El principal sospechoso por el crimen de Araceli estaba prófugo, y fue descubierto por una mujer, a la que los miembros de la Gendarmería no tuvieron en cuenta cuando dio el aviso.
Los miembros de seguridad están cumpliendo un rol lamentable en el caso del femicidio de Araceli Fulles. Primero le tomaron declaración en tres oportunidades al principal sospechoso Dario Badaracco, que a pesar de confesar que había visto a la joven el día de su desaparición, que tuvo relaciones sexuales con ella y de que se encontraron rastros de ADN en su camión lo dejaron en libertad. Luego, de quién sí sospecharon, fue de la mujer paraguaya embarazada que lo encontró.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo en Twitter que la Gendarmería detuvo al sospechoso por el homicidio. Sin embargo se olvidó de un importante detalle.
En el programa Animales Sueltos, una vecina embarazada de cuatro meses de la villa 1 11 14 contó que reconoció al sospechoso y lo persiguió para atraparlo. En ese momento dejó a su hijo en una plaza y lo siguió.
«La Gendarmería nos trató re mal. Primero nos pidió la identificación, después nos dijo que nos corramos. Yo ahora lo veo en mi casa y dicen en la televisión cosas que no son. Dicen que ellos fueron quiénes encontraron al sospechoso. Y no fue así señor, fueron los vecinos, fuimos nosotros», dijo la mujer.
La funcionaria publicó la imagen de cuatro oficiales de la Gendarmería con el sospechoso y les agradeció por el servicio.
Tras verlo en Cobo y Curapaligue de Barrio Flores, la mujer se acercó a la Gendarmería. «Ellos pidieron nuestros datos, en vez de perseguir al sospechoso», contó.