Ante declaraciones discriminatorias y estigmatizantes del vicario de la Catedral Basílica de Catamarca, José Díaz, en relación a la homosexualidad, la agrupación de Comunicadoras Feministas Catamarqueñas Las Eulalias,dió a conocer un enérgico repudio
Como colectivo de mujeres que defendemos los Derechos Humanos, y la Diversidad Sexual como uno de ellos, Las #EULALIAS repudiamos enérgicamente los dichos del vicario de la Catedral Basílica, José Díaz, quien en declaraciones radiales se refirió a la homosexualidad como “anomalía” y “enfermedad”, desconociendo los avances científicos que señalan su raíz genética.
Creemos irresponsables los dichos de Díaz, como autoridad de una institución de poder con miles de adherentes, ya que además son expresiones anticonstitucionales y que niegan derechos a los que adhirió la Argentina en sus diferentes tratados, que indican, entre otras cosas, que todos los habitantes del país tienen derecho a vivir en libertad, igualdad, sin discriminación y con plenitud su orientación sexual, identidad de género, expresión de género y diversidad corporal. El bloque constitucional ubica a la Argentina como un país en donde se puede crecer libre de prejuicios, estigmatizaciones y violencias.
Como comunicadoras sociales, queremos que quede claro que cuando hablamos de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex y queer (LGBTIQ) estamos hablando de Derechos Humanos y que este sacerdote local no puede reducir a su creencia algo que incumple normas que nos rigen como ciudadanos diariamente.
Asimismo, resaltamos que la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de la categoría de enfermedades mentales y del comportamiento hace más de 30 años, mientras que existen organismos nacionales como el INADI que condena este tipo de prejuicios que reproducen estereotipos discriminatorios al hablar de “normalidad y anormalidad”.
Reivindicamos entonces a la Educación como una de las principales herramientas para combatir la discriminación y el atropello a los derechos humanos. Además, y justamente por este tipo de atropello, bregamos por la urgente separación de la Iglesia y Estado.