Regaña a sacerdotes que no respetan el celibato

Benedicto XVI cierra la puerta a mujeres curas

En la celebración del Jueves Santo los integrantes de la Iglesia católica renovaron los votos de pobreza, castidad y obediencia.

Benedicto XVI reiteró la prohibición de la Iglesia católica de que las mujeres puedan ser ordenadas sacerdotes y advirtió que no toleraría la desobediencia organizada de los clérigos en las doctrinas fundamentales, pues la situación actual de la institución se encuentra en una situación ?dramática?.

Ratzinger, que durante décadas fue el responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe antes de ser elegido Papa en 2005, pronunció una crítica directa a los curas desobedientes en el sermón de la misa de Jueves Santo, el día en que la Iglesia conmemora la fecha en que Cristo creó el sacerdocio.

En su primera respuesta pública a un grupo austriaco de 300 párrocos que propuso en 2006 la ordenación de mujeres sacerdotes y de cambiar la postura del celibato, Benedicto XVI indicó que en ?su llamamiento a la desobediencia? los curas austriacos habían retado ?decisiones definitivas del magisterio de la Iglesia como la cuestión de la ordenación de mujeres?.

El pontífice, de casi 85 años, señaló que esos curas pretenden desobedecer dicha cuestión ?sobre la que el papa Juan Pablo II ha declarado de manera irrevocable que la Iglesia no ha recibido del Señor ninguna autoridad sobre esto?, al citar un documento publicado en 1994 donde se afirma que la prohibición de ordenar mujeres era parte de la ?constitución divina? de la Iglesia.

Ratzinger agregó que ?queremos creer? que invocan la desobediencia con la creencia de que así se renueva la Iglesia, ?convencidos de que se debe afrontar la lentitud de las instituciones con medios drásticos para abrir caminos nuevos, para volver a poner a la Iglesia a la altura de los tiempos?.

?¿Pero la desobediencia es un camino para renovar la Iglesia?, se preguntó el Papa, y agregó que tal vez no es otra cosa ?que solo el afán desesperado de hacer algo, de transformar la Iglesia según nuestros deseos y nuestras ideas?.

Entre las posturas que resaltan el rechazo a que existan mujeres sacerdotes se encuentra la determinación hecha por el departamento de doctrina del Vaticano en 1995, encabezado en aquel entonces por el actual Papa, de que el sacerdocio masculino había sido ?establecido infaliblemente?, lo que implica que no puede ser cambiado.

El 15 de julio de 2010, la Iglesia reformó sus códigos internos para endurecer las penas de los delitos más graves que pueden cometer sus integrantes, donde la pederastia figura al mismo nivel que la ordenación sacerdotal de mujeres.

A raíz de esta decisión, varios autobuses públicos de Londres circulaban con la leyenda Pope Benedict. Ordain Women Now! (?Papa Benedicto: ¡ordene mujeres ya!?).

La Iglesia predica que no tiene autoridad para permitir que las mujeres sean ordenadas sacerdotes porque Jesucristo, voluntariamente, eligió solo hombres entre sus apóstoles cuando creó el sacerdocio en la Última Cena.

Por otra parte, los grupos socales que están a favor de las mujeres curas aseguran que Jesucristo solo actuaba conforme a las costumbres de ese tiempo.

Ante más de 10 mil personas ?entre ellas mil 600 cardenales, obispos y sacerdotes?, Benedicto XVI recordó el momento de la ordenación sacerdotal y les preguntó si de verdad ?son hombres que obran partiendo de Dios y en comunión con Jesucristo? y si sus vidas corresponden con esa consagración.

El Papa dijo que el sacerdocio exige renunciar a ?aquello que es solamente nuestro? y ponerse a disposición de los otros.

Benedicto XVI señaló que Cristo ha corregido ?las tradiciones humanas que amenazaban con sofocar la palabra y la voluntad de Dios? y lo ha hecho ?para despertar nuevamente la obediencia a la verdadera voluntad de Dios, a su palabra siempre válida?.

Ratzinger, que aseguró que con la obediencia ?no se defiende el inmovilismo ni el agarrotamiento de la tradición y que ello se puede ver en la historia de la época del Concilio Vaticano.

El Papa declaró que dicho periodo ha sido de ?dinamismo? y vivacidad de la Iglesia.

?No anunciamos teorías y opiniones privadas, sino la fe de la Iglesia, de la que somos servidores?, puntualizó el obispo de Roma.

También exhortó a los sacerdotes a la enseñanza, señalando que existe ?un analfabetismo religioso que se difunde en medio de nuestra sociedad tan inteligente?.

?Los elementos fundamentales de la fe, que antes sabía cualquier niño, son cada vez menos conocidos?, denunció el Papa, que exhortó a leer La Biblia.

Durante la misa, los sacerdotes renovaron las promesas de pobreza, castidad y obediencia.

Además, Benedicto XVI bendijo el Óleo de los catecúmenos, el de los enfermos y el crisma (aceite y bálsamos mezclados), que le fueron presentados en tres grandes jarras de plata.

Los santos óleos son bendecidos el Jueves Santo por los obispos y se utilizan para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal. Este acto litúrgico se celebra en todas las catedrales del mundo.