Violencia de género

El norte santafesino, una sociedad patriarcal atravesada por el abuso sexual

Especialistas y militantes sociales atribuyen el flagelo a una cultura fuertemente arraigada en la sociedad que lleva a la cosificación de la mujer y de las niñas y niños.violencia santa fe

El fenómeno de la violencia de género y especialmente el abuso sexual que predomina en el norte provincial por encima del resto de Santa Fe se evidencia cada vez más conforme trascienden las denuncias ante la Justicia, a su vez cuestionada entre otros reclamos por la escasa resolución de casos y castigo a los abusadores, y por los prejuicios que denotan los fallos absolutorios. Especialistas y militantes sociales atribuyen el flagelo a una cultura patriarcal fuertemente arraigada en la sociedad que lleva a la cosificación de la mujer y de las niñas y niños, pero también a la parcialidad en jueces y, por lo tanto, la ausencia de condenas ejemplificadoras.

Esta semana trascendió un caso emblemático de violación incestuosa que quedó impune en Reconquista, pero que halló eco en el Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer de las Naciones Unidas. La joven C.E.R., que hoy tiene 23 años, fue violada desde los 13 años por su padre, a quien se animó a denunciar, pero quedó absuelto.

La presidenta del Concejo Deliberante de Reconquista, Soledad Zalazar, de amplia militancia social y de género, pidió ayuda a las organizaciones Insgenar (Instituto de Género, Derecho y Desarrollo) y al Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem), que gestionaron con éxito al organismo internacional para que la víctima reciba un resarcimiento económico y moral de parte del gobierno provincial y nacional por esta injusticia.

Por lo pronto, la muchacha, que no fue asistida en ningún momento por el Estado, recibe asistencia de la psicóloga rosarina Graciela Sosa Biyoreck (y no Gabriela Sosa, la titular de la flamante Subsecretaría de Políticas de Género, como consignó erróneamente La Capital en su edición del miércoles último). Su vulnerable situación en Reconquista la obligó a mudarse a Rosario, cumpliendo de alguna manera el patrón repetitivo de la mayoría de las víctimas de abuso, que terminan huyendo de sus hogares ante la impunidad de sus agresores. Hoy necesita un trabajo digno, y precisamente este es uno de los requerimientos al gobierno para la reparación histórica.

Cultura patriarcal. El tema sirvió como disparador para analizar este tremendo flagelo en el norte santafesino. Para Viviana Della Siega, referente de Insgenar y reconocida defensora de los derechos humanos y de la mujer, el fenómeno de la violencia de género y del abuso sexual e incesto en el norte provincial «tiene que ver con una cultura patriarcal, misógina, de odio y desprecio hacia las mujeres, en la que los hijos son propiedad del padre y éste tiene derecho a hacer lo que quiera con ellos, porque como son considerados objetos, no tienen dignidad humana. Entonces se da por ejemplo que el padre inicia sexualmente a sus hijas. Y la madre, que en esta cultura está sometida al poder del hombre, no termina de visualizar (incluso porque en algunas ocasiones les ha pasado lo mismo), que esto es un delito».

Della Siega reconoció que «tenemos una sociedad que por un lado tiene grandes avances normativos y de las mujeres en el campo laboral y otros, pero todavía queda ese residuo de cultura machista, patriarcal que pone a las mujeres, niñas y niños en un lugar de minoridad y que imprega a todas las instituciones: la familia, la educación, los medios de comunicación y por ende a la Justicia, donde hay funcionarios que, a la hora de pedir y analizar pruebas y testimonios, están condicionados por estos prejuicios y estereotipos profundamente arraigados. En este contexto, el relato de las mujeres tiene muy poca credibilidad y ello se ve claramente en las sentencias de los jueces», explicó.

«El abuso sexual es una forma de violencia de género que la Justicia ha naturalizado y estereotipado en las clases más vulnerables. Hay personas del Poder Judicial que me han dicho de manera informal que entienden que «la única manera que tienen los pobres de divertirse es a través de lo sexual», y que a ellos no les importa ese tipo de cosas. Hay (magistrados) históricos que en sus sentencias, rara vez cuando se las pueden leer, revelan estereotipos con respecto a la homosexualidad y a los hombres, a los que de alguna manera se les perdona, se les disculpa cada una de sus conductas y se estigmatiza a las mujeres», denunció la edila de Reconquista, donde de acuerdo a relevamientos informales hay una denuncia de violación cada tres días.

Casos ejemplificadores. A la hora de dar cuenta del flagelo, sobre todo en el ámbito intrafamiliar, Zalazar reconoce que no halla «una explicación razonable y creo que si la encontrara, estaría tan loca como el resto de los agresores. Pero sí puedo decir que los abusos sexuales siguen sucediendo porque no hay casos ejemplificadores. Por eso es que los jueces tendránque hacerse cargo de las cosas que han dicho, hecho, o han dejado de hacer o decir», sentenció y también responsabilizó a la policía, «que no siempre está a la altura de las circunstancias, que intenta persuadir a la víctima a que no denuncie».

Imagen : Diario UNO