Bogotá, marzo 5, 2012.- El sistema de transporte masivo Transmilenio y los paraderos (paradas de buses) fueron algunos de los lugares identificados por las bogotanas como los sitios más inseguros para las mujeres, según un sondeo realizado en desarrollo del Programa «Ciudades Seguras para las Mujeres Ciudades Seguras para Todas y Todos».
«Las mujeres son manoseadas, acosadas y violentadas en los espacios públicos, por ello el estudio buscó identificar los lugares donde estos hechos son de mayor recurrencia. Los sitios fueron georrefenciados y sobre esa base se creó una agenda para incidir en los planes integrales de seguridad (locales de la capital)», afirmó a SEMlac Lucy Cardona, de la Asociación de Vivienda Popular, organización integrante de la Red de Mujer y Hábitat de América Latina.
El Programa Ciudades Seguras para las Mujeres, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y coordinado por ONU Mujeres, se desarrolla mediante organizaciones integrantes de la Red Mujer y Hábitat de América Latina en cinco ciudades de la región: Bogotá (Colombia), Rosario (Argentina), Santiago (Chile), Guatemala (Guatemala) y San Salvador (El Salvador).
«El objetivo general es fortalecer el ejercicio de los derechos ciudadanos de las mujeres en América Latina, reduciendo la violencia pública y privada que se ejerce contra ellas en las ciudades. En cada ciudad, el programa ha puesto el énfasis en un aspecto específico, según las condiciones particulares. En Bogotá está puesto en el derecho de las mujeres por una vida libre de violencia», apuntó Cardona.
El programa en Bogotá ha trabajado en diversas áreas, entre las que se destaca la de incidencia en la esfera pública a través de la capacitación de bogotanas en relaciones interinstitucionales y en política de mujer y género.
Actualmente, hay unas 130 lideresas formadas y organizadas en grupos locales, mediante los cuales inciden en los Comités Operativos de Mujer y Género del Instituto Distrital de Participación y Acción Comunal. Esta es una de las seis instituciones que pertenecen a la Secretaría Distrital de Gobierno de la Alcaldía Mayor de Bogotá.
Adicionalmente, se crearon los Consejos de Seguridad de la Mujer, que son espacios en que se convoca a organizaciones de mujeres y a las instituciones locales con el fin de analizar las situaciones de violencia contra las mujeres y proponer acciones para su prevención y atención.
Una de las iniciativas que surgió de estos Consejos fue la necesidad de incorporar el enfoque de género en los planes de seguridad, que es la herramienta guía para desarrollar acciones que permitan incidir en la disminución de las violencias.
Cardona añadió que «como resultado, Usaquén, una de las 20 localidades en que está dividida Bogotá, cuenta con un Plan Integral de Seguridad con perspectiva de género», que incluye las violencias que sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres.
El programa trabajó en cuatro localidades, cuya población equivale a cerca de 4,5 millones de personas.
El manoseo, por ejemplo, es abuso sexual, un delito que no siempre se reconoce. Por eso, la sensibilización para la transformación cultural fue otra área de trabajo. «Las manifestaciones de la violencia hacia las mujeres en lo público son un fenómeno en aumento y dejan huellas que avasallan sus cuerpos, casi nunca son denunciadas, no se encuentran bien tipificadas como delito, ni son sancionadas debidamente», aseguró Cardona.
Entre las campañas desarrolladas se destaca «Los hombres de pie contra la violencia hacia las mujeres en el transporte», orientada a generar rechazo contra el acoso. Consiste en ilustraciones que visibilizaban las diferentes formas de manoseos o «toqueteos» con otras partes del cuerpo.
En la capital colombiana, el programa establece alianzas con muchas instituciones, entre ellas la Policía. «Hemos trabajado en protocolos estándares para tratamiento y atención de los casos, atención para las víctimas, protección. Desde Bogotá, la experiencia se ha ido difundiendo y en otros países ha podido mostrar que sí es posible tener una policía que maneje las problemáticas de género y no revictimice a las mujeres en el momento de las denuncias,» explicó Cardona.
Del total de delitos en la capital, 33,97 por ciento corresponde a violencia de pareja, donde las mujeres son las víctimas, pero en las estadísticas de delincuencia se hace énfasis en los delitos de alto impacto -contra el patrimonio y la vida- cuyas víctimas son mayoritariamente hombres.
Igualmente, se creó la Mesa Distrital por el Derecho de las Mujeres a una Vida libre de Violencias, en la que tienen asiento redes de mujeres, organizaciones de base y entidades del gobierno capitalino. Allí, ellas inciden para que las políticas públicas atiendan las diferentes violencias en su contra en los espacios público y privado.
El programa en la capital colombiana finalizará en abril próximo, tras cinco años de ejecución, dejando un bagaje de herramientas y metodologías que pueden ser replicadas en otras ciudades latinoamericanas de acuerdo con sus condiciones.