El 24 de Noviembre.-en el complejo de Bibliotecas Provincial de Salta se realizó el panel ? debate en conmemoración ? el 25 de noviembre ? del «Día Internacional de lucha por la no violencia hacia la Mujer», organizado por el Área Municipal de la Mujer, INADI ? Delegación Salta, Comisión de la Mujer de la Universidad Nacional de Salta, Programa «Juana Azurduy», Fundación Entre Mujeres, Biblioteca de la Provincia de Salta y Fundación «Miguel Ragone», Foro de mujeres por la igualdad de oportunidades y Foro de Mujeres de Salta.
En la oportunidad la biblioteca exhibió libros acerca de la problemática de género y literatura producida por mujeres. En tanto, las panelistas abordaron distintos aspectos de la violencia contra la mujer.
La Lic. Violeta Carrique, de la Comisión de la Mujer de la UNSa., señaló que en la violencia contra las mujeres existe un ocultamiento respecto a sus dimensiones sociales y que uno de los mayores problemas es la naturalización social de la violencia contra la mujer. Además, explicó que el concepto de género remite a un modo de organización social en el que las relaciones entre varones y mujeres son asimétricas; «son relaciones en las que el colectivo de varones subyuga al colectivo de mujeres y esta situación se entiende como natural», sostuvo Carrique. En relación a la violencia de género señaló que no es sólo la violencia explícita sino también la simbólica que está inscripta en los comportamientos de varones y de mujeres. Por último, aludió a la regla moral de «ponerse en el lugar de», lo que permitiría realizar un trabajo para impedir que se siga ejerciendo violencia contra las mujeres.
Por su parte, la Prof. Marisa Vázquez ? integrante de PAR Periodistas de Argentina en red por una comunicación no sexista- presentó el «Decálogo para tratamiento de la violencia en los medios», que ? como se explica en el Decálogo -, fue elaborado por un equipo de profesionales de la Red por considerar que «los medios son actores sociales, políticos y económicos, con un rol fundamental en la construcción de valores, mitos, saberes y con incidencia en la instalación de aquellos temas que se consideran importantes en el imaginario colectivo». Asimismo, en el Decálogo se sostiene que «como periodistas reproducimos la cultura de la cual formamos parte. Es así que a través de nuestra labor cotidiana toman estado público muchos casos de violencia de género, y la forma en la que los comunicamos es determinante en la consolidación de modelos y estereotipos». Entre los puntos del Decálogo se señala que es correcto utilizar los términos: violencia contra las mujeres, violencia de género y violencia machista; se aconseja desterrar la figura de «crimen pasional» para referirnos al asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género. Además, en otro de sus apartados, se indica la necesidad de dejar en claro quién es el agresor y quién es la víctima, y que es ofensivo para la víctima utilizar diminutivos, apócopes, apodos para nombrarla. Además, el Decálogo sugiere mantener el tema en agenda, denunciando la violencia en todas sus expresiones: psicológica, económica, emocional, sin esperar la muerte de las mujeres y tener especial cuidado con las fotos e imágenes que acompañan las notas y respetar a las víctimas y a sus familias, alejarse del sexismo, el sensacionalismo y la obscenidad.
En tanto, la titular del INADI ? Salta, Dra. Verónica Spaventa, en su exposición sostuvo que la discriminación de las mujeres es una forma de violentarlas; asimismo, indicó que «el derecho moderno redujo el concepto de ciudadano al varón adulto, blanco, propietario y heterosexual. Las mujeres, los niños, las niñas, los adolescentes, los y las «negros/as», los y las indígenas, las personas homosexuales, entre otros, quedaron pues excluidos de los derechos derivados de la ciudadanía». En otro tramo de su exposición, la funcionaria explicó que según el Mapa de la Discriminación realizado por el INADI, sólo un 5% de las personas entrevistadas manifiestan haber sido discriminadas por ser mujer. La cifra se mantiene constante cuando se les pregunta a los/as entrevistados/as si es que fueron testigos de una situación de discriminación; sobre este punto, sostuvo que «el dato cuantitativo es alarmante por el elevado índice de falta de correspondencia entre la percepción de las/os ciudadanas/os salteñas/os y la realidad y, además, explica la naturalización de la discriminación de las mujeres. Invisibilizada la discriminación, invisibilizada la violencia». Posteriormente, Spaventa indicó que en Salta no contamos con una ley que proteja a las víctimas de la violencia de género en cualquier espacio en la que aquella se produzca sino tan sólo cuando la misma se presenta en el reducto familiar. Así, «en la legalidad vigente las mujeres quedan desprotegidas de las otras múltiples formas de violencia: violencia institucional desde la institución policial – cuántas mujeres dan cuenta de la negativa del personal de la policía a tomar una denuncia cuando han sufrido una situación de violencia de género. Violencia institucional desde el Poder Judicial: operadores/as insuficiente o nulamente capacitados/as en la perspectiva de género y en derechos humanos. Resistencias, vinculadas con las experiencias personales, las ideologías que implican la no asunción de las responsabilidades y la obligaciones que les competen como intérpretes de las leyes», aseguró Spaventa. Finalmente, la delegada del INADI manifestó que en el «Día Internacional de lucha por la no violencia hacia la Mujer» estamos defendiendo nuestro derecho a tener una vida libre de violencia, presupuesto mínimo para desarrollarnos íntegramente como personas.
Por último, Silvia Varg de Nioi, responsable del Área Municipal de la Mujer se refirió acerca de la trata de personas y señaló que esta problemática social genera ingresos en el orden de los 138 millones de dólares anuales, ubicándose en el segundo lugar de prácticas delictivas que mayores ingresos implican. Asimismo, explicó que tráfico de personas se refiere al traslado de seres humanos, generalmente de países subdesarrollados a los desarrollados; en tanto que la trata significa la reducción a lo que se ha dado en llamar la esclavitud del Siglo XXI, una situación en la que niñas, adolescentes y adultas son obligadas a prostituirse, luego de sufrir todo tipo de vejaciones.
Asimismo, señaló que en el 2000 Argentina firmó el Protocolo de Palermo pero que sólo este año se comenzó a realizar un trabajo sostenido contra la trata de personas. En relación a nuestro país, Varg de Nioi indicó que existe la trata de personas de frontera a frontera pero también la trata interna, por lo que es necesario incluir en el análisis la figura del demandante y del prostituyente. Finalmente, remarcó que es imprescindible contar con políticas públicas coordinadas para recuperar a las víctimas y desarticular las redes de trata de personas.
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