Falleció Carmen Fernández madre de Marcela Mamaní

Ayer falleció Carmen Fernández, madre de Marcela Mamaní. Un profundo sentimiento de dolor invade  a sus vecinos de Villa Asunción y a los integrantes de la Comisión de Familiares Contra la Impunidad,testigos de toda la lucha que llevó adelante Carmen para que encuentren con vida a su hija Marcela.

Su derrotero empezó en el 2013 cuando Marcela desapareció el 16 de febrero. Por 10 días peregrinó desde la comisaría de San Remo a la comisaria de Villa Asunción, ninguna quiso tomar la denuncia por desaparición. Recién el 26, diez días después, cuando el caso se hizo público, tomó parte la Fiscalía y empezó la búsqueda. Inmediatamente Carmen se sumó a la Comisión de Familiares y marchaba todos los viernes pidiendo por la aparición de su hija.

 Por el caso de Mamaní está imputado Javier “el Indio” Aramayo, quien fuera su última pareja. Un hombre violento que ya estuvo imputado por el crimen de una pareja anterior de nombre Patricia Gonzales. Aramayo  propinaba fuertes golpizas y amenazas a Marcela cuando intentaba terminar con la relación, a pesar de sus denuncias y de una orden de restricción, el Estado nunca hizo un seguimiento y abandonó a Marcela a su suerte. El caso Mamani se elevó a juicio por homicidio aunque nunca apareció su cuerpo. 

Carmen murió sin llegar a ese juicio y sin saber qué pasó con su hija. Nunca escucharon a esta madre que exigía que se investigue a Aramayo y a la Comisaría de San Remo que, conociendo los antecedentes de este hombre, actuó sin recibir la denuncia como si estuvieran protegiendo a un buchón.

Hoy Marcela Mamaní es una de las tantas mujeres víctima de violencia de Salta, en las que ni la justicia ni el gobierno se hace cargo de su responsabilidad por no haberla protegido. Es también uno de los casos testigos que se tomó para redactar la Ley para la Búsqueda de Personas Desaparecidas, presentada en el Senado salteño por la bancada del PO, para que ninguna madre tenga que andar como Carmen buscando a su hija por sus propios medios ante la inacción del Estado.