Un hombre de 31 años acusado de abusar de una joven fue condenado por la Justicia de Misiones a asistir por tres años a un psicólogo, sin perder su libertad, mientras que a la víctima se le asignó un botón antipánico.
La determinación correspondió a la jueza Marcela Leiva, del Juzgado Correccional y de Menores número 1 de Posadas, quien determinó unas pena de tres años de prisión en suspenso al acusado del delito de «abuso sexual simple».
De acuerdo con la sentencia, el condenado deberá cumplir con un tratamiento psicológico que será monitoreado por el equipo de especialistas del Poder Judicial.
El portal Misionesonline consignó que el fallo se corresponde a un hecho ocurrido en febrero de 2014.
Según el expediente, todo ocurrió cuando una joven cajera de una cadena de supermercados salió de su trabajo y cuando caminaba por la avenida Uruguay fue perseguida y abordada por el sujeto, quien la manoseó en sus partes íntimas y le empezó a romper la ropa, en un aparente intento de violación.
Entonces, la víctima logró escapar del agresor al correr hacia la calzada de la avenida, donde estuvo a punto de ser atropellada por un auto, aunque finamente pudo acudir a una estación policial y radicar una denuncia.
Días más tarde, en forma sorpresiva, la joven recibió la visita del abusador mientras se encontraba en su puesto de trabajo, una de las cajas del supermercado.
«Siempre te quise ayudar y no me dejás», le dijo el abusador a la joven, que de inmediato lo reconoció como su atacante, por lo que pidió ayuda al personal de seguridad del establecimiento y el hombre pudo ser detenido.
El caso llegó a juicio, donde la joven, durante su declaración, se quebró en llanto al describir el terror que tuvo durante el ataque y confesó que no se había podido recuperar del mismo.
La fiscal del caso, María Laura Álvarez había pedido una pena de cuatro años para el abusador, el máximo contemplado para ese delito, pero la jueza consideró que como el condenado no tenía otros antecedentes delictivos, merecía una pena de tres años en suspenso, con obligación de someterse a un tratamiento psicológico.
«Considero un caso de violencia contra la mujer cualquier afectación a su libertad sexual. No puede ser que porque le gustó el cuerpo de la mujer, quiera tomarlo a cualquier precio», expresó no obstante Leiva.
La jueza también ordena que el Estado brinde contención psicológica a la víctima, para lo cual requirió además un botón antipánico, ya que el agresor continuará en libertad.
Imagen :la otra voz digital