Tito Franklin Escobar Ayllon, de nacionalidad boliviana y 44 años esta prófugo y es acusado de violar a una joven.

“O me quedaba llorando tirada en la cama o me hacía cargo de mi causa”. En ese momento había pasado un año del día en que un taxista la había violado en el barrio porteño de Colegiales y desde entonces el acusado se encuentra prófugo. Manuela E. (22) decidió “salir a buscarlo” porque “quienes tienen que hacerlo no me dan respuestas”.
Se reunió con testigos que aseguraron haberlo visto, sigue pistas, viajó a Bolivia, de donde es oriundo Tito Franklin Escobar Ayllon, se acercó a la casa donde éste vivía en Buenos Aires y empezó a estudiar la carrera de Derecho. A dos años del hecho, el abusador sigue sin ser detenido, publica el diario Perfil.
Manuela se muestra entera, pero consciente de que desde aquel 18 de abril de 2015, cuando “un tipo decidió que tenía derecho sobre mi cuerpo”, nada fue igual y que, “como los drogadictos, esto es un trabajo diario para no caer”.
“Cuando se cumple un año me doy cuenta de que el Estado estaba totalmente ausente y que no había tenido ninguna respuesta. Ahí mi mamá me dice: ‘Manu, hasta ahora yo laburé por vos e hice lo que tenías que haber hecho vos para amortiguarte un poco todo este dolor. Ahora vos podés quedarte en una cama llorando o hacemos algo juntas. Porque si no te movés vos por tu causa no lo va a hacer nadie por vos’. Ahí me di cuenta de que tenía dos opciones: me quedaba llorando o me hacía cargo de mi causa. Así fue como empezamos a llamar a la familia de él y decidí ir a Bolivia (donde se suponía que se había fugado)”, recuerda.
Tanto Manuela como su mamá, Adriana, se comunicaron con los familiares de Escobar Ayllon para que les brindaran información. “La mujer y la hija nos cortan. No me quieren escuchar. Los padres de él me atienden bien. La madre es muy correcta pero no me dice nada y el padre me asegura que está avergonzado por lo que hizo el hijo”, destaca.
Además recopilan información que van recibiendo de distintas personas que dicen haberlo visto en Argentina. “Recibimos mucha información, pero la verdad es que muchos son cazarrecompensas y eso atrasa un montón. Cuando nos llega un dato lo primero que hacemos es fijarnos quién lo envía”, explica Manuela.