos tienen negados: salud, estudio. No son “necesidades”, las compañeras de la economía popular tenemos bien claro que son derechos negados. No vamos a permitir que nos cambien las palabras. Vamos por nuestros derechos.
Es absolutamente doloroso y devastador pero tenemos un espíritu en el cual entendemos que luchamos por lo que nos merecemos. Molesta que una cartonera vaya a un ministerio y diga “vengo por nuestros derechos, no a que me asistas”. Porque nosotras todo lo que construimos lo hicimos desde la cultura del trabajo. No soy una planera, soy una trabajadora. Molesta que alguien de tan abajo, fortalecida por la organización, discuta la ganancia. Si nuestras vidas no valen produzcan sin nosotras, somos el 70% del trabajo de esta patria. No estamos dispuestas a resignar nada más.
– Sobre todo por las generaciones que vienen, ¿no?
– Esta patria es con nosotras. No somos parte del problema, somos parte de la solución. Evidentemente estamos decididas. Como nosotras no tuvimos opción queremos que nuestras hijas sí la tengan.