Viviana Cobos denunció públicamente la ineficiencia de la actuación de la División Trata de Personas de la provincia de Salta ante el secuestro de su hija de 15 años de edad. La joven habría sido forzada a ingresar a un vehículo, golpeada, drogada y retenida contra su voluntad durante cinco días, cuando finalmente y tras diversas comunicaciones telefónicas con su familia, los captores la abandonaron en las inmediaciones del Nuevo Hospital del Milagro.
Según el relato de Cobos, la menor fue abordada por dos hombres el 2 de marzo pasado a las 11 de la mañana en pleno centro de la capital salteña, cuando se retiraba del establecimiento educativo al que concurre.
Los individuos golpearon a la chica, ingresándola a un vehículo oscuro, ante la presencia de un grupo de transeúntes que permanecieron sin involucrarse en los hechos.
Ante la ausencia de la joven de su hogar, la familia interpuso la denuncia en la Comisaría Primera el mismo lunes en que se produjo el secuestro, al igual que en la Comisaría Segunda, para finalmente exponer la desaparición de la adolescente el día 3 en la Divisón Trata de Personas.
Después de varios días en que la muchacha permaneció en cautiverio, con los ojos vendados y sin comunicación con su familia, los secuestradores entablaron contacto con uno de sus hermanos a quien finalmente luego de varias horas le informaron que debían buscarla en los alrededores del Nuevo Hospital, adonde fue hallada.
La madre relató además de que en el lugar en el que estuvo encerrada la adolescente había otra muchacha en condiciones similares y que una de las pistas más fuertes que se maneja es la de un hombre de unos 59 años, pelirrojo, de voz ronca y de posición social acomodada que desde hace un año seguía a su hija. El mismo, según los datos recabados por una de las hermanas de la joven, sería suegro de un médico que presta servicios en el nosocomio en el que encontraron a la chica.
La mujer manifestó también que dentro de la investigación debería tenerse en cuenta que los captores mencionaron datos de su familia y que en esta oportunidad ella había ampliado la denuncia contra la persona que perseguía obsesivamente a la menor, con quien en agosto pasado había mantenido una discusión, dadas las dudosas circunstancias que rodeaban el interés de éste por la chica. Asimismo, Cobos refirió que incluso facilitó el número de patente del vehículo del sujeto sin que la policía haya utilizado esto hasta la fecha dentro de la investigación.
Al relato estremecedor sobre lo acontecido en el que además del secuestro mediaron golpes, un corte aparentemente realizado con un bisturí en la pierna de la menor, y una posible situación de abuso sexual que aún no ha sido comprobada, se suma la falta de asistencia psicológica de la misma, la cual debía ser brindada por el cuerpo de profesionales que trabajan en la división mencionada anteriormente y conformada no hace más de cuatro meses.
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