El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº4 lo halló culpable de siete abusos sexuales y robos y de un abuso de arma de fuego y lesiones. Fue declarado reincidente, por lo que no podrá acceder a la libertad condicional. Satisfacción de las víctimas en una jornada movilizante.
A dos semanas del inicio del juicio, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 4 de Mar del Plata condenó ayer al violador Claudio Napolitano a 35 años de prisión efectiva. Para los magistrados, el hombre es culpable de siete abusos sexuales agravados por acceso carnal y uso de arma de fuego -uno de ellos también calificado como gravemente ultrajante-, siete robos agravados por el uso de arma de fuego y un abuso de arma con lesiones, delitos cometidos entre 2009 y 2013.
En su resolución, los jueces Alfredo De Leonardis, Gustavo Fissore y Jorge Peralta consideraron que la autoría material del imputado fue probada durante el debate y además lo declararon reincidente, por lo que no podrá acceder a la libertad condicional y solo podrá salir, mediante libertad asistida, seis meses antes de finalizada su condena.
Para ellas, quienes sufrieron los ataques de Napolitano, la de ayer era una jornada esperada, importante. Por eso, claro está, los nervios, la angustia, esa sensación de falsa calma minutos antes de la lectura del fallo. En el quinto piso de Tribunales, familiares y amigos de las víctimas escucharon atentos las palabras de los magistrados, mientras que dentro de la sala de audiencias las jóvenes volvieron a revivir aquello que tanto intentan dejar atrás.
Pasadas las 12, los jueces, una vez más, leyeron uno por uno los hechos imputados y finalmente acreditados y eso generó, una vez más, que muchas de las chicas se descompensaran y debieran ser asistidas. Es que, como si fuera poco haberlo vivido, tener que escucharlo no fue fácil. Tras un cuarto intermedio, y con la (acertada) decisión de omitir los textuales de las declaraciones de las mujeres, finalmente se continuó con la audiencia.
Del mismo modo que durante la mayor parte del proceso –a excepción de la primera jornada y la de los alegatos- Claudio Napolitano no estuvo presente ni siquiera en la sala contigua. El hombre de 46 años ya había dicho sus últimas palabras la semana pasada y su defensor, Lucas Tornini, había adelantado que su cliente no quería presenciar la lectura del fallo, por lo que su ausencia no sorprendió a nadie, aunque nuevamente generó bronca.
Tras más de una hora, en la que fueron detallados el lugar, la hora, las circunstancias y el modus operandi utilizado por el imputado, los jueces dieron a conocer su veredicto, por medio del que condenaron a Claudio Napolitano a 35 años de prisión y lo hallaron culpable por todos los delitos, que fueron cometidos en el marco de seis abusos sexuales agravados por acceso carnal y uso de arma de fuego, un abuso sexual gravemente ultrajante agravado por acceso carnal y uso de arma de fuego, siete robos calificados agravados por el uso de arma de fuego y un abuso de arma de fuego con lesiones.
POR QUÉ NO 50 AÑOS DE PRISIÓN
Durante los alegatos, el Ministerio Público Fiscal había solicitado la pena máxima, de 50 años, al considerar los numerosos agravantes y la multiplicidad de los casos. Sin embargo, los magistrados tuvieron en cuenta la edad del imputado y el hecho de que ya lleva cumplidos 2 años de prisión, por lo que optaron por 35 años de pena, dado que, según su criterio, el monto solicitado por la fiscalía “representaría un acto de crueldad”, dado que Napolitano estaría condenado a, prácticamente, morir en la cárcel.
“La respuesta podría ser que lo que hizo él ha sido de extrema crueldad, lo cual es indiscutible, pero no se le puede retribuir a la comisión de un delito el mismo tipo de acción, porque sería una venganza y ese no es el objetivo que persigue el sistema penal”, argumentaron en su resolución los jueces, que repararon en el carácter de reincidente del imputado, quien tenía dos condenas previas en su haber: una por violación y otra por robos a mano armada.
El TOC Nº 4 consideró que no existieron eximentes ni atenuantes pero sí agravantes, como el uso del arma de fuego en todos los casos y durante los abusos; los daños psicológicos y los problemas alimenticios; la imposibilidad de las mujeres de relacionarse con hombres; el daño colateral hacia las familias; el riesgo potencial hacia la salud de las víctimas; la cosificación extrema de la figura de la mujer; y las circunstancias en las que se cometieron los abusos, que pusieron a las jóvenes en un estado de indefensión.
Imagen : elargentinomardelplata.infonews.com