Se trata de la pareja de la tía de las menores de 12 y 13 años. Una de ellas se encontraba en silla de ruedas cuando ocurrieron los hechos.
El fiscal penal 2 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual Rodrigo González Miralpeix representó al Ministerio Público Fiscal ante la Sala 1 del Tribunal de Juicio Distrito Centro, en el juicio en el que un hombre de 23 años de edad fue condenado a 10 años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual simple.
Las actuaciones de la Fiscalía iniciaron tras la denuncia realizada por una mujer en representación de su hija menor que al momento de los hechos tenía 13 años en contra del esposo de su hermana. Relató que estando en la casa de su madre llamaron a la puerta y cuando la menor acudió y se encontró con el acusado le bajó la presión y no pudo controlar sus esfínteres, entrando en crisis nerviosa y llorando le pedía que la lleve de ahí.
Cuando pudieron hablar, la adolescente le contó que el año anterior el hombre aprovechó que se encontraba sola en el domicilio donde cuidaba de la hija del acusado, para abusarla sexualmente pese a negarse y oponer resistencia. El hecho sucedió estando ella en silla de ruedas luego de ser operada de una fractura en una pierna a raíz de un accidente.
La mujer relató que había observado cambios en la conducta de la menor que le llamaban la atención como, el hecho de llevarse cuchillos y herramientas como martillo o hacha a su habitación justificándolo al decir que quería protegerse por si entraba un ladrón a la casa. Además modificó su vestimenta por ropa holgada manifestando que quería ser un varón.
La menor también relató que el acusado le ofrecía dinero a cambio de estar con él, la intentaba besar en la boca, le bajaba los pantalones y la sometía a tocamientos. Su abuela vio algunas cosas, y su tía decía que había que dejarlos porque estaban jugando.
En ese mismo año un hombre radicó denuncia en representación de su hija de 12 años, relatando que el acusado aprovechando una reunión familiar, ingresó a la habitación de su hija (prima de la anterior) pese a que ella le pidió que se retirara y la besó en la boca. Que intentó quitarle el pantalón pero ella lo empujó, y que le ofreció dinero mientras la sometía a tocamientos . En ese momento ingresó la pareja del acusado y este se retiró. La menor le contó lo sucedido.
El juez Javier Aranibar, dispuso además de la condena, la extracción de material genético del condenado, por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del Dato Único de Identificación Genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos.